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CASTILLA-LEON

La catedral de León, peligro para viandantes por su mal estado de conservación

El Ayuntamiento de León ha iniciado los trámites para cerrar al tráfico pesado los alrededores de la catedral, a propuesta de la comisión municipal del patrimonio histórico-artístico, según la cual, tanto las vibraciones producidas por este tipo de vehículos como la contaminación de origen automovilístico -que contiene elementos sulfurosos-, están afectando considerablemente a las vidrieras y a otras partes estructurales del monumento, entre ellas las numerosas piezas metálicas que sirven de elementos de sujeción para detener la ruina del inmueble. El peligro que suponen los desprendimientos de piedras han llevado, por otra parte, a la prohibición del tránsito de peatones por zonas inmediatas a la catedral.

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Según una fuente oficiosa del Ministerio de Cultura, a los daños que podrían sufrir las vidrieras en el futuro -algunas de ellas del siglo XIII- debe añadirse el peligro que las citadas vibraciones representan para las esculturas y otros elementos decorativos del exterior de la catedral, ya muy deteriorado por el «mal de piedra », y el peligro de que una parte de éstos pueda desprenderse y producir, incluso, desgracias personales. La parte que ahora se pretende cerrar para el tráfico de camiones y autobuses corresponde a las zonas este y norte, también coincidentes con las murallas de la ciudad, y lugar de paso obligado para el tráfico entre las provincias de Asturias y Valladolid, que tendrá que desviarse hacia las afueras de León.En un informe de la Consejería provincial de Bellas Artes, solicitado por el Ayuntamiento, se señala que las vibraciones y la contaminación originadas por el tráfico resultan particularmente altas en los alrededores de la catedral, debido a la gran densidad de circulación de vehículos y al hecho de que la zona se encuentre prácticamente saturada de semáforos que concentran el ruido en la zona, donde también son frecuentes las pendientes, con el consiguiente incremento de la contaminación acústica.

Desprendimientos de piedras

Preguntadas sobre el alcance de la medida, las mismas fuentes se limitaron a señalar que «a falta de una política coherente sobre conservación de la catedral, estamos poniendo parches». Hace seis meses -en agosto de 1979-, el Ayuntamiento de León optó por cerrar al tránsito peatonal otro tramo de los alrededores de la catedral, comprendido entre la torre norte y la calle del Cardenal Landazuri, ante el temor de que los frecuentes desprendimientos de piedras pudieran originar desgracias personales. Posteriormente, la valla protectora construida en ladrillo con una altura de dos metros fue ampliada al patio interior inmediato.Los problemas motivados por la erosión en la estructura de la catedral, construida con piedra caliza procedente de las canteras de Boñar, al norte de la provincia, constituyen desde hace años la principal preocupación en la Comisión provincial del Patrimonio que, en uno de los últimos informes enviados a Madrid, cifraba en trescientos millones de pesetas la inversión necesaria para llevar a cabo una restauración general del templo. En 1978, el grupo de parlamentarios de UCD, del que formaba parte el ex ministro del Interior Rodolfo Martín Villa, dio a conocer una propuesta de este Ministerio al resto de los departamentos y entidades provinciales interesadas en el problema, para financiar un plan de inversiones de cien millones de pesetas que nunca llegó a concretarse.

En la actualidad, la catedral dispone de una subvención de cinco millones para llevar a cabo los primeros trabajos de reparación de la torre norte, así como la limpieza de los pasillos y canalones por los que discurre el agua de lluvia, cuya obturación ha provocado el crecimiento de arbustos e hierbas en las conducciones, unido a una creciente humedad y erosión de la piedra.

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