Debate sobre el concepto del teatro de masas
¿Cuáles son las características que definen un auténtico teatro popular?, ¿debe ser un teatro rico, de grandes medios, o puede, por el contrario, subsistir en precariedad? En todo caso, ¿es posible que un teatro subvencionado por el Estado esté en realidad al servicio del pueblo? Y sobre todo, ¿es realizable hoy en España este tipo de teatro de masas?Estas fueron las cuestiones fundamentales que se plantearon en la mesa redonda que se celebró el miércoles pasado en la embajada de Francia con motivo de la presencia en Madrid de Michel Bataillon, del Théâtre National Populaire (TNP), en la que participaron José Luis Gómez, -del Centro Dramático Nacional (CDN) y los autores-directores Francisco Nieva y Juan Margallo.
La imposibilidad de hablar de un modelo único de teatro popular, válido para cualquier sociedad o coyuntura histórica, fue prácticamente la única conclusión del debate a lo largo del cual se expresaron diferentes concepciones sobre la auténtica naturaleza del teatro popular.
La experiencia del TNP, creado por Jean Vilar en la década de los sesenta, que relató Michel Bataillon, la trayectoria que ha seguido en torno a sus principales figuras -Planchon, Gilbert o Chéreau-, así como las rqferencias que hizo al conflicto que actualmente polariza el teatro francés, centrado en la rentabilidad social del espectáculo dramático, puso de relieve la enorme distancia que media entre la situación del teatro nacional subvencionado que existe en Francia y la grave crisis que afecta a la escena española.
«El fenómeno del TNP, que surgió en Francia en unas condiciones sociales determinadas, reflejando el élan utópico que inspiraba entonces a la izquierda, unida en la esperanza de un cambio», dijo José Luis Gómez, «es muy difícil de aplicar a una sociedad dominada por los media donde el teatro parece destinado a desaparecer. »
En cuanto a la viabilidad de un teatro de masas subvencionado en España, consideró las limitaciones y obstáculos que enfrenta el Centro Dramático Nacional, obligado a desarrollar una tarea «de urgencia, como es la recuperación de una tradición dramática propia en gran parte perdida, la aproximación de ese patrimonio no identificado ni asumido al mayor número de personas y la formación de cuadros técnicos».
En cuanto al concepto de teatro popular, Francisco Nieva señaló que responde a lo que él ha intentado hacer con Los baños de Argel. «El teatro de masas tiene que ser también un teatro rico», dijo. Para Margallo, que definió el teatro popular «como aquel que sirve a las clases populares», los medios no son tan esenciales, y apuntó que los grupos de teatro independiente han montado algunas obras de calidad artística careciendo absolutamente de recursos materiales.
«Un teatro es popular cuando consigue llenar las localidades del gallinero», comentó a la salida del acto el dramaturgo Buero Vallejo.
En el programa de actividades culturales del presente mes, el Instituto Francés ofrecerá una sesión de café-ópera, el próximo día 20, a cargo de Thomas Autrey, Vincent Ducourau y Jean-Marie Lebouc, y el día 27 se pasará la película 1789.
Babelia
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