Enérgica advertencia franco-alemana a la Unión Soviética

Francia y la República Federal de Alemania, en una declaración común que cerró en París la cumbre franco-alemana de los últimos tres días, amenazan implícitamente a la URSS con una respuesta militar en caso de un nuevo atentado, como el de Kabul, a la coexistencia pacífica.

Los seis puntos de la referida declaración, en la que exigen de Moscú la retirada «inmediata» de sus tropas en Afganistán, los valoran los observadores como la «advertencia» más seria a la Unión Soviética desde que la distensión condiciona las relaciones Este-Oeste.El final de las conversaciones París-Bonn, mantenidas por diez ministros de cada uno de los Gobiernos de ambas capitales y presididas por Giscard d'Estaing y el canciller Schmidt, confirmó la « identidad de puntos de vista de los dos países frente a la crisis internacional: esto demuestra la solidez franco-alemana y la importancia que los dos países pueden aportar a la paz y a la seguridad», resumió el señor Giscard.

En principio, la recia actitud franco-alemana compromete únicamente a los dos países, pero los ministros de Exteriores de estos últimos, señores Poncet y Genscher, la emplearán como «instrumento de trabajo», en la reunión que iniciaron ayer, en Bruselas, con sus colegas de la Comunidad Económica Europea.

En los seis apartados de la declaración común, los dos hombres de Estado llegaron a conclusiones que definen la política de ambos países en las circunstancias actuales: los objetivos complementarios de dicha política son «la paz y la seguridad ». Para ello, la intervención soviética en Aliganistán, juzgada «inaceptable», debe interrumpirse «sin pérdida de tiempo».

Francia y Alemania Federal reiteran su «fidelidad a la Alianza Atlántica», pero establecen ciertos matices respecto a las posiciones de Estados Unidos y de su aliado incondicional, Gran Bretaña. En efecto, París y Bonn subrayan que la confrontación Este-Oeste no debe afectar a los países no alineado que, como se sabe, son menos antisoviéticos que antiamericanos «y que debenjugar su propio papel en el mantenimiento de la paz».

Francia y la RFA, en la declaración común, ligan la coexistencia pacífica a la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán cuando subrayan que «la distensión no resistiría un nuevo choque del mismo género» (como el de Kabul). De igual manera (y en este punto también se diferencia la postura franco-álemana de la americana), la cumbre de París estima que «a las potencias europeas les incumben responsabilidades particulares», aunque se advierte una vez más en que, si la política de la URSS se revela inexorablemente expansionista, «Francia y Alemania, de acuerdo con sus aliados, tomarían las medidas consecuentes para garantizar su seguridad y defender la estabilidad internacional».

Conferencia de Madrid

Por fin, franceses y alemanes supeditan a la evacuación de las tropas soviéticas en Afganistán «el éxito de las discusiones en curso sobre la seguridad y la paz». En este último apartado de las «discusiones en curso» entrarían muy particularmente la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa, que debe celebrarse en Madrid el próximo otoño, y las conversaciones SALT II referentes a la reducción de armas estratégicas.

La declaración común se califica de «muy importante» en esta capital. La cuestión del boicot de los Juegos Olímpicos, que aún divide a la opinión de ambos países, no se menciona. Considerada globalmente, la actitud común francoalemana respecto a la crisis se valora como un paso decisivo hacia la definición de una política frente a la URSS. Ahora se espera que una eventual respuesta de este último país ayude a resolver la incógnita que se plantea Occidente desde que estalló el asunto afgano: ¿Se trata de una operación policial, coyuntural, o de un gesto que, para evaluarlo, según declaró anteayer en París el doctor Kissinger, «es menester situarlo como una continuación de los que, directa o indirectamente, avaló la URSS en Yemen del Sur, Angola, Etiopía o Camboya?».