Publicidad cinematográfica
Mi distinguido amigo: Unas letras para hacerle patente mi más rotunda protesta -como lector asiduo, hasta ahora, de ese diario- por la publicidad de cine (pornográfica, grosera e incalificable desde todos los puntos de vista) que admiten e insertan en sus páginas, concretamente por el reclamo de media página del número de hoy, en la página 33, sobre la película La madrastra del seminarista. Sin más comentarios.Sólo añadirle que, en la tertulia que desde hace años tengo con varios colegas de profesión, se ha decidido -y le puedo asegurar que somos personas completamente normales- dejar de comprar el diario de su digna dirección.
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