Irán liberaría a los cincuenta rehenes si se reconoce la legitimidad de la extradición del sha
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aplazó por veinticuatro horas su votación sobre la petición norteamericana de sanciones económicas contra Irán para considerar una propuesta negociadora hecha desde Teherán, en la que se ofrece la puesta en libertad de los cincuenta rehenes norteamericanos. La propuesta fue transmitida al secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, por el embajador iraní, Mansour Farshang, el viernes por la tarde, sólo unas horas antes de que se iniciase la reunión del Consejo de Seguridad.
Tras apresuradas consultas a puerta cerrada, se decidió celebrar una breve sesión pública y aplazar la votación sobre el proyecto de resolución presentado por EstadosUnidos hasta la madrugada del domingo, hora de Madrid.El mensaje recibido por Waldhelm procede del ministro de Asuntos Exteriores iraní, Sadegh Ghotbzadeb, y, según el portavoz oficial de la ONU, contiene «aclaraciones» sobre la posición de Irán. El secretario general respondió con otro mensaje, en el que solicita mayores «aclaraciones» a Ghotbzadch.
Al parecer, la propuesta iraní consiste en ofrecer la liberación de los rehenes norteamericanos, que cumplieron ayer setenta días en cautividad, a cambio de que las Naciones Unidas reconozcan lo «legítimo» de las demandas iranies de extradición contra el depuesto sha y de repatriación de la fortuna personal de Reza Pahlevi y su familia.
Escepticismo norteamericano
El embajador norteamericano Donald McHenry accedió al aplazamiento de la votación en el Consejo de Seguridad, aunque se declaró «altamente escéptico» sobre la propuesta iraní. McHenry insistió en que el Consejo debe pasar cuanto antes a la acción y sancionar a Irán de acuerdo con la Carta de la ONU.Kurt Waldheim presentó a los quince miembros del Consejo de Seguridad un informe sobre su viaje a Irán a principios del presente mes, en el que el propio secretario general reconoce que no se contienen soluciones para el problema, pero sí «ideas y elementos» que pueden crear la base de un arreglo pacífico del conflicto. El Consejo Revolucionario Islámico, señala Waldheim en su informe, se mostró favorable a la idea de crear un comité internacional de investigación sobre el régimen del sha.
El secretario general de la ONU dijo al ministro iraní de Asuntos Exteriores que la liberación de los rehenes debía tener lugar antes o, por lo menos, simultáneamente a la creación de ese comité investigador. Pero Sadegh Ghotbzadeh respondió que la puesta en libertad de los rehenes sería una «consecuencia» de esa acción. El portavoz del secretario general dijo anoche que no podía comentar sobre las negociaciones en curso entre Waldheim y Ghotbzadeh, pero señaló que eran continuación de los contactos mantenidos en Teherán y que el secretario general no se muestra «ni optimista ni pesimista» sobre los posibles resultados de su gestión, aunque está dispuesto a seguir trabajando en la búsqueda de una solución pacífica.
En círculos diplomáticos occidentales se mostraba ayer una clara discrepancia con la postura norteamericana de pedir un embargo económico contra Irán. La imposición de sanciones sólo servirá para endurecer la postura de los revolucionarios islámicos, en opinión de algunos diplomáticos, mientras que otros ponen en duda que las naciones miembros de la ONU vayan a sumarse a un embargo contra un país productor de petróleo.
En cualquier caso, la Unión Soviética ha dejado lo suficientemente clara su intención de vetar la resolución norteamericana, con lo que ésta sería rechazada. Pero Washington, aparentemen te dedicido a cumplir su promesa de hacer pagar a Irán un «precio cada día más alto» por la retención de los rehenes, piensa actuar unilateralmente y, de acuerdo con sus aliados, aplicar sanciones económicas contra Irán, pese a que el veto soviético impida la aprobación de su propuesta en la ONU.
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