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El Consejo de Seguridad de la ONU exige la liberación de los rehenes antes del 7 de enero

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el lunes una resolución sobre la crisis iraní en la que se fija un plazo, hasta el próximo lunes, 7 de enero, para que sean puestos en libertad todos los rehenes norteamericanos, a punto de cumplir su segundo mes de, cautividad en Teherán, y, en caso contrario, se amenaza a Irán, de forma un tanto ambigua, con la imposición de sanciones económicas. La resolución fue presentada inicialmente por Estados Unidos y se aprobó, con ligeras modificaciones, por once votos a favor y cuatro abstenciones. El Consejo de Seguridad «deplora» la retención de los rehenes norteamericanos, insiste en su petición de que los libere el Gobierno de la República Islámica de Irán y encarga al secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, que utilice sus buenos oficios durante su estancia en Teherán e informe de sus gestiones al Consejo antes del 7 de enero.

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Como se esperaba, los dos países musulmanes presentes en la Mesa del Consejo, Kuwait y Bángladesh, se abstuvieron de votar la resolución. La abstención de Checoslovaquia se daba también como segura, por lo que el único dato de interés de la votación fue que la Unión Soviética no ejerciera su poder de veto y, aun absteniéndose, permitiera que la resolución fuese aprobada. Los países latinoamericanos y occidentales miembros del Consejo y la República Popular China votaron a favor.La votación ser celebró en la mañana del lunes, último día de 1979 y último también de existenia de ese Consejo de Seguridad, cinco de cuyos miembros dejaron de serlo a principios de año. Horas antes de que se aprobara la resolución, el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, había; emprendido su viaje a, Irán, entre informaciones muy contradictorias sobre si sería finalmente recibido o no por el imán Jomeini y en medio de grandes dudas sobre la eficacia última de su misión.

El Consejo de Seguridad acordó reunirse de nuevo el lunes, para examinar la situáción y, «en caso de que no se haya observado la presente resolución, adoptar medidas eficaces de acuerdo con los artículos 39 y 41 de la Carta de las Naciones Unidas». En otras palabras, para proceder a la imposición de un embargo económico y comercial contra Irán.

Sin embargo, la entrada de cuatro nuevos países en el Consejo y la larga disputa por el puesto latinoamericano que ocupó Bolivia en los dos últimos años y que aún se disputan Colombia y Cuba crea una gran incertidumbre sobre la viabilidad real de esas sanciones que busca Washington desde hace más de diez días. Si Waldheim vuelve de Teherán con las manos vacías, el Consejo de Seguridad puede enfrascarse de nuevo en largos y estériles debates

El embajador norteamericano en las Naciones Unidas, Donald McHenry, negó rotundamente el lunes, en el transcurso de una conferencia de prensa celebrada en la ONU, que existiese algún tipo de acuerdo secreto entre Moscú y Washington, de tal modo que los soviéticos hubieran renunciado a su poder de veto a cambio de un cierto campo libre en Afganistán.

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La crisis entró así en una nueva pausa, cuando van a cumplirse dos meses desde que los activistas islámicos ocuparan la embajada de Estados Unidos en Teherán. Por un lado, el secretario general de la ONU negocia en Teherán sin espectaculares perspectivas de éxito, pero con el claro antecedente de que se mostró dispuesto a viajar sólo si tenía indicios de que su visita iba a ser «productiva» para la resolución de la crisis. Si kurt Waldheim ha emprendido viaje a Irán, antes incluso de que se reuniéra el Consejo de Seguridad, ello puede significar que ha recibido algún tipo de señal desde Teherán y que,el esfuerzo valía la pena.

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