Gadafi descarta ahora cualquier confrontación con Francia
El presidente libio, coronel Gadafi, a través de la agencia nacional de su país, Jana, anunció ayer que «las posibilidades de una grave confrontación con Francia han desaparecido».Estimó también que las divergencias libio-tunecinas cederían el paso a la concordia con la «caída» del primer ministro de Túnez, Hedi Nuira, y si en el nuevo Gobierno entraban ministros de las fuerzas que se oponen al régimen encabezado por el «combatiente supremo» Burguiba.
La confrontación de Libia con Francia y Túnez se agravó cuando, hace tres semanas, Trípoli equipó al comando tunecino que atacó la ciudad minera de Gafsa. Francia prestó ayuda logística a Túnez y desde entonces la tensión se ha mantenido viva. El coronel Gadafi desató una feroz campaña antifrancesa: la embajada y un consulado galos fueron devastados, y París, en espera de justificaciones, ordenó el retorno a Francia del embajador y de varios diplomáticos, obligando al mismo número de diplomáticos libios en París a regresar a su país. Paralelamente, el presidente libio, en dos ocasiones, de quince días a esta parte, anunció la guerra total contra Túnez como primer paso hacia la conflagración mundial.
Pero, repentinamente, el coronel ha dado un viraje de 180 grados. Las razones que él ha invocado para asentar su nueva táctica son las siguientes: el presidente francés, Valéry Giscard d'Estaing, en sus explicaciones sobre la política extranjera gala, hace tres días, afirmó que Franciscia no había intervenido en Túnez y que deseaba que el Mediterráneo sea «un mar de paz y de estabilidad». Estas declaraciones del señor Giscard no aportan ninguna novedad respecto a las anteriores sobre los mismos problemas. De aquí la «buena nueva» sospechosa que supone, para París, el cambio de la política de Trípoli.
