La realidad de Radiotelevisión Española / 1
Carta al director de EL PAÍS
Con el ruego de su publicación íntegra y de que la titulación responda a su contenido, te adjunto la primera de las cuatro partes en que consistirá la respuesta de RTVE a los reportajes publicados en EL PAÍS durante toda una semana.
Espero que, la imparcialidad e independencia de que hace gala ese periódico le lleve a respetar el derecho de réplica que asiste a un organismo del Estado que tieje encomendado un importante servicio público y que ha sido sometido desde esas páginas a una implacable descalificación en todos los órdenes.
Sin entrar a juzgar intenciones, permíteme que te manifieste mi extrañeza no sólo por la agresividad de los reportajes, sino por el desconocimiento de la realidad actual de RTVEy, sobre todo, por la absoluta falta de aproximación al dificil y complejo funcionamiento de la televisión estatal en esta coyuntura política.
Yo creo que está suficientemente claro qué se pretende en la Radio y la Televisión del Estado. Se pretende iniciar una profunda reforma de este importante servicio público de comunicación social. Asumiendo la situación actual, sin hacer tabla rasa de nada, y asumiendo la herencia de defectos que hemos recibido, la dirección de RTVE trata de cumplir los fines que señala el Estatuto de la Radio y la Televisión. Como es público, esos fines han sido objeto de un amplio consenso entre las fuerzas políticas representadas en el Parlamento.
Personalmente, siempre he creído que esa finalidad valía la pena, y así lo ha entendido también la gran mayoría de los profesionales de RTVE. Son esos profesionales quienes durante dos largos y dificiles años han sacado adelante las emisiones y los programas, y han colaborado con gran dedicación en la tarea de transformación profunda iniciada siguiendo las directrices del Gobierno desde los pactos de la Moncloa.
Agradeciendo la acogida de estas líneas, te envía un saludo.
Fernando Arias-Salgado
Director General de RTVE
Los lectores de EL PAÍS han conocido, a lo largo de una serie de reportajes, una versión sobre el funcionamiento del organismo autónomo Radiotelevisión Española, RTVE guardó, en este período, un escrupuloso silencio, aun a sabiendas de que la utilización intencionada de un informe oficial pretendía convencer a la opinión -como demostró el pasado domingo un editorial del periódico-, de que RTVE está en proceso de descomposición.
Pero los lectores de EL PAÍS tienen derecho a saber, además, que Radiotelevisión Española, considera esa información como parcial, tendenciosa, falsa en numerosas ocasiones y en absoluto coincidente con la realidad actual. Tienen derecho a saber que esos reportajes ocultaron sistemáticamente las reformas operadas, que ignoraron la realidad legal y práctica heredada por el actual organismo autónomo y que desconocieron los avances jurídicos, técnicos y organizativos de los últimos tiempos. Que se haya utilizado un informe de la intervención de Hacienda no justifica los fines. Por el contrario, los agrava por cuanto hubo de manipulación y de traslación de sus datos hacia los responsables actuales de RTVE.
Ese informe recoge un período políticamente preelectoral, y orgánicamente, una etapa en que estaba en marcha un complejo proceso de reforma de Radiotelevisión Española. Ese proceso tenía como meta, precisamente, acomodar RTVE a su nuevo «status» jurídico, derivada de su conversión en organismo autónomo, como consecuencia del decreto 2750/77, de 28 de octubre, publicado en el BOE- el 7 de noviembre de 1977, y entrado en vigor a partir del día 27 de noviembre del mismo año. Radiotelevisión Española, que en todo momento se sometió a la legislación en vigor y que practicó la política financiera que le competía en cada una de sus etapas y de sus dependencias orgánicas, entiende:
Primero. Que no es correcto presentar como actuales, como normales o habituales, deficiencias que ya fueron corregidas con el mencionado proceso de reforma.
Segundo. Que la comprensión de ese proceso evolutivol deteniendo el retrato en uno solo de sus instantes - y curiosamente sin asumir el proceso evolutivo y de reforma o desconociendo la legislación a que está sometida RTVE puede llevar a la confusión de la opinión pública del contribuyente.
Tercero. Que las acusaciones vertidas sin fundamento en el orden laboral, en la disciplina económica o en la recta administración de fondos públicos y permanentemente justificados ante los órganos competentes de la Administración del Estado obliga a su dirección a salvaguardar el honor y la dignidad de sus empleados que pudieran verse afectados por estas informaciones.
Y Cuarto. Que le asisten todos los derechos para no poder aceptar como buenos, ni los juicios de valor, ni las posiciones apriorísticas basadas en el rumor -inevitable en una empresa de esta naturaleza y magnitud-, en la maledicencia o en el desconocimiento de úna realidad cambiante.
Desde este punto de partida, Radiotelevisión Española declara que existe una operación de Gobierno que ha coincidido en gran parte con la transición política y que se puede concretar en tres fases: primera, creación (27 de noviembre de 1977) del Organismo Autónomo RTVE, adscrito a la Dirección General de Radiodifusión y Televisión, que desde un marco jurídico y administrativo propio pueda hacer frente a sus responsabilidades.
Reestructuración interna de RTVE
Segunda, un período de evolución y reforma en que Radiotelevisión Española, sin detener un solo día su actividad, acomoda su estructura interna y su funcionamiento a la nueva realidad. En ese período se efectúa el informe aludido. Desde entonces hasta hoy se produce una profunda transformación de la estructura y el funcionamiento del medio.
Y tercera, la redacción y aprobación en las Cortes Generales del Estatuto de RTVE, verdadera constitución de la Radio y la Televisión, que introduce factores suficientemente conocidos por la opinión pública y que permite sentar las bases de una racionalización definitiva de la gestión y un control a posteriori interno y externo de toda la actividad de estos complejos medios de comunicación social.
Ante ello, Radiotelevisión Española piensa que el legítimo ejercicio de la crítica y la investigación periodística debe reconocer paralelamente, en aras de la objetividad, esa voluntad de reforma, que ya ha dado sus frutos. El informe de auditoría ordenado por el ministro de Hacienda el 17 de julio de 1978, siete meses y medio después de la entrada en vigor del decreto que convierte a RTVE en organismo autónomo, forma parte de esa operación de Gobierno para mejorar el funcionamiento interno de RTVE.
Independientemente de que la metodología seguida para su confección no parece la normal en este tipo de investigaciones, dada la atipicidad de unos medios de comunicación social como son la radio y la televisión; independientemente de que la Dirección General de RTVE haya puesto de manifiesto en, su día ante las instancias competentes que el informe se había realizado sólo como la instantánea de un momento, sin ningún tipo de dinamismo ni de comparación en el tiempo; independientemente de que todavía hoy está en marcha un proceso de elaboración de conclusiones o recomendaciones que serán asumidas por el organismo, cumpliéndose así el verdadero objetivo del informe elaborado por la intervención general de Hacienda; independientemente de todo ello, ese informe ha sido y es un instrumento de trabajo útil para mejorar el funcionamiento del organismo, y su ejecución fue plenamente aceptada por la dirección de RTVE.
La herencia del organismo autónomoRadiotelevisión Española considera de justicia que se contemple el cambio en su visión global. Siete meses antes de ordenar la realización del informe -y sólo a efectos de mostrar el tamaño del cambio operado-, la situación legal y funcional de RTVE era la siguiente, en algunos de sus aspectos más notorios:
- No tenía personalidad jurídica propia, ni obligación de presupuesto propio, ni plantillas, ni otra obligación jurídica que justificar el empleo del numerario recibido.
- Un solo concepto presupuestario -el 252 del Ministerio de Información y Turismo, después de Cultura- recogía el 90% de la dotación presupuestaria de RTVE. Con una organización administrativa prácticamente inexistente en 1977, porque dependía de los servicios centrales de un ministerio -como cualquier dirección general de cualquier departamento ministerial-, se ha conseguido la redacción de un exhaustivo presu puesto.
- De las diez partidas tradicionales, que compendiaban todo el cúmulo de gastos de Radiotelevisión Española, se ha llegado a la redacción del Presupuesto de 1979,en el que se detallan nada menos que 531 subpartidas. La dispersión de los servicios con que se encontró RTVE al convertirse en organismo autónomo era, sencillamente, exasperante: los servicios económicos estaban en la oficialía mayor del Ministerio de Cultura; la asesoría jurídica y la Intervención Delegada de Hacienda, recién creada y sin ningún tipo de estructura, en la calle de Agustín de Foxá; los servicios de nóminas, en Aluche; la dirección de administración y finanzas, en Prado del Rey, y el centro de proceso de datos, que se heredaba del Ministerio, distaba veinticuatro kilómetros de la ciudad: estaba instalado en Arganda.
Denso período de reforma
Estas son algunas de las realidades con que se encuentra Radiotelevisión Española cuando estrena, con la emoción de la primera piedra, su damante estructura de organismo autónomo. Cuando decimos que se «partía de cero» para encarar las nuevas responsabilidades, quizá seamos demasiado optimistas. Por eso, parece escasamente de recibo que la información periodística de EL PAÍS presente como actuales, sospechas y aun juicios de un instante en que se estaba enderezando esa herencia -perfectamente legal, pero inevitable y se estaba acometiendo lo que podríamos llamar la «evolución» o «reforma», con todas las dificultades que los autores de los reportajes, como expertos, conocen. Se iniciaba un verdadero proceso constituyente de la radio y la televisión del Estado, abordado en los pactos de la Moncloa, y que culminaría en el Estatuto recientemente publicado en el Boletín Oficial del Estado.
El cúmulo de juicios vertido en los reportajes de EL PAÍS ignora, lamentablemente, toda esa compleja realidad del cambio y reforma en Radiotelevisión Española.
Ignora que, en un corto período de tiempo -insistimos en que el informe se ordena a los siete meses y medio de la entrada en vigor del decreto de organismo autónomo-, Radiotelevisión Española debió construir de la nada todo un mecanismo financiero de contabilidad, que sólo ahora (año y medio más tarde) se está a punto de culminar. Ignora que, en el momento de la búsqueda de los datos que EL PAÍS ofrece como actuales o habituales, se estaba poniendo en práctica un sistema de control económico del que buena prueba son los estados económicos y financieros de liquidación del presupuesto de ingresos y gastos de 1978, presentados antes del comienzo del informe, y el de 1979, así como los balances de situación contable de 1979.
Ignora la existencia de una plantilla, de un catálogo de puestos de trabajo aprobado por el Consejo de Ministros, de un control de contratación de colaboradores, de una contabilidad presupuestaria, de una contabilidad de gestión, de
La realidad de Radiotelevisión Española
una gestión integrada del personal, de un registro de todo tipo de contratación, de una fiscalización de propuestas de gastos, de obligaciones reconocidas y de mandamientos de pago, de un saldo diario de tesorería... Todo ello, no sólo Implantado en el último período, sino incluso mecanizado, tal y como se va a demostrar y como consta, en su caso, en el Ministerio de Hacienda.Todo esto lo ignora EL PAÍS, en su afán por demostrar como sea que las sedes de RTVE son el reino del caos, la expresión física de la corrupción o el territorio donde campea libremente la presunción del delito, como venía a decir en su editorial del pasado domingo.
Ante este cúmulo de factores, Radiotelevisión Española, en legítima defensa de la propia institución y de la honorabilidad de los hombres que en ella prestan sus servicios, acepta las críticas, reconoce todos los fallos propios, asume todas sus responsabilidades sin ninguna excepción, pero tiene que decir que lo definido como «fotografía estática de un momento», no sólo no se parece en nada a la fotografía que se pudiera hacer al cierre del ejercicio de 1979, o en los actuales días finales de enero de 1980, sino que distorsiona la realidad de hoy.
Radiotelevisión Española reconoce que, gran parte de las deficiencias narradas por el diario EL PAÍS, eran informaciones del momento de la investigación, como así se ha reconocido en diversas ocasiones por el propio director general del organismo. Comprende las dificultades de los investigadores, que son un reflejo de la propia dificultad de una empresa de comunicación social que produce programas, los emite y asegura su difusión; una empresa donde se conjugan necesidades de imparcialidad informativa con la contratación de artistas de variedades, necesidad de rapidez en el ofrecimiento de noticias con las obligaciones burocráticas de los organismos públicos, o donde es preciso conjugar los trabajos creativos -de difícil medida en horas- con los horarios de personal técnico y administrativo.
Pero desconocer los avances en la ordenación económica, administrativa y financiera de RTVE: insinuar que no se aplican normas que sencillamente no le afectan ni le obligan, según la legalidad vigente, y otro cúmulo de errores que luego se analizarán es, cuando menos, una falta de objetividad a la que Radiotelevisión Española tiene que responder con la contundencia que ampara la verdad de los hechos.
RTVE tiene claras sus cuentas
Una de las afirmaciones más insistentemente sostenidas a lo largo de los siete capítulos del reportaje de EL PAÍS, es que «no hay cuentas en RTVE» o que estas cuentas «son desconocidas por los directivos de RTVE». Semejantes aseveraciones no se pueden hacer, seguramente, sin algún tipo de intencionalidad, puesto que:
- Existe un presupuesto de 531 subpartidas asignadas a los 49 centros que integran el organismo en su estructura actual.
- Ese presupuesto ha sido aprobado por la representación legal del pueblo español, en las Cortes Generales.
- Funcionan a pleno rendimiento las contabilidades administrativa o de presupuesto y la financiera o de gestión.
- Las cuentas de tesorería se someten escrupulosamente a lo dispuesto en la ley General Presupuestaria.
- El control de gestión se efectúa en exacto acuerdo con lo Previsto en los artículos 100, 99 y 93, de la ley General Presupuestaria: a) con la intervención crítica o previa de todo acto, documento o expediente susceptible de producir derechos u obligaciones de contenido económico o movimiento de fondos y valores; b) la intervención formal de la ordenación del pago, c) la intervención material del pago; d) la intervención de la aplicación o empleo de las cantidades destinadas a obras, suministros, adquisiciones y servicios, que comprende el examen documental.
Estas funciones se realizan a través de la Intervención Delegada de Hacienda con sus correspondientes empleados (veinte exactamente), todos facilitados por el organismo, ya que el Ministerio de Hacienda, salvo el propio interventor, no pudo destinar ningún funcionario como hubiera sido procedente y deseable.
Este control de la Intervención Delegada de Hacienda se efectúa, como es lógico, con la más absoluta independencia y con la colaboración plena de todos los servicios de RTVE, como puede acreditar el propio interventor.
¿Se puede decir, después de todo esto, que «no hay cuentas en RTVE? Pues se dice. Mientras tanto, la única verdad del estado de cuentas de Radiotelevisión Española es la siguiente, comenzando por su principio:
Los presupuestos, la contabilidad y la tesorería de RTVE
Se acompaña un estado en el que aparecen confrontados los presupuestos de gastos de RTVE en los años 1978, 1979 y el recientemente aprobado para el ejercicio de 1980. No se hace referencia a anteriores ejercicios por no tener RTVE presupuesto propio al no ser organismo autónomo en aquellas fechas.
En él puede observarse que., mientras 1979 supuso para RTVE un incremento de gastos total de 21,9% sobre el ejercicio anterior; 1980 sólo lleva incorporado un incremento total del 9,29% sobre el inmediato anterior, siendo de significar, por lo que se refiere a este último, que el capítulo de transferencias corrientes ha permanecido invariable y, en cuanto a inversiones, su incremento fue del 6,58%, muy por debajo del 13% autorizado.
El presupuesto de 1980 queda, pues, fijado en pesetas 27.996.176.000, al que si sumamos un total de 1.233.815.000 pesetas, que corresponden al presupuesto de Radiocadena Española (organismo que ha concentrado las emisoras que pertenecieron a REM, Car y CES y que, por primera vez en este ejercicio, se incorpora a RTVE), sitúa nuestro presupuesto de gastos en la suma total de 29.229.991.000 pesetas.
Para financiar este presupuesto de gastos, RTVE, en 1980, contará, aparte de sus recursos propios, con las subvenciones siguientes: para gastos corrientes. 5.868.715.000 pesetas, y para inversiones, 2.185.828.000 pesetas.
Como se hacen constantes alusiones al «crecimiento disparatado del gasto», conviene insistir en que el incremento programado para 1980 sobre el ejercicio inmediato anterior se ha fijado en un 9,29%, como demuestra su distribución en sus distintas partidas:
Personal 12.50%
Gastos funcionamiento 5.33%
Transferencias corrientes %
Inversiones 6.58%En cuanto a la subvención estatal para gastos corrientes y de inversión, sólo supone, con respecto a 1979, un incremento del 0,48%. Dicho en cifras absolutas, de los 8.015.000.000 pesetas, asignados para este concepto en el último año, se pasa a 8.054.543.000 pesetas para 1980.Pero es que los autores del reportaje dicen más. Dicen, textualmente, en el número de EL PAÍS correspondiente al día 23 de enero: «Sus 30.000 millones de gastos presupuestarios (...) no parecieron motivo suficiente a los responsables del organismo para poner en marcha un plan contable elaborado en 1973, que permitiera conocer algo tan elemental como las cuentas anuales de pérdidas y ganancias ... »Como se ha dicho ya, RTVE, antes de diciembre de 1977 -por tener su presupuesto encuadrado en el Ministerio de Cultura, antes de Información y Turismo-, no tenía obligación de llevar contabilidad propia, pues le correspondía a la oficina de contabilidad de la Intervención Delegada de Hacienda en dicho ministerio, y los ingresos y pagos se efectuaban por los servicios económicos del citado departamento.
Pero hay más: al hacer esas rotundas afirmaciones, el periodista demuestra desconocer dos aspectos básicos del problema:
1. La normativa jurídica a aplicar a RTVE desde su constitución como organismo autónomo, y
2. La realidad actual de Radiotelevisión Española en la denostada materia contable.Antes de la entrada en vigor del real decreto 2.750/1977, que creaba el organismo autónomo, RTVE era, como queda dicho, y nunca fue materia reservada, un «anexo» del Ministerio de Información y Turismo, y después, del de Cultura. Todas sus cuentas, por mucha voluntad de independencia que tuviera RTVE, y toda su contabilidad estaban integradas en ese ministerio. Es allí, y no a RTVE, a donde debe reclamarse ese sistema contable.
Después de su conversión en organismo autónomo, con todas las dificultades prácticas y anécdotas que ya se expusieron, ha cumplido en lo posible, y cumple totalmente en la actualidad, toda la normativa legal en materia contable para organismos autónomos. Lo que no se le podía pedir antes a RTVE, y sí ahora a partir de la aprobación de su estatuto, es que cumpla obligaciones de empresas privadas, ni normas que afectan a otro tipo de entidades públicas. Concretando más: las normas a que se tiene que someter RTVE, y de hecho se somete, con un escrúpulo que seguramente causaría sorpresa a los intencionados periodistas, son:
- Ley General Presupuestaria, de 4 de enero de 1977.
- Orden del Ministerio de Hacienda de 16 de junio de 1978, por la que se dictan normas específicas contables para los organismos autónomos. (Se ruega al lector que tome nota de esta fecha, porque es 31 días anterior al acuerdo del Ministerio de Hacienda de disponer el control financiero de RTVE.)
La sorpresa de Radiotelevisión Española es enorme ante dos contenidos concretos de los reportajes: uno, que se hable de un cierto «plan contable elaborado en 1973». Quién lo hizo? ¿Dónde está? ¿Cuáles son las causas de la denuncia que hacen los periodistas sobre la «incapacidad de poner en marcha» los propios planes de Radiotelevisión Española? Inevitablemente, y sólo por la coincidencia de fechas, el periodista debe referirse al Plan General de Contabilidad de España, que, como queda dicho, no afectaba por su situación jurídico-presupuestaria a RTVE.
Por otra parte, conviene resaltar el apartado 2.3 de la orden ministerial de 16 de junio de 1978, que, textualmente, dice: «Es competencia del Ministerio de Hacienda la organización de la contabilidad de los organismos autónomos, y de la Intervención General de la Administración del Estado, su dirección e inspección.»
Escrupuloso cumplimiento de la legislación
En cuanto a la realidad actual de Radiotelevisión Española, que evidentemente desconocen los autores del informe, hay que decir que no tiene nada que ver con cuanto se dijo en los reportajes. El organismo autónomo -definición que se extingue el próximo día 2 de febrero- cumple perfectamente la normativa jurídica en materia contable ya mencionada. Esta afirmación se puede constatar con la documentación presentada al Ministerio de Hacienda para la liquidación del presupuesto de 1978, así como la que se presentará en plazo reglamentario por el año 1979.
Por hoy, Radiotelevisión Española informa que en el organismo se llevan dos contabilidades, absolutamente mecanizadas e independientes, de acuerdo con lo establecido en el apartado 3.1 de la citada orden ministerial de 16 de junio de 1978, que es la que regula la contabilidad de los organismos autónomos: la administrativa o de presupuesto y la financiera o de gestión. Literalmente, en el citado apartado 3. l., se dice:
3.1. Las cuentas y demás documentacion comprensivas de los resultados de la gestión presupuestaria y económica de cada año a rendir por los organismos autónomos serán las siguientes:
a) Cuenta de liquidación del presupuesto (1).
b) Estado de compromisos de gastos adquiridos con cargo a ejercicios futuros (1).
c) Balance de situación (2).
d) Cuenta de explotación (2).
p) Cuenta de resultados.
«Los organismos que cuenten en su organización con delegaciones, sucursales..., refundirán en cuentas únicas el conjunto de todas sus operaciones.»
Pues bien: Radiotelevísión Española tiene en la actualidad absolutamente implantadas, e incluso mecanizadas, ambas contabilidades.
La contabilidad administrativa o de presupuestos es la encargada en RTVE del seguimiento y control de los recursos e inversiones presupuestarias. Que nadie busque comportamientos idénticos a la empresa privada, porque en RTVE, como es natural, se lleva exactamente con el esquema de la contabilidad pública española:
- Presupuesto de ingresos y su control («derechos liquidados» y «derechos ingresados»).
- Y presupuesto de gastos («propuesta de gastos», «créditos comprometidos», «obligaciones reconocidas» y «pagos realizados»).
Por lo que se refiere a la contabilidad financiera o de gestión -también obligatoria, como queda dicho; pero, cuidado, sólo a partir de la orden ministerial de 16 de junio de 1978-, es la que contempla a RTVE como una unidad financiera exclusivamente (de acuerdo con el real decreto 530/1973, por el que se aprobó el Plan General de Contabilidad) gestora de un fondo social o capital propio, que informa puntualmente de cuál es el excedente económico después de remunerar a toda clase de suministradores de trabajo o capital.
Y esta contabilidad también existe en Radiotelevisión Española. Naturalmente, no se le puede pedir a Radiotelevisión Española que la tenga en funcionamiento antes de que legalmente se ordene para los organismos autónomos. Pero después de su entrada en vigor, la puso en práctica. Y no sólo eso. De acuerdo con las disposiciones, periódicamente se presentan balances de comprobación de sumas y saldos, que convierten en balances de situación al regularizar resultados y que contemplan el siguiente detalle que hay que exponer, pues parece claro que no basta la teoría legal para su exacto conocimiento:
- Absolutamente todas las cuentas de los grupos 1 al 5, inclusive, y el grupo 8 (es decir: patrimonio neto, inmovilizaciones materiales, inmateriales y financieras, derechos de cobro contra clientes, obligaciones de pago a favor de proveedores, tesorería y cuentas financieras y el saldo de la pérdida de cuentas y ganancias).
- Esta información del balance de situación se completa con que detalla cuenta de explotación que absolutamente todos los conceptos de ingreso (cuentas del grupo 7 del PGC) y de gasto (cuentas del grupo 6).
Tesorería sin "laberintos"
En cuanto al tema de la tesorería, que se califica en el reportaje como «los laberínticos circuitos financieros», se ha de reseñar que la realidad es bien distinta, puesto que cumple la legalidad vigente, como a continuación se refleja.
Las cuentas bancarias que RTVE tiene abiertas han sido comunicadas formalmente a la Di
(1) y (2) Significa que los respectivos párrafos - como sabe cualquier profesional de la contabilidad- se corresponden, respectivamente, con la contabilidad administrativa y la de gestión.
La realidad Radiotelevisión Española /1
(Viene de la página 47.)
rección General del Tesoro del Ministerio de Hacienda, de acuerdo con lo establecido en el artículo 110 de la ley general Presupuestaria, que textualmente dice:
«Los fondos de los organismos autónomos del Estado se situarán en las cajas del Tesoro. Cuando estuvieran en las de éste en el Banco de España, sus cuentas figurarán bajo la rúbrica general de "Organismos autónomos de la Administración del Estado".»
«No obstante, dichos organismos podrán abrir y utilizar cuentas en las entidades de crédito, siempre que así se autorice por el Ministerio de Hacienda, atendida la especial naturaleza del organismo y de sus operaciones o el lugar en que hayan de realizarse.»
En uso de tal habilitación legal, RTVE tiene abiertas e intervenidas tres cuentas en el Banco de España, Caja Postal de Ahorros y Banco Exterior de España.
La de la Caja Postal de Ahorros se nutre de la principal del Banco de España y se utiliza como complementaria de la misma, para canalizar pagos de personal y transferencias a acreedores, siempre y cuando sean inferiores a 500.000 (quinientas mil pesetas).
La tercera cuenta intervenida (la del Banco Exterior de España) es una cuenta de descubierto de justificantes, autorizada por el Ministerio de Comercio y Turismo para operaciones con el extranjero.
Al propio tiempo existen las siguientes cuentas para atender las obligaciones de personal y proveedores del organismo, que se nutren de las tres cuentas intervenidas citadas anteriormente:
- Banco Central (de conformidad con el decreto 680/1974, de 28 de febrero, para obligaciones de personal), abiertas en Madrid y en cada una de las localidades donde existe personal del organismo.
- Caja Postal de Ahorros o Cajas de Ahorros Confederadas, para obligaciones de material y servicios, también en Madrid y en las distintas localidades.
No existe más que una cuenta de estas características en cada localidad y por cada habilitado, para las citadas atenciones. La apertura de cada una de ellas ha sido comunicada a la Dirección General del Tesoro, según registro de entrada del escrito en esa Dirección, de fecha 21 de junio de 1978. Sus saldos están perfectamente controlados, a través de los libros de registro que se llevan por cada habilitado. Estos libros son los siguientes:
- Libro registro de caja.
- Libro registro de la cuenta bancaria de habilitación de servicios.
- Libro registro de la cuenta bancaria de habilitación de personal.
- Libro registro de la cuenta bancaria a justificar del Banco de España.
Por lo demás, se remite periódicamente a la Intervención de Hacienda copia del movimiento de estas cuentas.
En relación con la cuenta 757/271 del Banco Español de Crédito, sucursal de Agustín de Foxá, ya cancelada por traspaso de su saldo al Banco de España, debe aclararse que se abrió, antes de la existencia del organismo, para canalizar a través de la misma los pagos a proveedores y personal de provincias. que hasta entonces se venían liquidando por la caja de Prado del Rey. Se perseguía cón ello, de una parte, evitar el envío en metálico a Prado del Rey, porque los servicios financieros y la intervención delegada se encontraban provisionalmente instalados en un edificio de la citada calle, y, de otra, ir asumiendo gradualmente las funciones que en esta materia todavía se reservaba la Oficialía Mayor del Ministerio de Cultura.
Estando en aquella fecha pendiente de la liquidación del presupuesto de 1977, gestionada por la citada Oficialía, no podía disponerse del saldo de la cuenta hasta conocerse la posición deudora o acreedora con respecto al citado Ministerio.
El movimiento de tal cuenta comprendía operaciones corrientes del organismo y su movimiento no ofrecía irregularidad alguna.
La extrañeza que produce la existencia de tesorería por importe de 1.500 millones de pesetas a 31-12-1978, y, en cambio, resultar deudores, por importe de 2.756 millones, a la Seguridad Social, y de 368 millones por impuestos, es debido a que RTVE debe programar el pago de sus obligaciones de acuerdo con la perspectiva de los ingresos a obtener, que, por ser fundamentalmente de tipo publicitario, sufren grandes oscilaciones. Las obligaciones de personal son prioritarias y necesitan siempre la cobertura suficiente que evite cualquier sorpresa. (La nómina importa más de seiscientos millones de pesetas.)
En relación con la Seguridad Social, se informa que RTVE ha satisfecho 4.163 millones de pesetas solamente en 1979, por lo que en la actualidad su deuda con ese organismo ha quedado reducida a 1.164 millones, que será satisfecha cuando la Dirección General del Tesoro nos abone los 2.857 millones de pesetas que adeuda a RTVE por la subvención pendiente de pago del año 1979.
Estos saldos, como es lógico, oscilan. Por ejemplo, al mes de octubre de 1979 se debía a la Seguridad Social 591 millones de pesetas. El Ministerio de Hacienda debía a RTVE en aquella fecha más de 3.000 millones.
En resumen, considerar como posible delito fiscal el saldo a favor del Tesoro es, cuando menos, excesivo, sobre todo si se tiene en cuenta que el Tesoro debe cifras más elevadas al organismo.
Dicho esto, Radiotelevisión Española se ve en la obligación de decir que tampoco responden a la realidad otras afirmaciones publicadas sobre contratación, patrimonio e inventario, plantillas y retribuciones de personal, archivo y documentación, mecanización, producción y, en general, la mayor parte de los contenidos de los reportajes que de forma asistemática, publicó EL PAÍS durante la pasada semana.
Radiotelevisión Española desea entrar en el detalle de todos y cada uno de estos aspectos, para su clarificación ante la opinión pública. Si la utilización de la palabra «escándalo» sirve para poner de manifiesto los defectos y potenciar a quienes están trabajando en su erradicación, «¡bien venido sea su uso! Pero como no parece así, y como se están insinuando incluso intenciones políticas no profesionales, Radiotelevisión Española no puede aceptar impunemente ni campañas, ni manipulaciones informativas, ni desfiguraciones del informe utilizado por EL PAÍS.
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