La URSS ejerce el derecho de veto para impedir una resolución de las Naciones Unidas sobre Afganistán
La Unión Soviética ejerció ayer su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al votar en contra de una resolución que pedía la retirada «inmediata e incondicional» de las tropas extranjeras en Afganistán y que fue presentada por seis países del Tercer Mundo. La votación del órgano ejecutivo de la ONU registró trece votos a favor de la propuesta y dos en contra (Unión Soviética y República Democrática Alemana).Más de cuarenta naciones, entre ellas España, habían intervenido ya en la reunión del Consejo de Seguridad sobre la crisis de Afganistán, y el debate siguió anoche, con una larga lista de oradores para exponer ante el Consejo los puntos de vista de sus Gobiernos. La condena de la Unión Soviética por la «invasión» de su vecino del sur estuvo presente en la mayoría de las intervenciones y sólo los países del bloque del Este. como Checoslovaquia, Hungría o la República Democrática Alemana, hablaron a favordel «auxilio» prestado porlos soviéticos a Afganistán para hacer frente a la «agresión extranjera».
Aunque la URSS había advertido ya vetaría cualquier resolución del Consejo de Seguridad sobre Afganistán, el proyecto patrocinado por Bangladesh, Filipinas, Jamaica, Niger, Túnez y Zambia fue considerado anoche por los miembros del Consejo. La propuesta de resolución «lamenta profundamente» la reciente intervención armada en Afganistán, incompatible con el principio fundamental de la Carta de la ONU referente a la «preservación de la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de cada Estado».
Sin citar ni una sola vez a la Unión Soviética, el proyecto de resolución sometido al Consejo por los seis paises tercermundistas y no alineados hace una llamada para la «retirada inmediata e incondicional de todas las tropas extranjeras de Afganistán», de modo que su pueblo pueda escoger su forma de gobierno y sus sistemas económico, político y social, libre de la intervención exterior y de cualquier tipo de coerción.
El proyecto, que fue sometido a votación y encontró el veto soviético en la madrugada del martes, hora de Madrid, pedía al secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, que informe sobre el cumplimiento de la resolución en un plazo de dos semanas. En medios bien informados de las Naciones Unidas se comentaba anoche que tina vez que los soviéticos bloquearon con su veto la resolución. uno de los países patrocinadores. Filipinas muy psiblemente, recurrirá a la Asamblea General. donde ninguna de las grandes potencias tiene poder de veto, y pedirá una sesión extraordinaria sobre la crisis de Afganistán, así como la condena de la Unión Soviética.
Estados Unidos lanzó el domingo, por medio de su embajador en la ONU, Donald McHenry, el ataque verbal más duro contra los soviéticos desde el fin de la etapa de «guerra fría» y quizá desde que existen las Naciones Unidas. McHenry acusó a Moscú del asesinato del presidente afgano y su familia, de haber instalado u.n régimen-títere en Kabul. de haber silenciado al pueblo de Afganistán y ocupado militarmente su territorio, en un «brutal acto de agresión».
El embajador norteamericano ridiculizó las pretensiones soviéticas de que su intervención en Afganistán fue solicitada por el Gobierno de Kabul. «¿Varnos a creernos que el presidente Amin invitó a las tropas soviéticas a entrar en Afganistán para derrocar su propio régimen y supervisar su propia ejecución?», se preguntó Donald McHenry, quien cifró en 50.000 el número de soldados rusos que han cruzado la frontera afgana.
Tras asegurar que los líderes soviéticos han cometido «un gravísimo error de cálculo». el diplomático norteamericano pidió al Consejo de Seguridad que emprenda acciones contra la intervención rusa en Afganistán, porque, en caso contrario, «ningún Estado estará seguro ante un vecino mayor y más poderoso si la comunidad internacional parece condenar la intervención armada soviética».
Durante las cuatro sesiones del Consejo celebradas en el fin de semana, la Unión Soviética sufrió duras críticas no sólo de los países occidentales y aliados de Norteamérica, como España, que condenó la intervención rusa y pidió la retirada inmediata de las tropas.
Mientras el Consejo de Seguridad tenía que aplazar su debate sobre Irán, previsto inicialmente para ayer, a causa del prolongado número de oradores que intervenía en la reunión sobre Afganistán, la Asamblea General de la ONU concluía oficialmente con la elección de México como el representante del grupo latinoamericano en el Consejo de Seguridad, al retirar su candidatura Cuba y Colombia.
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