Se endurece la huelga de distribuidores de butano
El reparto domiciliario de gas butano podría quedar restablecido en los próximos días debido a la decisión de las empresas distribuidoras de contratar nuevo personal para cubrir las bajas producidas por los despidos de 148 trabajadores, el pasado día 9 de febrero, fecha en que se inició la huelga.
No obstante, la solución del conflicto, anunciada como inminente por Butano, SA, y CEPYME, parece que va a resultar problemática. Ayer, uno de los nuevos contratados del almacén de butano de Getafe no pudo realizar su trabajo porque cuando fue a salir con el camión cargado de botellas, las mujeres de los despedidos formaron una barrera humana ante él y tuvo que desistir. «Nosotros tenemos que defender nuestros puestos de trabajo y no vamos a aceptar los despidos, ni que nos sustituyan por otros», anunció a EL PAIS Angel Curiel, miembro del comité de huelga, quien añadió que el paro se prolongaría hasta que las empresas concesionarias del reparto acepten la readmisión de los despedidos. Este paro será secundado el miércoles y jueves de esta misma semana por repartidores de diferentes provincias.Tanto en la CEPYME como en Gas Butano, SA, señalaron que, pese a los piquetes, la incorporación del nuevo personal supondrá el fin inmediato de «una huelga que, ante todo, perjudica al usuario».
Grandes colas en los puntos de distribución
Mientras tanto, ayer, por décimo día consecutivo, se seguían formando grandes colas en las plazas y calles señaladas como puntos de distribución de butano. Ya antes de las nueve de la mañana, muchas personas, botella en mano, esperaban la llegada del camión repartidor. En los barrios viejos de Madrid, la espera se hacía doblemente angustiosa por las características de la población. La edad de los usuarios y la falta de ascensor en la mayoría de las viviendas supone un triple esfuerzo para los consumidores. Ayer, concretamente, en la plaza de San Ildefónso, pasadas las doce de la mañana, se podían oir todo tipo de maldiciones, con las variantes más insospechadas, contra los responsables de la huelga. «Pero, ¿cómo quiere que le cuente las molestias de la huelga? Basta con vernos.» Dos ancianas que arrastraban una bombona, intentaban reducir su sofoco Corredera abajo soltando todo tipo de insultos. Un chaval aprovechadifio, con un gran carrito de jugar, ofrecía sus servicios -«pero sólo hasta la puerta de la casa, nada de escaleras»- al que le supusiera demasiado trabajo cargar con la botella, por la módica cantidad de veinticinco pesetas.
Treinta y cinco pesetas de más en cada botella
A las molestias de no saber a qué hora llegan los camiones del reparto y al esfuerzo de llevar a pulso la bombona, hay otro motivo de la protesta del consumidor: el dinero que pagan por un servicio que no disfrutan.Precisamente ayer, las asociaciones que integran la Coordinadora de Amas de Casa denunciaron en la Delegación Provincial de Industria el hecho de que se les esté cobrando 360 pesetas por coger la botella del camión, cuando 35 pesetas de ese precio se cobran por el reparto domiciliario. «Según el Boletín Oficial del Estado de 8 de enero de este año», explican, «el precio de la botella sin reparto, es decir, si se compra directamente en el almacén, es de 325 pesetas. Según esto, nos están robando 35 pesetas en cada botella.»
Para aclarar el tema, exigir responsabilidades y buscar una salida al problema, las Amas de Casa pidieron ayer una entrevista al alcalde y al gobernador civil para que ellos tomen el conflicto en sus manos y le den una salida inmediata.
Concretamente, la actuación de Enrique Tierno y Juan José Rosón es uno de los reclamos que los pacientes usuarios plantean a la espera de la llegada del camión. «No entiendo como un servicio público como éste puede Regar a estos extremos de dejadez», se queja un paciente usuario de la avenida de Hellín, en San Blas, «porque si hay huelga en el Metro o en los autobuses, la policía o el Ejército se encargan de que eLservicio, siga funcionando. En este caso, bien podrían haber pedido la colaboración de la Policía Municipal, por ejemplo.»
Sin embargo, pasados diez días, nadie se ha responsabilizado del reparto. Las colas se siguen produciendo y las maldiciones parece que no arreglan nada. Los trabajadores, representados por la CSUT, central mayoritaria dentro del sector, aseguran que intentan negociar con Gas Butano, pero que aqui se inhiben del problema y que las empresas distribuidoras se cierran a cualquier tipo de negociación desde la decisión de los despidos por asistir al juicio de un compañero acusado de formar parte de un piquete en una huelga ocurrida el pasado año.
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