Calvo Ortega: "El Estatuto es bueno, porque cubre un vacío en la legislación laboral"
«El Estatuto de los Trabajadores es bueno porque cubre el vacío de una legislación laboral del sistema anterior dificil de aplicar en la España democrática. y porque clarifica y delimita los derechos y deberes, las competencias y las responsabilidades de trabajadores y empresarios». manifestó ayer, al término de los debates del rnencionado proyecto de ley, el ministro de Trabajo, Rafael Calvo.El ministro afirmó que el Gobierno, consciente de la urgencia de esta nueva ley, había empleado la mayor severidad para la elaboración de este proyecto, y que igualmente había ocurrido en su tramitación por la Comisión y el Congreso. En cuanto a la clarificación de derechos y deberes, el ministro manifestó que beneficia a los trabajadores, y justificó su afirmación en su confrontación con dos modelos: un modelo temporal (la legislación anterior) y un modelo espacial (las legislaciones en el área política de nuestro país en las naciones de la CEE). En cuanto al primer modelo, dijo Calvo Ortega, hay tres aspectos importantes: quedan robustecidos los derechos de los trabajadores en la mayoría de los puntos, robustece la negociación colectiva y el quehacer sindical y sustituye la labor intervencionista del Ministerio de Trabajo por la jurisdicción que en su día atienda las relaciones laborales.
El ministro dijo también que se habían hecho en la Cámara acusaciones al Gobierno que calificó de «burdas, gratuitas e inexactas», diciendo que el Estatuto había sido dictado por la CEOE. « Por respeto a quien las ha hecho, no lo califico de falso. El Gobierno, en ningún ca so, ha escrito ni una sola línea al dictado de la CEOE ni de ningún grupo, sea de la naturaleza que sea. Sólo ha respondido al dictado de UCD y de su grupo parlamentario.» Nuevamente negó cualquier consenso y dijo que la multitud de enmiendas que se habían aceptado a todos los grupos, y que habían mejorado sensiblemente el primitivo proyecto, había que enmarcarlas dentro del espíritu receptivo del que siempre había hecho gala, en estos debates, el Grupo parlamentario de UCD.
Refiriéndose a uno de los puntos más controvertidos del Estatuto, el relativo al despido, el ministro dijo que había tres clases: el despido disciplinario, los expedientes de crisis y la extinción del contrato por causas objetivas. «Y sólo en una de estas formas», afirmó, «en la del despido disciplinario, ha disminuido la indemnización con respecto a la anterior, y sigue siendo la más alta de Europa. En los otros dos casos se ha aumentado la indemnización. De quince a veinte días (un 33%) en los expedientes de crisis y de siete a veinte días (el triple) el relativo a causas objetivas.»
«Por otra parte», añadió, «el despido disciplinario es el menos importante, ya que es un supuesto individual, en tanto que las otras dos extinciones de contrato son supuestos colectivos.» Defendió igualmente los topes a la antigüedad, «porque», dijo, «es una forma -como se ha reconocido a nivel internacional- de generar empleo. Y en cuanto a jornadas y vacaciones», comentó, «son mínimos que se pueden superar mediante negociación colectiva. Las horas extraordinarias se han reducido con el objetivo de crear empleo».
El ministro resaltó también, a preguntas de los periodistas que, a su juicio, las movilizaciones y huelgas que habían precedido y se habían sucedido durante la discusión del Estatuto no habían sido importantes, a excepción de la del País Vasco. «Y en ésta», dijo, «comparto la tesis expresada por Felipe González.» Se refería a que la huelga en Euskadi fue un éxito al convocarla el PNV y estar de acuerdo los patronos en secundarla.
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