Ley del talión en el País Vasco
«( ... ) Un convoy militar que se dirigía a un polígono de tiro cercano a Bilbao ha caído en una verdadera emboscada el pasado viernes. Balance: siete muertos. Seis guardias civiles destrozados por 11 balas y un militante de ETA muerto por su propia granada.Se trata del atentado más importante cometido contra la policía en el País Vasco desde la muerte de Franco, en 1975. ( ... )
Esta escalada inquietante ha incitado al Partido Nacionalista Vasco (PNV) a romper el boicot institucional que había decidido hace dos semanas para lograr sus reivindicaciones a Madrid a poco más de un mes de las elecciones para el Parlamento regional. ( ... )
Significativamente Euskadiko Ezkerra, ligada a la rama político-militar de ETA ha denunciado por su parte, el atentado del viernes, estimando que va a agravar el «clima de tensión y de confusión» en el País Vasco. Parece que un puñado de militantes fanáticos resueItos y sordos a cualquier concesión pueden amenazar con facilidad la joven democracia española.
El Gobierno Suárez, que duda en proclamar un estado de urgencia de enojosa memoria. ha decidido enviar al País Vasco comandos especializados en la lucha antiterrorista ha confiado al general Sáenz de Santamaría la coordinación de toda la acción policial en la región. Es una reacción lógica pero insuficiente.
La España moderna de 1980 no tiene apenas relación con la de 1934 a 1936, realmente dividida en dos campos. La violencia es producto de minorías de la extrema izquierda nacionalista y de la extrema derecha neo-franquista. La España democrática no ostenta tampoco el monopolio del terrorismo ciego en Europa. Pero la cuestión que acude con insistencia es trágicamente simple, mientras los rumores sobre tentativas de sublevación militar se multiplican estos últimos meses: ¿durante cuánto tiempo el Ejército va a seguir tolerando los asesinatos de policías y militares a manos de personas que preconizan el desmembramiento del Estado español?»
4 de febrero
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