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Reportaje:

La contaminación de la bahía de Algeciras, problema añadido al paro y al cierre de la verja de Gibraltar

El Ayuntamiento de San Roque dio tres meses de plazo, que ya han transcurrido sobradamente, para que las empresas contaminantes solucionaran todos los problemas de vertido directo al mar. Hasta el momento y la situación no ha cambiado, existen cinco salidas directas al mar sin tener siquiera emisarios submarinos. Las fábricas que realizan estos vertidos son Interquisa, Induquímica (CEPSA), Central Térmica de Puente Mayorga, Petresa, a través de la refinería, y Carvesa, aunque esta última lo hace al arroyo Madrevieja, que después da al mar.Es indudable que la contaminación en la bahía de Algeciras es un problema muy grave, tanto en lo que se refiere a la contaminación química como a la contaminación calorífica, afirma Antonio Casaus, concejal del PSA. «Esta última, por ejemplo, es producida por la central térmica de Puente Mayorga, que además presenta otro grave problema ecológico: al refrigerarse con agua del mar, y para que no queden algas dentro del circuito de refrigeración, echa en la toma de entrada de dicho circuito un producto antialgas. El producto no se elimina y sale al agua después de refrigerar la central. Resultado: se ha cargado todo el plancton de la zona.»

No obstante, la contaminación de las aguas no es la única en el Campo de, Gibraltar. Lo normal, en cualquier día del año, es que se eleven grandes columnas de humo en el cielo de la bahía y que el ambiente se haga irrespirable. «Es lo que llamamos efluente gaseoso», sigue Antonio Casaus. «Hay días que el pestazo del ácido acético de Interquisa o el anhídrido sulfuroso de otras empresas es enormemente molesto para la respiración. Sin embargo, los aparatos que registran contaminación -colocados por las empresas donde quierenno dan resultados positivos ni aun dentro de las fábricas. Lo que queremos en el Ayuntamiento es colocar los aparatos nosotros mismos.»

A partir de la clara toma de postura del Ayuntamiento con respecto al tema se han producido varias reacciones empresariales. «Han sido muy curiosas las acciones que han realizado. Casi se podría decir que han sido "represalias" el hecho de que un buen día dicen que puede haber bolsas de gases cerca de su pantalán de descargue y dan el aviso para que los guardacostas prohíban a los pescadores que faenen cerca de allí, porque por la noche sería pelígroso con las luces de carburo. Esto es, cuando menos, contradictorio pues reconocen en ese caso la existencia de fallos en sus sistemas de seguridad.»

La refinería de CEPSA fue au torizada, con fecha del 26 de agosto de 1964, mediante decreto firmado por el entonces ministro de Industria, Gregorio López Bravo, y el general Franco. El artículo quinto del citado decreto dice textualmente:

«La instalación de la refinería se ajustará a las prescripciones esta blecidas por las disposiciones vigentes y su ubicación deberá realizarse en la zona de menor posibilidad turística y en una localización oculta en lo posible por los accidentes del terreno, estableciéndose además un perímetro de protección visual mediante la plantación de arbolado denso. La refinería no debe suponer para las playas próximas un motivo destacado de alteración del paisaje.»

La refinería, a pesar de eso, fue construida al lado de las ruinas de Nueva Carteya y se ve por todos lados.

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Las industrias afirman que no contaminan

Las empresas, por su parte, han afirmado repetidas veces que no hay contaminación grave en la bahía. La última ha sido en un informe que la dirección del puerto de Algeciras emitió en relación a la interpelación parlamentaria sobre contaminación en el Campo de Gibraltar. En el citado informe se acompañaba información de las diferentes industrias que estaban relacionadas por este tipo de contaminación. Así, Sevillana (central térmica) proporcionaba informes de las dos últimas campañas de control atmosférico, realizadas en 1975-1976 y 1978-1979, en las que dice que el índice es favorable y aún más en la actualidad. CEPSA decía que tanto en altura como en superficie sus instalaciones dan lugar a valores de contaminación inferiores a los permitidos por la legislación vigente. Acerinox informaba que tiene en servicio un filtro del tipo denominado de mangas, suficiente para dos hornos eléctricos y un convertidor, y que solamente se habían instalado un horno y el convertidor.Con respecto a las aguas, todas afirman que son convenientemente tratadas antes de arrojarlas al río o al mar. Ya se admite, sin embargo, que las aguas de Lubrisur que vierten al arroyo La Napoleona han creado situaciones molestas y que parte de los aceites de Acerinox se incorporan a la depuradora de aguas fecales.

Por otra parte, la efectividad de las depuradoras de la zona es puesta en duda en medios y ambientes ecologistas como el Colectivo del Sur y la Comisión de la Defensa de la Naturaleza. Esta última, de reciente creación, ha integrado un fuerte movimiento de opinión ecologista, que ya existía latente en la zona, y ha comenzado a realizar acciones de todo tipo para impedir «la fuerte degradación medio ambiental de la bahía».

Una de las acciones más espectaculares fue la Fiesta de la Bicicleta. «Por una Algeciras más habitable», rezaba la convocatoria, a la que se sumaron casi 5.000 personas, entre ellas, el alcalde de Algeciras y el presidente de la Diputación gaditana, ambos socialistas

Una central térmica conflictiva

Uno de los problemas más graves a los que los ecologistas se en frentan es la reciente autorización para construir en Algeciras una d las seis centrales térmicas programadas en el Plan Energético Nacional (PEN). Esta central térmica, según el proyecto de Sevillana de Electricidad, SA, funcionará con carbón importado, con un grupo inicial de 500 MW, y se instalará en el término municipal de Los Barrios, situado en la zona de Guadacorte (centro de interés turístico nacional), entre la desembocadura del río Guadarranque y Acerinox, y está prevista para entrar en-funcionamiento a mediados de 1984, al que posteriormente se le uniría otro grupo de 500 MW.«La sociedad Guadacorte es la que iba a urbanizar todo esto, que en su día fue declarado centro de interés turístico nacional», cuenta Francisco Núñez, de la Comisión para la Defensa de la Naturaleza. El plan parcial anterior al general contemplaba la zona como residencial; sin embargo, tras la instalación de Acerinox los terrenos fueron recalificados. Lentamente ha ido cambiando a zona industrial, o al menos así se ve en el plan general, que solamente contempla como residencial la zona del hotel Guadacorte y un poco más. El complejo, pues, lo que quiere es vender, ante el fracaso que ha supuesto estar entre industrias contaminantes. «Ahora, además, tenemos lo de la Central térmica, que a nuestro juicio no es necesaria para la zona, pues ya existe una en Puente Mayorga, que cubre las necesidades energéticas de la zona», afirma el ecologista Jesús Melgar. «A esto hay que añadirle que la producción de energía eléctrica en Cádiz está asegurada -y no son fuentes nuestras, sino datos extraídos de la Estructura Económica de Andalucía-, con una potencia instalada de 420.190 kw. La instalación de esta térmica de carbón tendría un impacto bastante negativo sobre nuestro ya degradado medio ambiente.»

"No nos oponemos a una industrialización nacional"

«No sólo existen esos problemas con relación a las industrias», termina Antonio Casaus, del PSA. «Existen muchas irregularidades que comienzan porque el Ayuntamiento es el último en enterarse de los proyectos (de la gran industria. No tenemos Conocimiento de la planta de metanol, por ejemplo, igual que la de aglomerado asfáltico. Oficialmente no sabemos nada, aunque en el último caso el Ministerio de la Vivienda le haya cedido terrenos. Otro caso es el de Ibérica Agas, que nos hemos enterado por la prensa que quiere poner aquí una fábrica con 35 operarios, los cuales vienen todos de Cádiz. Parece que no existiera el Ayuntamiento.» La comisión, por su parte, pone en entredicho también la industrialización de la bahía, de la que dice que no ha resuelto el problema del paro y sólo contamina: «Las industrias de la bahía son el resultado de las inversiones del gran capital nacional e internacional», nos dice Francisco Núñez, «siendo evidente que la mayoría de las empresas están empleando una tecnología que supone grandes inversiones y poca mano de obra. Nosotros no nos oponemos a la industrialización ni, mucho menos, al progreso, pero, defendemos que la industrialización que se adopte sea la adecuada a las posibilidades de aprovechamiento de esta zona. Podríamos citar, como un ejemplo de lo que a nuestro juicio no se deberia hacer, las fuertes inversiones realizadas en el complejo petroquimico, que ascienden aproximadamente a unos 25.000 millones de pesetas, para unos 1.5,00 puestos de trabajo creados solamente. Esta concentración industrial en los alrededores de la bahía está provocando una pérdida de población en los pueblos interiores de la comarca y una muy grave congestión urbana-industrial en torno a la bahía, que atenta directamente contra la calidad de la vida, de nuestras vidas.»

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