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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Proceso a Franco

Eduardo Manzanos está rodando una película / verité titulada Proceso a Franco:-Los hombres que más se enriquecieron con Franco, se niegan ahora a venir a defenderle en esta película. En cuanto a los políticos, los que están queriendo recliclarse de demócratas, tampoco quieren saber nada. Se me han negado López-Rodó, López-Bravo, el propio Emilio Romero y mucha más gente. Fernando Suárez, que fue vicepresidente del Gobierno, me ha confesado que está creando un partido socialdemócrata y no le conviene salir ahora defendiendo a Franco. Ya ves.

Sí aparecerán en el film, en cambio, Girón, Blas Piñar y quizá Fernádez-Cuesta. O sea, los que no han cambiado de cosa. En cuanto a la izquierda, se habló de un enfrentamiento sindical Sartorius / Solís, en la película, pero luego ambos se han arrepentido. Intervendrán por separado. Yo rodé ayer por la tarde. Delante de mí, como «testigo», estaba Gregorio López-Raimundo. A la pregunta de qué región española había sido más favorecida por Franco, respondió:

- Madrid. Desde luego, Cataluña, no.

Yo disentiría de ti, querido Gregorio, en cuanto a que Madrid fuese una ciudad favorecida por Franco. Franco favoreció unos cuantos ricos protegidos, que son los que se encargaron de hacer de Madrid una ciudad forzadamente industrial, rodeándola de chatarra, pobreza, inmigración y gallinas negras con mal de ojo. Claro que esto se volvería contra el propio franquismo a la hora de la democracia, pues el Madrid de antaño, lleno de funcionarios y cesantes, siempre votada derecha, mientras que el Madrid obrero, industrial y submanchesteriano de hoy vota izquierda.

Por lo que se refiere a la ciudad como macizo arquitectónico, el Régimen (que aquello sí que era un Régimen), permitió que una especulación salvaje se hiciera con la meseta como los pioneros del Oeste con aquellas tierras, convirtiendo la Castellana, tan señora, en un Manhattan alargado y hortera, tirando palacios y precatálogos, metiendo la piqueta de oro del capitalismo en la entraña tierna de la piedra carolina de Colmenar, neoclasicismo florido de Sabatini, Carlos III y Ventura Rodríguez. Los políticos ultraconservadores es que no conservan nada. Se conservan a sí mismos, claro. Aquí he escrito el otro día lo que era Cibeles para los ricos inmobiliarios y los alcaldes orgánicos: una viuda a desahuciar para, en el solar resultante, levantar una Torre de Valencia.

La Torre la levantaron un poco más allá, donde, de un lado tapa la Puerta de Alcalá y, vista del otro, tapa a la viuda con sus leones, que son ya, por lo maltratados, como los huéspedes que ha cogido para salir adelante. Cuando me toca «declarar» a mí en el rodaje, la cosa va de cultura:

-¿Tuvieron que emigrar muchos intelectuales por causa de la guerra?

-Muchos en cantidad y, sobre todo, en calidad, porque se fueron los mejores.

-¿Pudieron hacer su obra los que se quedaron?

-Toda dictadura es un darwinismo político en que sobrevive el más fuerte o el más hábil. Esos, claro que hicieron obra, a pesar del Régimen. La dictadura puede muy poco contra la inteligencia: sólo puede fusilarla.

-¿Hubo algún hombre de fama internacional que fuese amigo de Franco?

-Hitler,

(Y se para en seco el rodaje. Parpadean los focos y se desmayan las sastras. ¿Porqué?)

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