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Washington atribuye a "un error" su voto propalestino en las Naciones Unidas

«Hubo un error en el momento de transmitir las instrucciones», declaró el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, intentanto reparar la polvareda que levantó el voto de la delegación de EEUU en las Naciones Unidas, condenando, por primera vez, la implantación de colonias judías en los territorios árabes ocupados desdes 1967.

Carter quiere salvar la situación frente a un «error» que puede costarle muy caro ante el electorado judío, en un momento de plena efervescencia política en EEUU, en el proceso de las elecciones primarias que deben nombrar a los candidatos, demócrata y republicano, a la elección presidencial norteamericana, prevista para el día 4 de noviembre.El principal adversario a la reelección de Carter, el senador demócrata Edward Kennedy, no deja de aprovechar el desliz, difícilmente involuntario, del, embajador de EEUU en la ONU, Donald F. McHenry. Kennedy intenta atraerse el voto del lobby judío-norteamericano, criticando duramente la política de la Administración Carter en reglación con el problema palestino, hecho que contribuye a la esperada victoria de Kennedy -la primera en la serie de elecciones primarias-, del senador de Massachusetts, en su estado natal, en la consulta electoral celebrada ayer. Queda por demostrar si Kennedy mantendrá tal corriente y logrará batir, dentro del Partido Demócrata, al actual presidente Jimmy Carter. Es muy posible que la victoria de Massachusetts sea sólo una de las raras que conseguirá Ted Kennedy, en su intento de llegar a la Casa Blanca.

Aunque existen razones para ello, nadie se explica en Washington por qué el embajador de EEUU ante la ONU apoyó una resolución tan dura para Israel, en un momento de clima electoral. En anteriores ocasiones, Washington se había abstenido siempre en las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que condenan la extensión de la influencia de Israel en los territorios ocupados en 1967, durante la guerra de los Seis Días. El pasado fin de semana, el delegado estadounidense en la ONU votó a favor de la resolucion que incluye también la limitación para crear colonias israelíes en la franja de Gaza y el este de Jerusalén. Hecho, este último que originó viva inquietud en Tel Aviv, a propósito de las verdaderas intenciones del presidente Carter en torno al problema palestino.

La versión oficial que dio ayer Washington, difícil de avalar, es que existió un equívoco de transmisión en el momento de dar las instrucciones desde la capital norteamericana al representante de EEUU en la sede de la ONU en Nueva York. Pocos son los que pueden creer que las comunicaciones funcionen tan mal en el interior de Estados Unidos. Menos aún, en un canal tan directo como el existente entre la Casa Blanca y la ONU.

Se recuerda aquí la dimisión voluntaria del ex embajador de EEUU en la ONU Andrew Young, cuando hace seis meses contactó en secreto a delegados de la OLP (Organización de Liberación Palestina) en Nueva York. Los israelíes no toleraron tal intrusión.

«La comunidad judía de Estados Unidos votará por cualquier candidato, menos por Carter», confesó un periodista israelí, días antes del nuevo escándalo que provocó el voto de EEUU en la ONU. ¿Por qué los judíos no quieren reelegir a Carter? La razón se funda en que un presidente que continúe su segundo mandato, sin necesidad por tercera vez del apoyo judío una vez prolongadas sus funciones por otros cuatro años, será un presidente que procurará resolver el caso del pueblo palestino, por donde pasa una solución al conflicto general árabe-israelí, sin olvidar sus aspectos petroleros.

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