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Carter propone un boicot formal de los Juegos Olímpicos de Moscú

La decisión del presidente Carter de boicotear los juegos olímpicos de Moscú si el Kremlin no retira en el plazo de un mes sus tropas de Afganistán, ha sido recibida de forma contrapuesta por los aliados de Washington. Las primeras reacciones sugieren que Carter se ha precipitado en el anuncio de una medida de tal envergadura. Mientras Canadá se muestra incluso dispuesto a financiar unos juegos alternativos en Montreal, Francia está abiertamente en contra de la iniciativa de Carter, y Japón la descarta absolutamente. Parece que varios países de la OTAN están dispuestos a secundar la medida estadounidense. Suecia y Dinamarca se manifestaron ayer reacios a la idea del boicot. Radio Moscú ha acusado al presidente norteamericano de querer volver a la «guerra fría». «Los esfuerzos de Carter para presionar a la URSS son inútiles», dijo ayer la emisora oficial soviética. Coincidiendo con estas declaraciones, el Kremlin ha intensificado su presencia militar en Afganistán, donde siguen llegando hombres y aviones Mig 23.

El presidente de Estados Unidos confirmó de manera definitiva el domingo su intención de boicotear los Juegos Olímpicos de Moscú, o trasladarlos a otra capital. En una carta dirigida al presidente del Comité Olímpico norteamericano, Carter apela al «sentimiento patriótico», que no soportaría el cinismo de una participación de EEUU en los Juegos del próximo verano, informa Ramón Vilaró desde Washington.El Comité Olímpico norteamericano se reunirá el próximo fin de semana en Colorado Springs, para tomar una decisión oficial. Es muy probable que se oriente en la misma dirección que la del presidente Carter. «Antes que nada soy un ciudadano norteamericano », declaró uno de los atletas seleccionados para las Olimpiadas, marcando un poco el «tono» de cuál será la reacción en los medios deportivos. Aunque legalmente no existe ninguna ley en Estados Unidos que pueda impedir que los atletas vayan a Moscú, excepto si el presidete Carter ordena la retirada de los pasaportes.

«Si los Juegos se desarrollan en Moscú, las medidas tomadas contra la invasión soviética en Afganistán serán infructuosas», expone Carter en su declaración. El hecho de anular los Juegos Olímpicos en Moscú supondrá, dice Carter, un ultraje mundial para los dirigentes soviéticos, difícil de ocultar al pueblo ruso, como es habitual en otros temas. Redactado en forma de petición al Comité Olímpico norteamericano, la llamada de Carter es, en realidad, una orden simulada que pide a los americanos la necesidad de «ver más lejos que los simples récords deportivos».

Los "recambios" estadounidenses

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Sólo el Comité Olímpico Internacional tiene los poderes necesarios para anular o trasladar la sede de los Juegos. política que no está dispuesta a seguir, a pesar de la actitud adoptada por Washington. Las soluciones de «recambio» propuestas por Estados Unidos se basan fundamentalmente en la posibilidad de acoger a los atletas en la misma ciudad que celebró los últimos Juegos Olímpicos, Montreal, o en la prevista para 1984, Los Angeles. Albergar a unas 15.000 personas (unas 7.000 si se retirasen, a su vez, los rusos y los países del Este) es una ardua labor, difícil de improvisar.

Otra solución prevista por la Administración Carter, aceptada por Atenas, sería atribuir a Grecia, cuna de los Juegos Olímpicos, la sede permanente de los Juegos Olímpicos de verano y desplazar anualmente a otro país los juegos Olímpicos de invierno.

La Administración Carter se declara dispuesta a participar en los gastos suplementarios que puedan contribuir a tales modificaciones, siempre y cuando Moscú no cambie de actitud con relación a Afganistán.

Mientras Francia ha declarado claramente su oposición a las medidas de boicot olímpico solicitadas por el presidente norteamericano Jimmy Carter, Dinamarca y, Suecia muestran sus reticencias en el asunto y ciertas especulaciones que circulan por Bruselas añaden que sólo siete países miembros de la OTAN estarían dispuestos.

Al margen de la declaración francesa, la posición de París en el tema del boicot a la URSS parece alejarse de las posiciones de Washington. Nuestro corresponsal en París, Feliciano Fidalgo, informa que el presidente de la Asamblea Nacional, el gaullista Jacques Chaban-Delmas, viajó a Moscú. donde será recibido por el líder del Kremlin, Leónidas Brejnev. Oficialmente, fuentes francesas afirmaron ayer que su posición ante el tema del boicot olímpico «se mantiene»; es decir, París « no considera oportuno este tipo de castigo contra la URSS».

Desde Estocolmo, nuestro corresponsal, Ricardo Moreno, agrega que el premier sueco Fälldin no piensa apoyar la medida de boicot de los Juegos Olímpicos de Moscú.

Fälldin afirmó que no debe mezclarse deporte y política, y el caso del boicot debe residir exclusivamente en las autoridades olímpicas internacionales.

En términos similares a los utilizados por Fälldin se expresó ayer el ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, Kjeld Olesen, al responder a una petición de Washington en este sentido.

Sin embargo, Olesen no descartó la posibilidad de que su Gobierno inicie consultas sobre la conveniencia del boicot.

En relación con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Soledad Gallego-Díaz informa, desde Bruselas, que ha corrido la especulación de que siete países de la organización aprobarían las medidas solicitadas por Carter de boicot a los Juegos Olímpicos de verano. Según tales especulaciones, la posibilidad de llevar a cabo el mencionado boicot habría sido debatida por la OTAN a primeros del presente año.

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