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Túnez refuerza su campaña contra el "integrismo islámico"

El Gobierno tunecino está dispuesto a reforzar su campaña contra el «falso integrismo islámico», en un claro intento de poner coto a las derivaciones políticas del resurgimiento de las corrientes religiosas. Así lo ha dado a entender el pnmer ministro, Hedi Nuira, confirmando de esta forma la inquietud de los medios oficiales por la influencia que tienen los acontecimientos iraníes.El apoyo de los medios religiosos tunecinos a la revolución islámica se ha convertido, según la opinión del Gobierno, en una nueva forma de contegtación muy peligrosa para la opción política trazada por el presidente Habib Burguiba. El primer gesto de las autoridades ha sido la suspensión de las revistas Al Mujtama y Al Maariga, consideradas como portavoces, del integrismo, y el encarcelamiento de sus editores, Rachid Ghannuchi y Abdelhamid Attia, acusados de difusión de falsas noticias, apología de la subversión y crimen contra la seguridad del Estado.

Los editores serán juzgados hoy en Túnez, en medio de estrictas medidas de seguridad, para evitar cualquier manifestación de tipo jomeinista. Las revistas incriminadas publicaron sendos editoriales, en los que se ensalzaba el proceso iraní y se aportaba un apoyo sin reservas al imán Jomeini, así como a los estudiantes islámicos que ocupan la embajada norteamericana en Teherán.

Al Mujtama condenó también la frialdad que habían expresado los participantes a la última cumbre de la Liga Arabe, celebrada en Túnez, ante la presencia de una delegación del Consejo de la Revolución iraní, que intentó, sin éxito, defender sus puntos de vista.

Según sus editores, el tema de los rehenes norteamericanos sería "comprendido", por la opinión pública tunecina, en los términos que defiende Teherán, mientras que el Gobierno tunecino ha condenado sin reparos la detención de los rehenes y expresado sus reservas hacia la revolución islámica.

En el contexto de «fin de reinado» que vive Túnez, los acontecimientos iraníes cobran una dimensión especial, por la influencia que pudieran tener en los estamentos religiosos y la opinión pública. Los medios oficiales han criticado la acción de los «seudorreformistas jomeinistas» y han señalado que, bajo el manto de factores de orden religioso, ha aparecido en el país una tendencia anarquista y destructora que conviene ver liquidada.

El primer ministro, Nuira, durante una declaración realizada el sábado pasado con ocasión de las festividades que marcan los 1.300 años de la fundación de la mezquita La Zituna, no dejó pasar la ocasión para fustigar a los «fanáticos y oscurantistas», aunque tuvo cuidado en expresar que sus palabras se referían, en particular, al caso de la ocupación de La Meca.

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