El jefe de la Policía Municipal de Oviedo, acusado de negligencia

La comisión de régimen interior del Ayuntamiento de Oviedo llegó a la conclusión de la «inhibición y negligencia por parte del jefe de la Policía Municipal en el cumplimiento de sus obligaciones», después de estudiar sus respuestas a las preguntas que le formularon los concejales sobre las normas de actuación de los agentes en los casos de conflictividad, y sobre la selección del personal en el servicio de las grúas destinadas a retirar los vehículos mal aparcados. Por lo que se refiere al policía que disparó contra Francisco Barros Fortes (Véase EL PAÍS 13-XII y 18-XII-79), fallecido posteriormente a consecuencia de las heridas recibidas, el dictamen de dicha comisión municipal afirma que fue mantenido en el servicio de grúa, pese a haber puesto de manifiesto en sus actuaciones la facilidad con que respondía a las situaciones conflictivas haciendo uso del arma».El dictamen subraya que los agentes no tienen instrucciones concretas ante los frecuentes casos de conflictividad que se dan en la calle e insiste en el mantenimiento, en el servicio de grúa, de una policía adecuada.

Como telón de fondo están las diferencias existentes entre los distintos grupos municipales sobre la titularidad de la grúa. El PSOE vio derrotada una moción suya que proponía la adquisición de una grúa, para el Ayuntamiento, porque le preocupa «el exceso de celo del arrendador, si se tiene en cuenta que el propietario de la grúa percibe setecientas pesetas -el importe de la multa es mil pesetas- por coche retirado. Por otra parte, una de las grúas que viene actuando en Oviedo está a nombre de la esposa de un policía municipal, según aseguraron a EL PAÍS los concejales socialistas Ludivina García y Wenceslao López.