Nuevas revelaciones sobre regalos de Bokassa al presidente francés
Por tercera vez, desde el pasado mes de octubre, el semanario satírico Le Canard Enchainé, ha hecho nuevas revelaciones sobre más regalos del diamantes del ex emperador Jean Bedel Bokassa al presidente de la República francesa, Valéry Giscard d'Estaing. Este nuevo «presente», apoyado por un documento, oficial en apariencia, se añade a otra afirmación de la misma fuente, según la cual los soldados franceses que derrocaron al emperador saquearon su palacio de Berengo, apoderándose de un auténtico tesoro de diamantes.
Una carta con membrete oficial, firmada por el entonces ministro de Finanzas centroafricano, H. Dobozendi, solicitando el visto bueno de Bokassa para ofrecer diamantes al presidente Giscard d'Estaing y a otras autoridades francesas, y el «de acuerdo» manuscrito del emperador, apoyan la nueva revelación del semanario Le Canard Enchainé. Este regalo, según se comprueba en la misiva referida es relativamente reciente, ya que la carta está fechada el 20 de marzo de 1978.Paralelamente, el mismo semanario asegura que los paracaidistas franceses, al día siguiente de la caída del emperador centroafricano desvalijaron su palacio de Berengo, próximo a la capital, Bangui. Más de 2.000 diamantes, el célebre bastón de Bokassa (valorado en más de cien millones de pesetas), alguna sortija y otros «pedruscos» semejantes parece ser que figuraban entre los enseres de la «mudanza» que realizaron los soldados. Lo que no sabe Le Canard es a dónde fue a parar el tesoro.
El palacio del Elíseo, como el Ministerio de Exteriores y el de Defensa. se negaron ayer a hacer comentarios sobre la nueva «edición» de los regalos de diamantes. Para estos medios oficiales el asunto de los diamantes de Bokassa fue liquidado por el presidente francés, cuando a Finales de noviembre, en unas declaraciones televisadas, manifestó su «desprecio» hacia lo que consideró como calumnias.
Se asegura en algunos medios profesionales parisienses que Le Canard está en condiciones de continuar revelando regalos de diamantes a lo largo de 1979: parece ser que su problema no es de cantidad, sino de «calidad». Por no se sabe qué conducto (el gaullista, según algunos rumores), el semanario ha conseguido una montaña de pruebas. pero lo difícil sería saber cuáles son verdaderas.
Esta abundancia de revelaciones parece que empieza a aburrir a la opinión francesa.
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