El PNV abandona las Cortes hasta que obtenga garantías de que no será "perturbado" el Estatuto de Guernica

El Partido) Nacionalista Vasco (PNV) anunció ayer en Bilbao su retirada (te] Parlamento y su no asistencia a las reuniones del Consejo General Vasco (CGV) hasta tanto no obtenga garantías de que los proyectos de leyes orgánicas. no perturban ni recortan indirectamente el Estatuto de Guernica. El presidente del CGV, Carlos Garaikoetxea, hizo público personalmente el documento en el que se explica la decisión del partido, tras recordar la voluntad del PNV, desde junio de 1977, de «participar lealmente en el juego democrático, persiguiendo sus objetivos a través de los cauces institucionales y las vías pacíficas».

«La nuestra no es una postura gratuita, no somos aficionados al tremendismo por el tremendismo», afirmó el señor Garaikoetxea. «Hemos adoptado una postura coherente con nuestro anuncio de que no aceptaríamos recortes ni interpretaciones restrictivas del Estatuto. Es más legal hacer sonar la alarma a tiempo cuando las cosas pueden arreglarse. Tenemos fe en que el diálogo y la razón reconducirán la situación a sus cauces normales. Afirmamos nuestro deseo de volver al Parlamento, pero con dignidad y coherencia. »Se refirió, en primer lugar, el presidente del PNV a la paralización que se registra en el proceso de traspaso de competencias al CGV, que calificó de «grave» e «inconcebible». «La mayor parte de las transferencias pactadas con el Gobierno hace un año», dijo, «eran de carácter administrativo y no político. Nos eran muy necesarias para ir preparando la maquinaria autonómica antes de que entrara el Estatuto Vasco en vigor. Con esas competencias podíamos haber logrado una puesta en marcha realdel Estatuto, que ahora se retrasa. Es difícil entender que a lo largo de doce meses se haya producido esa resistencia sistemática a traspasarnos algo que estaba ya acordado y que no suponía compromiso político para el Gobierno.»

Con respecto a la intención del PNV de no acudir a las reuniones del CGV, Carlos Garaikoetxea afirmó que no se podía interpretar como una disolución del Consejo, sino «como un, deseo de evitar la impresión de que por presencia corporativa asumimos competencias que no llegan». Insistió en que el PNV no pretende colapsar la actividad del CGV. «Queremos», señaló, «ser responsables en lo que tenemos materia para serlo. No abandonaremos ni responsabilidades ni competencias que ya ostentamos. Se harán las reuniones imprescindibles con el fin de no frenar ninguna decisión de contenido, pero, insisto, no produciremos la impresión de un funcionamiento que no responde a contenidos concretos.»

Posteriormente señaló el señor Garaikoetxea que no son gratuitos los temores del PNV en torno a la posible desnaturalización que puede producirse en el Estatuto vasco por vía de leyes orgánicas que aún no han sido aprobadas. «Hay una larga trayectoria previa en la que liemos salido escaldados. La ley del Consejo General del Poder Judicial y la de distintas modalidades de referéndum son un ejemplo. Por ello pedimos que los proyectos de ley en trámite se aprueben con coherencia y sin contradicciones, choques o ambigüedades respecto a una norma básica como es el Estatuto de Autonomía vasco. Aspectos de estas leyes en proceso de debate que chocan frontalmente contra el texto estatutario pueden aún reconducirse a sus justos términos.»

Pese a haberse referido en más de una ocasión. a lo largo de la rueda de prensa, a la «falta de lealtad» del Gobierno en lo que se refiere a los compromisos adquiridos con el PNV. Carlos Garaikoetxea dijo que no achacaba únicamente la culpa de la negativa marcha del proceso de transferencias y de la desnaturalización del Estatuto a través de la interpretación de leyes orgánicas a la voluntad aviesa o la deslealtad del Gobierno. «Antes de adoptar esta decisión la sopesamos mucho. No queríarnos cargar de más problemas al Gobierno, pero no nos ha quedado otra solución. Aquél debe darse cuenta de que hay quejerarquizar la gravedad de los problemas, y el p:roblema vasco es grave y precisa soluciones urgentes, como un Estatuto al que considerábamos y consideramos aún un instrumento válido para la actual situación que vive hoy Euskadi.»