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Ofensiva diplomática estadounidense y en India y Pakistán

India y Pakistán se han convertido en el foco inmediato de la diplomacia norteamericana en Asia central, decidida a neutralizar por todos los medios las consecuencias de la invasión de Afganistán.Clark Clifford, enviado especial de Carter, llegó ayer a Nueva Delhi para tratar con Indira Gandhi la cuestión afgana y explicar la ayuda militar estadounidense al régimen paquistaní, rival tradicional de la India. Mañana llegan a la capital de Pakistán el asesor de seguridad del presidente norteamericano, Brzezinski, y el secretario de Estado adjunto, Warren Christopher.

Indira Gandhl declaró ayer que pretende evitar a toda costa, a los países no alineados, la contaminación del clima de guerra fría que impregna a los dos grandes bloques. La visita de Clifford, ex secretario de Defensa, a Delhi tiene por objeto evitar que el Gobierno de la señora Gandhi vuelva a denunciar las rivalidades de las dos superpotencias en la zona con ocasión del viaje de Brzezinski a Islamabad.

El presidente paquistaní, Zia Ul-Haq, hizo saber ayer que aspira a un tratado bilateral con Washington, similar al existente entre Moscú y Nueva Delhi. Estados Unidos proyecta una ayuda militar de cuatrocientos millones de dólares al régimen paquistaní, ayuda calificada de insuficiente por Ul-Haq. Un portavoz presidencial ha declarado en Islamabad que, en cualquier caso, Pakistán «desea mantenerse lejos de la órbita de la OTAN».

«Mantemos estrechas relaciones con los países islámicos y con China. Extender en estas circunstancias el ámbito de la OTAN hasta esta región sería contrario a estas relaciones, que son vitales para nuestro país», ha puntualizado el consejero de Asuntos Exteriores del presidente Zia.

Los rebeldes afganos

Tras la clausura de la conferencia de países islámicos, saldada con una tajante condena de la intervención soviética en Afganistán y una promesa de ayuda a los rebeldes afganos, Islamabad y Nueva Delhi se han convertido en los pivotes de los futuros movimientos de Washington y Moscú.La conferencia islámica, que se pronunció mayoritariamente por un boicot de los Juegos Olímpicos, no ha concretado, sin embargo, el tipo de ayuda que recibirán los grupos rebeldes afganos. Por el momento, los países musulmanes sólo parecen dispuestos a entregar dinero y alimentos, en vez de las armas solicitadas.

El grupo de oposición Los Hermanos Musulmanes, que se oponen al Gobierno de Babrak Karmal, ha iniciado en Kabul una serie de acciones encaminadas a desestabilizar el nuevo régimen afgano, según informa nuestro enviado especial Ismael López Muñoz.

El pasado lunes convocó una huelga de comerciantes, que pasan por una angustiosa crisis, pero el llamamiento a la huelga no tuvo resultado.

Este grupo clandestino no ha hecho público su primer comunicado contra el régimen de Karmal en base a la unión religiosa contra el ateísmo soviético. Su objetivo es lograr la unidad política del pueblo en torno al líder islámico Gumbetin Ejmateor, actualmente en Pakistán, donde aseguran que le apoyan 700.000 rebeldes afganos.

Uno de los asuntos clave en Ia agenda de las conversaciones entre Zia Ul-Haq y Brzezinski es el de la bomba atómica paquistaní, en fase muy avanzada, según los propio dirigentes de Islamabad. Pakistán parece, a la luz de la nueva situación, más decidido que nunca disponer del arma nuclear, un proyecto al que se ha venido oponiendo la Administración Carter.

La primera ministra Indira Gandhi afirmó ayer que el mundo está avanzando hacia un enfrentamiento nuclear y que Occidente está convirtiendo Pakistán en un arsenal.

La primera ministra, hablando ante el Parlamento, aseguró que India desea mejorar sus relaciones con Pakistán y China, y que no buscaría una colaboración más estrecha con la Unión Soviética a costa de las relaciones con Estado Unidos.

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