Luis Eduardo Aute, la magia de un recital
El pasado viernes, en el teatro Alcalá Palace, se efectuó la presentación, que podría llamarse oficial, de Luis Eduardo Aute en Madrid.La reacción del público ante la presencia de un cantante que siempre ha sido considerado minoritario fue lo suficientemente estruendosa corno para asombrar a propios y extraños. El teatro se llenó de sobra en ambas sesiones, pero lo más espectacular tal vez fuera la sesión de la tarde, plagada de gente que debía andar por los veinte años, edad esta que se suponía muy temprana para apreciar la pausada música de Aute.
Pero lo cierto es que quienes acudieron no fueron defraudados. Con un sonido casi perfecto, Luis Eduardo Aute, acompañado en la primera parte (y muy bien) por la guitarra de Luis Mendo, fue soltando una parte del extensísimo repertorio que ha ido elaborando a lo largo de los años. Canciones satíricas, canciones de amor, de muerte y de sexo; todo el mundo de sentimientos expresado con una convicción y una entrega que cargaba los textos de sentido y que lograba lo que el mismo Aute se había propuesto como objetivo de esta demoradísima actuación: demostrar que no sólo es un autor plastificado, sino un cantante capaz de crear frente al público un ambiente mágico. Mágico por incomprensible, porque no hacía falta articular intelectualmente las cosas que se iban diciendo con una voz que pasaba del susurro al grito, de una voz con más confianza en sí misma de lo que era de esperar. De cuando en cuando un recital como este, que apela a sentimientos casi olvidados o machacados por un presente extrovertido sin reposo, se transforma, como ocurrió con Leonard Cohen hace unos años, o con Sisa habitualmente, en algo que se separa de ese mismo presente neurótico y busca otro alternativo en el cual poder vivir, aunque sea por unos instantes, una experiencia diferente e íntima, volcada por una vez hacia dentro y producida por unas insinuaciones que va componiendo en el aire el músico un día cualquiera en el que otros le escuchaban. Fue precioso, una sencilla belleza, un gran recital y una alegría: el cantante y autor que se adivinaba durante estos años efectivamente existe, eso es suficiente.
Por otra parte es de destacar el Festival pro Nicaragua que se celebró el sábado con la presencia del cubano Silvio Rodríguez (entre otros) o el concierto que el mismo día ofrecieron en el Colegio Mayor San Juan Evangelista los grupos Suburbano y La Banda. Esta semana actuará en la sala Olimpia el cantante gallego Amancio Prada con la compañía de marionetas Libélula (días 26 a 1 de marzo).
Babelia
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