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El futuro Gobierno rodesiano deberá surgir de una coalición de partidos

ENVIADO ESPECIAL, El período crítico en la elección rodesiana no lo van a constituir las elecciones mismas, sino el periodo que media entre el último día de la votación, 29 de febrero, y el anuncio de los resultados, previsto para el 4 de marzo. La incógnita que se plantea es: ¿estarán los partidos dispuestos a aceptar el resultado de las elecciones ante la ausencia de un claro vencedor? Porque en el único punto en que todos los participantes en el proceso electoral están de acuerdo -aunque no lo digan- es en la aceptación de que los comicios no van a producir un ganador absoluto.

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De acuerdo con el plan aprobado en las conversaciones de la Lancaster House, un partido necesita obtener el 51% de los escaños para recibir el Gobierno de manos del gobernador británico, lord Soames. Y nadie va a conseguir esa cifra.El futuro Gobierno de Zimbabwe tendrá que estar formado, por tanto, por una coalición de partidos. Y de ahí que la verdadera prueba de fuego para el gobernador británico son los cuatro días que median entre el final de la votación y el anuncio de los resultados.

Los funcionarios británicos destacados en Salisbury están preparados ya para enfrentarse a toda clase de acusaciones en torno al resultado electoral. Dan por descontado que las acusaciones se van a producir tanto dentro como fuera de Rodesia. Un ejemplo de la «imparcialidad» con que algunos Estados africanos juzgan las elec ciones se puede encontrar en la declaración hecha por la Organización de la Unidad Africana, que ha manifestado que no se pronunciará sobre la votación hasta que se conozcan los resultados. Y, por su parte, el coronel Mengistu ha declarado en Addis Abeba que su país no reconocerá otro ganador que. no sea Robert Mugabe.

Sin embargo, los funcionarios británicos esperan que lord Soames sea capaz de persuadir a los políticos rodesianos de que no tienen otra salida que la de aceptar el resultado electoral.

No se descarta, de todas formas, una coalición más o menos pactada entre todas las fuerzas políticas, incluido el ZANU, de Robert Mugabe. La alternativa para este último, continuar la guerra si el resultado no le es favorable, no pasa en estos momentos de ser una amenaza, con pocas probabilidades de ser llevada a la práctica. Es más que dudoso que los países limítrofes, Zambia y Mozambique, que en el pasado acogieron a las guerrillas, estuvieran dispuestos a hacerlo de nuevo.

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La guerra civil rodesiana ha destrozado las economías de Zambia y Mozambique, y los presidentes Kenneth Kaunda y Samova Machel son los primeros interesados en el restablecimiento de una paz duradera en Zimbabwe.

El Ejército rodesiano ha movilizado durante el fin de semana a sus 16.000 reservistas, con lo que sus actuales efectivos se sitúan en los 40.000 hombres.

Acusaciones de Mugabe

Por otra parte, en la «guerra de comunicados», acusaciones y recriminaciones entre todas las partes hay que resaltar la acusación lanzada ayer por el dirigente nacionalista Robert Mugabe contra los Selous Scouts, la unidad de choque antiterrorista de las fuerzas de seguridad rodesianas. Mugabe afirmó tener pruebas de que las explosiones en algunas iglesias fueron provocadas por los Selous Scouts, con el fin de desacreditar a su partido entre la población cristiana.Lord Soames inició ayer una serie de reuniones con los dirigentes políticos de color, en un nuevo intento de poner fin a la campaña de intimidación a la población local.

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