_
_
_
_

Efervescencia islámica en el este de Argelia

Los estudiantes argelinos que habían desatado una serie de plantes, desde hace varias semanas, en defensa de la arabización, han decidido suspender la huelga y reintegrarse a las clases, en espera de las decisiones prometidas por el Gobierno en defensa de la preeminencia de la lengua árabe. La normalización en el sector universitario coincide, sin embargo, con algunos incidentes causados por los integristas musulmanes en zonas del este argelino, conocidas por su apego a las tradiciones islámicas.En el espacio de unos días se ha operado un de crispamiento en el sector universitario, donde los estudiantes arabizantes han aceptado la vía del diálogo ofrecido por el Gobierno, mientras que en el este del país resurgían conatos de lo que algunos observadores califican como «flebre religiosa» y que, según versiones oficiosas, tendrían que ver sobre todo con las tradiciones locales de esa región, en la que no se consumen bebidas alcohólicas ni se ve con agrado la profusión de personas vestidas de una manera «prooccidental».

Batna, Biskra y El-Ued, capitales de relativa importancia de esa región, asentada a lo largo de la frontera con Túnez, no constituyen reductos irredentistas del integrismo, ni éste puede considerarse a priori como un factor de inestabilidad política, aunque lo cierto es que, por tradición y costumbres, las formas de vida islámica están allí mucho más asentadas que en el resto de Argelia.

Durante la campaña de lucha contra el «parasitismo», en toda esa región se habían interpretado las consignas oficiales de manera mucho más rígida que en otras partes, y se dio el caso de parejas de jóvenes que fueron criticadas por pasearse juntos en plena vía pública. Algunos rumores atestiguaban que los íntegristas atacaron físicamente a los jóvenes que vestían pantalones vaqueros o camisas vistosas, pero esto nunca ha podido ser comprobado de manera fidedigna.

Actualmente, otra ola de rumores asegura que en las localidades anteriormente citadas los integristas musulmanes han irrumpido en bares y hoteles donde se expedían bebidas alcohólicas y atacaron a los consumidores. Incluso se ha dicho que hubo una «presentación pública» de prostitutas, previamente desnudadas, para mayor escarnio. La prensa argelina no ha hablado directamente de estos incidentes, pero de manera indirecta ha condenado las alegaciones de la prensa occidental, que considera parte de una campaña de calumnias.

Ni un solo extranjero ha podido ver con sus propios ojos escenas como las citadas anteriormente. El primer periodista en hacerse eco fue el enviado espécial del Washington Post, Ronald Koven, quien recorrió la zona y obtuvo varias declaraciones que coincidían con lo que se rumoreaba en las embajadas occidentales. Pero el propio periodista reconoció aquí que él personalmente no había sido testigo de nada de lo que le fuera contado.

Si bien parece cierto que en los últimos días la actividad del sector integrista se ha recrudecido, la dimensión que ésta ha adoptado no correspondería al grado de gravedad reflejado en los círculos diplomáticos.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_