Más de 3.000 millones, muy repartidos en Gijón
Un total de 3.350 millones de pesetas correspondieron a Asturias, repartidos en Gijón, donde fue vendido íntegramente el segundo premio, y en La Felguera, que se llevó tres series del tercero. La lluvia de millones ha caído muy repartida.Julia Elena Guerrero, concesionaria de la administración número diez de Gijón, situada en la calle del Marqués de San Esteban, próxima al viejo puerto local, ya se había resignado a cerrar el año sin dar un solo premio importante y a soportar las reticencias de los clientes habituales, porque la suerte parecía tenerla definitivamente olvidada. En la mañana de ayer, cuando se disponía a cerrar la puerta que daba libre acceso al intenso frío procedente de la calle, donde caía aguanieve en abundancia, pudo oír por la radio que a un número terminado en cuatro le habían correspondido 3.200 millones de pesetas.
Recordó entonces aquel billete con tres cuatros, «tan poco agradable», rechazado sistemáticamente por los jugadores expertos, hasta que se vendió porque no quedaba otro. Después de cerrar lentamente la puerta fue a confrontar aquel número con el que había anotado Antonio Muñiz. Una enorme sorpresa y, a la vez, una inevitable decepción saltaron simultáneamente entre las personas que se encontraban en aquel momento en el pequeño local de la calle del Marqués de San Esteban: el 52.444 era el segundo premio, y había sido vendido íntegramente allí.
En aquel mismo momento, el dueño del bar Australia, de la calle de Calvo Sotelo, hasta entonces pendiente de la televisión, daba la noticia a los clientes, que combatían el frío con un caldo mañanero: los sesenta miembros de la peña del bar, que juegan siempre a un terminal 4, habían comprado en esta ocasión el 52.444 en un estanco próximo de la calle del Comandante Caballero, cuya encargada, Ana día, resultó premiada con diez millones de pesetas, lo mismo que un trabajador jubilado. Después de las primeras apariciones de los enviados de los bancos, el dueño del bar Australia desapareció.
La noticia llegó pronto también a la fundación Revillagigedo, cuyo club de fútbol juvenil había adquirido 170.000 pesetas del segundo premio en la administración de la calle del Marqués de San Esteban, cuyos responsables no habíanjugado una sola peseta a este número « tan despreciado». De ahí su parte de decepción.
Esta administración vendió 35 millones de pesetas para este sorteo. Las 640.000 pesetas del número completo premiado fueron a parar al estanco de la calle del Comandante Caballero, de Ana Díaz Meana, la cual, a su vez, vendió una gran parte al bar Australia, al equipo de fútbol de la fundación Revillagigedo y a quienes adquirieron los décimos en la ventanilla de dicha administración. En general, los premios estuvieron muy repartidos.
Un centro docente, amenazado de cierre
Cuando Manuel Andrade, profesor de Literatura de la Fundación Revillagigedo, del barrio gijonés El Natahoyo, se encontraba discutiendo con un grupo de alumnos la preparación de una excursión a Villamanín aprovechando las fiestas navideñas, un amigo les llevó precipitadamente la noticia de que el número distribuido por los futbolistas juveniles de la fundación se acababa de convertir en el segundo premio del sorteo de Navidad. El profesor saltó de alegría: le acababan de tocar cuatro millones d e pesetas, que venían a compensar su disgusto por el retraso con que viene percibiendo sus haberes como docente. Los alumnos del grupo expedicionario a León no habían adquirido ninguna participación de la lotería premiada, al contrario que la mayoría de los profesores y sus compañeros de -centro. La Fundación Revillagigedo, regentada por los jesuitas, se encuentra amenazada de cierre por la insuficiencia de las subvenciones estatales, precisamente en el cincuentenario de su fundación, que se cumple este año. Cuenta con setecientos alumnos en los dos grados de formación profesional y con cuarenta profesores. La crisis del centro ha obligado a elevar las tarifas de los estudiantes a unas 3.200 pesetas mensuales en la formación profesional.
Hace unos días la fundación lanzó, a través de la prensa asturiana, una llamada de socorro, advirtiendo la inminencia del cierre por imperativos económicos.
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