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El "gordo" viajó íntegro a Granollers, en el centenario del sorteo de Navidad

El premio gordo, que cayó en el número 40.286, fue el más madrugador de todos los sorteos celebrados hasta ayer. Salió a los cinco minutos, y se fue íntegramente a Granollers (Barcelona). Los premios segundo y tercero fueron cantados antes de que se cumpliesen cincuenta minutos del sorteo. Estas circunstancias, junto al hecho de que los principales premios cayeran fuera de Madrid (el segundo se vendió en su totalidad en Gijón) restaron casi todo el interés. y el ambiente que es peculiar en el salón nacional de loterías, dónde se celebra todos los años el sorteo.

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El primer premio, muy repartido por una parroquia

Madrid fue, en esta, ocasión, la gran perdedora en el sorteo: los más de 10.000 millones que se compraron en las administraciones madrileñas se reflejaron sólo en 1.000 millones de pesetas, repartidos entre el tercer premio y los siguientes. Las loteras madrileñas y sus claqués, que son quienes le dan ambiente a la sala, se retiraron en seguida al comprobar, que, en esta ocasión, no habían dado premios importantes. Los dos únicos golpes de efecto en las dos horas y veintidós minutos que duró el sorteo los produjeron por un lado, un nutrido grupo de trabajadores de la empresa Chrysler, que irrumpieron en el pasillo central del salón con una pancarta que decía «Chrysler, readmisión», y que fueron desalojados por la policía; por otro, una señora anciana que en el momento de ser cantado el gordo comenzó a dar fuertes gritos, asegurando que le había tocado el primer premio, lo que luego resultó ser falso.El gordo, que correspondió al número 40.286 (en esta misma página se publica una relación de los catorce primeros premios, así como de los lugares donde fueron vendidos), salió exactamente a las 9.28 horas, cinco minutos después de haber comenzado el sorteo. Fue la bola tercera, del tercer alambre de la primera tabla; es decir, la bola número 43 de las que habían Ido extraídas hasta entonces, que coincidía también con el primer premio de importancia entre los cantados.

Fue un auténtico escopetazo entre los casi setecientos asistentes aún somnolientos. Lo cantó el niño Juan Carlos Pérez Julián, de trece años, alumno de San Ildefonso, como todos los niños cantores del sorteo, que más tarde confesó que se quedó de piedra cuando vio la bola y estuvo a punto de no cantar el premio, «por falta de decisión». El número lo había cantado Javier Alcocer Martín y Gabriel Lara y José Julio López habían extraído las bolas. El gordo se fue integro a Granollers (Barcelona).

Los siguientes premios importantes, por orden de extracción, fueron uno de cinco millones -9.144-, y dos de dos millones -34.127 y 3.443-, todos ellos cantados por los mismos niños. El tercer premio -el 18.396-, también madrugador, fue cantado a las 9.53 horas, media hora después de comenzado el sorteo. Más de la mitad de este premio se fue a parar a Barcelona. Menos de una cuarta parte a Madrid y el resto se repartió en La Felguera (Oviedo), Bilbao, Cáceres y Camas (Sevilla).

El segundo premio salió veinte minutos después, a las 10.15 horas de la mañana. Lo cantaron los niños Joaquín Sánchez Rodríguez y José Ramón Hierro Flórez (éste último dio el gordo del año pasado), y correspondió al número 25.444. vendido integramente en Gijón (Asturias).

El resto de los premios, salvo dos de cinco millones que correspondieron a Algeciras (Cádiz) y San Sebastián, respectivamente, y otros dos de dos millones, que cayeron en Madrid y Valencia, estuvieron bastante repartidos. Además de los premios a las aproximaciones y a las terminaciones, tanto de una cifra como de dos, se repartieron 1.386 premios de 100.000 pesetas. En total, el número de premios distribuidos por cada serie fue de 10. 149, con un total de 9 10 millones.

El monto total de premios repartidos fue de 29.120 millones de pesetas, 5.000 más que el año pasado. Los españoles jugaron este año un total de 41.600 millones, 6.600 más que en 1978.

El sorteo dio comienzo a las 9.23 minutos. Previamente, a las 8.30, el presidente del sorteo, Antonio Gómez Gutiérrez, jefe del Servicio Nacional de Loterías, dio permiso para que los presentes que lo desearan comprobasen si su número estaba entre los 65.000 que iban a ser introducidos en el bombo. Veinte niños del colegio de huérfanos de San Ildefonso, el más antiguo del mundo, fundado en 1478, fueron los encargados de cantar los premios.

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