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La policía interviene 150.000 "cassettes" piratas con canciones de moda

Un total de 150.000 cassettes piratas, con un total de 1.800.000 canciones, fueron intervenidas por la policía en los últimos días. Seis personas han sido detenidas, entre ellas el gerente de la casa de discos Galas Record, Pedro Cuesta. Las citadas cassettes, que se vendían en el mercado a un precio de doscientas pesetas, reproducían las canciones del momento de artistas de otras casas de discos, con sus fotografías en portada, pero interpretadas por cantantes desconocidos.

Aunque la policía no ha facilitado la identidad de los otros cinco detenidos, que, junto con Pedro Cuesta, han pasado a disposición del juez, al menos treinta sellos fonográficos están implicados en el affaire, entre ellos, los siguientes: Aphrodita, Euromusic, Pachá, Satosa, Seven, Topacio, Tritón y la citada Galas Record, todas ellas con sede en Alicante, Barcelona y Madrid. La mayoría de estas casas discográficas son desconocidas para el gran público. Las marcas más perjudicadas por este presunto fraude fueron Ariola, CBS, Columbia, Philips, RCA y Zafiro.La intervención de las 150.000 cassettes y la detención de seis de los presuntos implicados parece solamente la punta del iceberg de un negocio que surgió hace algunos años, con el boom de las cassettes que contenían o recopilaban los éxitos comerciales del momento. Según una nota oficial de la Jefatura Superior de Policía, las casas discográficas llegaron a obtener pérdidas de 1.600 millones de pesetas anuales con la puesta en marcha de estos procedimientos fraudulentos. El servicio policial fue llevado a cabo por inspectores de la comisaría madrileña de Retiro, y las informaciones facilitadas por la policía dejan bastantes puntos oscuros en lo que respecta a la totalidad del affaire.

La infracción consistía principalmente en reproducir canciones de moda de los principales cantantes del momento y aprovecharse del gancho publicitario de aquéllos y del lanzamiento de sus casas de discos, cuando, en calidad, las canciones estaban interpretadas por cantantes desconocidos, cuyo nombre estaba impreso en caracteres de imprenta muy pequeños, frente a los grandes titulares en los que se leía el del autor habitual de las canciones que promocionó e hizo popular cada tema. Estas cintas se vendían en el mercado a doscientas pesetas, frente a las quinientas a que se despachaban las auténticas.

A mayor abundamiento, una firma barcelonesa. Galas Record, se atrevió a reproducir, por el sistema cover, canciones genuinas, tomando cintas grabadas por otras casas comerciales y distribuyendo tantas copias como le parecían oportunas, haciendo constar en la portada de la cassette, también en letras pequeñas, que el cantante era desconocido en el mercado.

Las empresas discográficas eludían de esta manera el pago de los impuestos a Hacienda (impuesto de lujo), así como a la Sociedad General de Autores de España y otras extranjeras, al no abonar ningún tipo de derechos de autor o de la propiedad intelectual.

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Las treinta casas discográficas presuntamente encartadas se habían agrupado en la APYMEF (Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa Fonográfica) y posteriormente comenzaron a sustituir las fotos de los cantantes por dibujos de aquéllos, con el fin de soslayar futuras responsabilidades. Casi todas ellas tenían escasísimas canciones de su producción, limitándose, en la mayoría de los casos, a reproducir éxitos de otras compañías.

Pedro Cuesta, albaceteño, 33 anos, carecía hasta el momento de antecedentes penales. Junto con los detenidos, han pasado a disposición del juez, además de las 150.000 cintas piratas, otras abundantes cintas vírgenes, libros de cuentas y facturas.

La Asociación Fonográfica Española (AFE) ha galardonado con un disco de oro a los policías que participaron en el caso. Se esperan más datos sobre este importante fraude.

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