Mitterrand y Felipe González piden un socialismo fuerte frente a la derecha

François Mitterrand, Felipe González, Bettino Craxi y Mario Soares, secretarios generales de los partidos socialistas francés, español, italiano y portugués, respectivamente, lanzaron ayer un llamamiento, desde París, destinado a reforzar su audiencia. «Sin partidos socialistas fuertes se asegura el mantenimiento en el poder de la derecha o de las fuerzas conservadoras», afirmaron.Según resaltó en varias ocasiones el señor Mitterrand, en una rueda de prensa celebrada ayer en la capital francesa en compañía de sus colegas socialistas del sur de Europa, «ese es el punto fuerte» del documento conjunto firmado: sólo el refuerzo del «pueblo de la izquierda y de todas las fuerzas progresistas de cada país» podrán cambiar el curso de las cosas en estos momentos, en los que se acentúa «la nueva crisis del capitalismo». Los cuatro líderes socialistas coincidieron igualmente al esbozar sus métodos de acción para conseguir el poder: «Lucha democrática y condena de la violencia, de la estrategia del terrorismo y de todas las formas de desestabilización y de alteración de la democracia.»

Según el documento conjunto, los cuatro partidos estiman que «es necesario preparar la conferencia de Madrid sobre la cooperación y la seguridad», todos ellos son partidarios de la ampliación del Mercado Común a través de «un proceso que no puede ser más que negociado y gradual», todos son partidarios del diálogo con los países del Este y todos, en estos momentos de tensión internacional, desean apostar por «la distensión y la paz».

Tras la reunión de la Internacional Socialista en Luxemburgo, hace tres días, el señor Mitterrand invitó a sus tres homólogos del sur europeo para analizar los problemas que, por razones geográficas, históricas y presentes también, les invitan a consultas de este tipo. La alianza con los partidos comunistas fue evocada en la rueda de prensa que cerró sus trabajos. Las diversas respuestas convinieron en que los problemas tácticos de los PC, en cada uno de los cuatro países, imponen a los socialistas actitudes no similares. Esta especifidad, del contexto de cada país, condicionó el juicio sobre los demás problemas importantes de actualidad.