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NAVARRA

Del Burgo ocultó a la Diputación Foral su condición de avalista y accionista de Fundiciones de Alsasua

La complicada y larga historia del affaire FASA tiene un primer punto de referencia el 27 de abril de 1977, cuando los ocho consejeros de la sociedad, entre ellos el actual presidente de la Diputación Foral de Navarra, Jaime Ignacio del Burgo, suscriben ante el notario de Alsasua Antonio de Ugarte la escritura número 288 de afianzamiento, por la que se comprometen «solidariamente entre ellos, de forma que puedan ser demandados todos y cada uno de los fiadores y se obligan a favor de la Diputación Foral de Navarra» para responder de esta forma a un anticipo sin interés de 10.214.000 pesetas concedido por la Corporación foral a FASA.

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Ya desde 1977 FASA atravesaba problemas de tesorería, por lo que había acudido a la Diputación de Navarra para acogerse al plan de promoción industrial y obtener de esta forma beneficios fiscales, así como una subvención de 10.214.000 pesetas y un anticipo sin interés, por la misma cantidad, reintegrable a siete años, los dos primeros sin amortización. Después de que FASA recibiera este dinero, el 11 de noviembre de 1976, y de que se firmara la escritura de afianzamiento, el 27 de abril de 1977, FASA debería haber devuelto a la Diputación de Navarra, el 11 de noviembre de 1979, una quinta parte del anticipo. Hasta el momento, la Diputación no ha recibido ninguna cantidad de FASA por este concepto, por lo que la Corporación foral figura entre la masa de acreedores de la sociedad.La segunda parte de la historia tiene lugar el 30 de noviembre de 1978, cuando la Diputación Foral de Navarra, a la vista de una solicitud de FASA en la que pide a la Corporación ayuda económica para no dejar en la calle a 230 trabajadores de la empresa, toma el acuerdo de subvencionar con cincuenta millones de pesetas a Fundiciones de Alsasua, SA (FASA), de los que treinta millones se entregaron de forma inmediata, y para el resto se fijaría la fecha más oportuna. Esta ayuda era a fondo perdido en su casi totalidad, ya que FASA no debía devolver mas que quince millones de pesetas, cuando hubiera aliviado la situación de su tesorería.

Sin embargo, tres meses antes, FASA, a través de los miembros de su consejo de administración, había formalizado un crédito con la Caja de Ahorros de Navarra por un importe de cuarenta millones de pesetas y vencimiento a un año. Ante el corredor de comercio de la Caja de Ahorros de Navarra, el 31 de agosto de 1978 los consejeros de FASA, Ignacio Irazoqui (en aquella fecha diputado foral y miembro del consejo de administración de la Caja de Ahorros de Navarra), Francisco Lizarza, José Marquina, Antonio García Munté, Juan Sánchez Rodríguez, Juan Rozón, Jaime Ignacio del Burgo y Martín Arregui, firman un documento de aval por el que se comprometen a «garantizar la obligación contraída por FASA en este documento, constituyéndose en fiadores obligados solidariamente al pago, con renuncia expresa al beneficio de excusión, mientras no quede cancelada totalmente la obligación ... ». El crédito, anotado en la Caja de Ahorros con el número 52.120.100.089.237, tenía como fecha de vencimiento del 26 de julio de 1979.

No obstante, a pesar de los créditos y de las ayudas de la Diputación Foral de Navarra, FASA continuaba con serios problemas, debidos, en parte, a una mala gestión. En los últimos tres años, la empresa había conocido cinco gerentes distintos. De esta forma, el consejero-delegado de FASA, Ignacio Irazoqui, persona que está luchando por la supervivencia de FASA arriesgando su fortuna personal, se dirige de nuevo a la Diputación Foral de Navarra, presidida por Jaime Ignacio del Burgo desde el 24 de abril de 1979, para solicitar una nueva ayuda económica de la Corporación.

Crédito hipotecario

Esta decide encargar un informe a la Dirección de Industria sobre el tema, y a la vista de este dictamen la Diputación de Navarra acuerda, el 18 de junio de 1979, entregar a FASA los veinte millones de pesetas que faltaban de la cantidad acordada el 30 de noviembre de 1978 y se compromete, igualmente, a anticipar la misma cantidad que la Caja de Ahorros de Navarra pueda conceder, como crédito hipotecario, a FASA, empresa que contrae el compromiso de gestionar un crédito ante esta entidad de ahorros.El 21 de junio de 1979, respondiendo a la solicitud de FASA, la Caja de Ahorros de Navarra acuerda conceder a la empresa dos créditos de 45 y 36 millones de pesetas, respectivamente, por lo que el consejero-delegado Ignacio Irazoqui, con una copia del acuerdo de la Caja de Ahorros, se persona en la Diputación para cobrar, como crédito puente en tanto se formalicen con la entidad de ahorro los dos créditos concedidos, los 81 millones de pesetas.

Irazoqui, acompañado del directivo de FASA Fermín Vera, recoge el dinero de la Diputación el 30 de junio de 1979, sábado. Por falta de tiempo, posponen para el lunes 2 de julio de 1979 la operación de cancelar el anterior crédito de cuarenta millones de pesetas, que vencía el 26 de julio y en el que aparecían como avalistas, entre otros, Trazoqui y el presidente de la Diputación Foral de Navarra, Jaime Ignacio del Burgo, así como otro crédito, también de FASA con la misma entidad, convencimiento en 1982, de quince millones de pesetas. De esta forma, en la tesorería de FASA ingresan únicamente diecinueve de los 81 millones previstos, ya que el crédito de cuarenta millones, con intereses y amortizaciones, había subido a 45 millones de pesetas. Tres meses después, el 1 de octubre de 1979, FASA presentó una solicitud de suspensión de pagos ante el Juzgado número 1 de Instrucción de Pamplona, sin que hasta el momento la empresa haya formalizado los créditos con la Caja de Ahorros (para lo cual se necesitaría la autorización del administrador provincial) de 45 y 36 millones, por lo que la Diputación sigue sin recuperar los 81 millones que adelantó a la sociedad.

La sesión clave

Sin embargo, el tema clave de este asunto económico-político, radica en la sesión de la Diputación Foral de Navarra del 18 de junio de 1979. Según el acta de la sesión, antes de que se tratara el tema de la ayuda a FASA, Jaime Ignacio del Burgo se ausentó del salón y «explicó los motivos de este hecho », se indica en el acta, «manifestando que, aun cuando cree que no existe incompatibilidad legal, debe ausentarse del salón de sesiones durante el debate y resolución de este expediente, debido a las relaciones que le unieron con la empresa Fundiciones de Alsasua, SA, relaciones que en el momento presente no existen, por cuanto ya presentó su renuncia al cargo de consejero e incluso formalizó la transmisión de las acciones de dicha empresa de las que era titular». Según lo informado por Del Burgo al pleno de la Diputación, el 18 de junio de 1979 no tenía ninguna relación con FASA. Sin embargo, la realidad era distinta: continuaba siendo uno de los avalistas solidarios de FASA, de un crédito de cuarenta millones de pesetas, y asimismo era titular de setecientas acciones de mil pesetas de la sociedad que, un mes-después, fueron transferidas a Ignacio Irazoqui.Por otro lado, no se ha aclarado el destino que FASA tenía previsto dar a los 81 millones de crédito puente de la Diputación. Mientras Del Burgo asegura que advirtió que parte del dinero era para cancelar otros débitos, cuatro de los otros seis diputados forales consultados por EL PAIS afirman rotundamente que tomaron el acuerdo de conceder un crédito puente para que FASA tuviera un fondo de maniobra y pagara algunos atrasos de nómina. Los mismos diputados aseguran que, de haber conocido que parte de su crédito podía ser destinado a cancelar una cuenta de cuarenta millones de pesetas, en la que Del Burgo era uno de los avalistas y que el presidente era accionista de la sociedad, se hubieran negado de plano a conceder ningún tipo de ayuda.

Por otra parte, el 21 de junio de 1979, la Caja de Ahorros de Navarra, cuyo presidente es también Jaime Ignacio del Burgo, acuerda conceder dos créditos de 45 y 36 millones de pesetas a FASA, figurando en el acta de la sesión que, el primero de los créditos se destinaría a cancelar otro de igual cantidad de la sociedad, en el que figuraba como avalista, entre otros, Del Burgo. Varios consejeros de la Caja de Ahorros de Navarra consultados por este periódico, han insistido que en la sesión no se advirtió este punto, por lo que fue introducido a la hora de redactar el acta, sin su conocimiento. Hoy, los consejeros de la Caja de Ahorros de Navarra asistirán a una sesión extraordinaria de la entidad para reconstruir los hechos y adoptar una resolución sobre el tema.

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