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Así le asesinaron.

Dos personas esperaban a Martín-Peña en el portal de su vivienda, situada en la calle del General Mola, número 82. Era algo más, de la medianoche del 5 de octubre de 1978. El ex presidente de la Federación de Judo, hombre desconfiado por naturaleza, y más en aquellos días, en que había comentado con un amigo que tenía la intuición de que iban a matarle, no sospechó de los dos hombres, ya que uno de los dos -el que aparece con la cara completamente sombreada y cuya identidad se desconoce- era conocido suyo. Los visitantes pidieron hablar con Martín-Peña, y al adelantarse un poco éste, con el fin de abrir el ascensor, el asesino, situado a la izquierda, le descerrajó dos tiros a quemarropa. Los impactos le alcanzaron debajo de la oreja izquierda y le provocaron la muerte en el acto.

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La clave del asesinato de Martín-Peña puede estar en sus relaciones empresariales
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