El primer premio, muy repartido por una parroquia
El primer premio de la lotería de Navidad, que correspondió al número 40.286, fue a parar íntegramente a Granollers. En total, 6.400 millones de pesetas, muy repartidos. A Gijón viajó la totalidad del segundo premio -número 25.444-, con 3.200 millones de pesetas. En Barcelona cayeron novecientos millones del tercer número, el 18.396, del que a Madrid tocaron 450 millones de pesetas. Cataluña acaparó, pues, la tercera parte de los premios y Asturias, más del 10 %, mientras que Madrid fue la gran perdedora del sorteo, conmemorativo del primer centenario de su formación: solamente 1.005 millones, en contraste con los 11.000 jugados, más de la cuarta parte. El gordo fue realmente madrugador en esta ocasión. Salió a los cinco minutos. Los españoles jugaron este año a la Lotería Nacional la cantidad de 41.600 millones de pesetas, de los que 29.000 millones se repartieron en premios y el resto fue a parar al Tesoro.
La totalidad del gordo de Navidad fue vendido en pequeñas participaciones por la junta económica de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, de Granollérs (35.000 habitantes). Sólo tres de las 32 series del número -el 40.286- hablan sido devueltas un par de días antes del sorteo a la única administración de lotería dé Granollers, la cual los vendió en su totalidad y también en pequeña participaciones. Los beneficiados, por el gordo son trabajadores muy modestos, básicamente extremeños y también andaluces inmigrados en Cataluña, así como algunos pequeños tenderos catalanes. En su mayoría residen en Canovelles (15.000 habitantes, esencialmente trabajadores inmigrados), municipio totalmente unido a Granollers y cuyo término municipal linda con el edificio de la mencionada parroquia, sita ésta en Granollers.En su inmensa generalidad, los agraciados poseían participaciones que les habían costado cien pesetas, de las que ochenta correspondían efectivamente a una participación en el número del gordo y veinte eran explícitamente destinadas a las necesidades de la parroquia. Concretamente, el pago de la construcción del cielo raso del techo de la iglesia. Había costado 1.230.000 pesetas y las obras habían concluido hace tan sólo un mes. Con las cien pesetas nominales de participación, los agraciados obtendrán 800.000 pesetas. En un
El primer premio, muy repartido por una parroquia
número reducido de casos, con mayor participación, ganarán el doble o tres veces más. Los agraciados con cantidades más altas era una pequeña minoría.Por otro lado, la parroquia se encontraba en delicada situación con respecto al Ayuntamiento de Canovelles (presidido por un socialista), debido a que el consistorio la había requerido para que abandonara, en el curso de las próximas semanas, una guardería y un templo anexo a la misma. El edificio es propiedad del municipio de Canovelles, pero su uso había sido cedido a la iglesia hace once años. Las asociaciones de vecinos apoyaban al Ayuntamiento en su reclamación. El principal objeto del contencioso era poder transformar lo que ahora es el templo anexo a la guardería -ambos sitos en Canovelles, mientras la parroquia en sí misma se alza en Granollers, a escasos metros de distancia- para ser destinada a reuniones y necesidades cívicas.
La parroquia fue creada hace veinte años, para atender a las necesidades de Canovelles, que en poco tiempo, y como efecto de la inmigración, ha pasado de los 3.061 habitantes de 1964, a los 15.000 actuales. Desde hace diecisiete años es rector de la parroquia mosén Joan Samper Ripoll, de 54 años, desde hoy millonario. Al mediodía de ayer ya había celebrado cinco matrimonios. El sacerdote no se había podido lavar la cara en el día de ayer porque en su modesto piso no había agua «como sucede muy a menudo», afirmó a este diario. Jugaba mil pesetas nominales -es decir ochocientas efectivas-, con lo cual le han tocado 8.000.000 de pesetas. Afirmó no saber cuánto había correspondido a la parroquia en sí, por cuanto que el administrador de lajunta económica de la misma estaba en Lérida, con la familia. Todo indicaba que la parroquia, pese a haber devuelto tres series en los últimos días, poseía un considerable número de participaciones.
La mayoría de los agraciados proceden de Extremadura. Muchos de ellos, de la localidad de Ceclavín (Cáceres). Otros, de Cordovilla de Lacara (Badajoz). Los extremeños son seguidos por los andaluces. Entre éstos últimos, Córdoba es la provincia mejor representada. Como dato curioso, es de indicar que doscientas participaciones habían sido remitidas por un feligrés a unfamiliar residente en Espiel (Córdoba).
Poco después de las diez de la mañana, la Policía Municipal de Granollers cortó el tráfico que conduce a la pequeña calle de Sant Roc, en pleno centro de la ciudad, en cuyo número once se encuentra la administración de lotería de doña Pepita Soler, la única que existe en la ciudad.
Un centenar de personas se agolpaban en la puerta de la citada administración. La mayor parte de estas personas habían oído por la radio, momentos antes, que el gordo había caído en Granollers.
Las situaciones de euforia se repitieron a lo largo de toda la mañana. El proceso se repetía casi sin variación: llegaba un vecino con una, dos o tres participaciones. Se cercioraba ante los empleados de la administración de la veracidad del premio y, a continuación, las reacciones se repartían entre la estupefacción, la alegría y la emoción.
Varios empleados de las oficinas bancarias de la localidad se hallaban distribuidos entre el público. Los nuevos millonarios eran prácticamente «asaltados» por estos empleados, en un intento de lograr el ingreso de los talones premiados en su respectiva entidad. Por la tarde, las oficinas bancarias permanecían abiertas y en algunas de ellas podía leerse el cartel de «se paga lotería».
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