Argelia desea participar junto a los países árabes del Mediterráneo
La participación efectiva de Argelia en la Conferencia de Madrid es una preocupación mayor de su política exterior, y por ello el régimen argelino espera que, de aquí a noviembre, se despejen las dos incógnitas siguientes: que la reunión tenga lugar, incluso si se ve áfectada indirectamente por los acontecimientos de Afganistán, y que los países árabes del Mediterráneo se vean asociados a ella.Desde la Conferencia inicial en Helsinki, en 1975, Argelia había iniciado gestiones en defensa de lo que estima una legítima reivindicación relacionada con la constitución de un conjunto complementario, integrado por los países árabes del Mediterráneo, que lleve en sí mismo una contribución sustancial al equilibrio regional.
El régimen argelino estima que existe una correlación entre los problemas europeos y los del Mediterráneo y que no sería adecuado favorecer la distensión y la reducción de fuerzas militares en Europa sin que esto venga acompañado de un proceso parecido en el Mediterráneo.
En ese sentido, los argelinos han tropezado en sus deseos de vincularse a la conferencia europea con buen número de trabas planteadas por el área socialista europea, que en Heisinki consideraba inadecuado ampliar el número de participantes a la conferencia a países fuera del área continental europea (con la excepción de Canadá y Estados Unidos), mientras que los países occidentales europeos y, en particular, España y Francia, no serían hostiles a una participación de esos países árabes, según se desprende de los comunicados suscritos en mayo del año pasado y enero de este año por el presidente Adolfo Suárez y el primer ministro argelino, Mohamed Abdelghani, y por los ministros de Asuntos Exteriores argelino y francés, Mohamed Benyahia y Jean Francois Poncet.
El comunicado hispano-argelino especificaba que el Gobierno español ha tomado una serie de iniciativas, sin precisar su contenido, para que los países árabes del Mediterráneo participen «efectivamente», en noviembre, en la Conferencia de Madrid.
El interés argelino por asumir esta vinculación es, según se dice aquí, una consecuencia de un pasado cargado de conflictos, (intervención franco-británica en Suéz, en 1956; desembarco norteamericano en Líbano, en 1958; crisis de Chipre, en 1970. y en 1973, la guerra árabe-israelí) y el de una preocupación por disminuir el carácter de terreno de enfrentamientos antagónicos entre EEUU y la URSS, que constituye el Mediterráneo.
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