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Un precio base del petróleo es decisivo para el futuro de la OPEP

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) puede acordar, en su 55 conferencia ordinaria de ministros de Petróleo, que comienza mañana, lunes, en la capital venezolana, una estructura uniforme de precios para el crudo durante el primer semestre del año 1980, que apenas supere, un 10% el precio mínimo de veinticuatro dólares para su crudo establecido la semana pasada por Arabia Saudí y otros tres países del llamado grupo moderado del cartel. Esta es la impresión que se recogió ayer en Caracas en vísperas del inicio de la conferencia, que se presenta como una de las más importantes e imprevisibles de las dos décadas de existencia de la OPEP.

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Si salen aprobadas las tesis sobre precios y producción mantenidas por los cuatro países (Venezuela, Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Arabes Unidos), que el jueves pasado anunciaron una subida de precios de sus crudos del 33%, es previsible que el barril de petróleo base, el llamado arabian light, no supere los veintisiete dólares en el mercado oficial de entrega a plazo después del encuentro de Caracas. Este precio, que sería el mínimo que el ala radical de la OPEP, especialmente Irán y Libia, podrían aceptar, representaría todavía un nivel sensiblemente alto para las economías de los países occidentales, cuya factura petrolífera para el año 1980 se vería incrementada en unos 50.000 millones de dólares adicionales.Los cuatro países moderados, que en conjunto representan casi la mitad de la producción de la OPEP, parecen haber coordinado cuidadosamente su estretagia de cara a la 55 reunión ministerial de la OPEP. El objetivo del grupo moderado, capitaneado por Arabia Saudí, es frenar las demandas de aumentos importantes para el próximo año por medio de una primera concesión a los «radicales» (la equiparación de precios a los niveles más altos actualmente) y, en segundo lugar, mediante una clara advertencia: si no se aceptan sus posiciones, los cuatro países incrementarían al máximo su producción, con objeto de romper el actual desequilibrio (o, más bien, equilibrio inestable) que existe entre la oferta y la demanda en el mercado mundial de crudo. Es significativo, en este sentido, que el jeque Yamani, ministro de Petróleo de Arabia Saudí, haya declarado a su llegada a Caracas que su país está dispuesto a mantener su actual nivel de producción, de 9,5 millones de barriles diarios, a lo largo de los seis primeros meses de 1980.

Pero, según opinan expertos consultados, la estrategia de Arabia Saudí para unificar precios OPEP y, al mismo tiempo, recuperar el poder político que siempre ejerció en el cartel, parece ir más lejos. En unas declaraciones al diario económico neoyorquino The Wall Street Journal, el ministro de Planificación del reino árabe, jeque Hisham Nazer, declaró el jueves pasado que Arabia Saudí tiene capacidad técnica para producir doce millones diarios de crudo y estaría dispuesta a hacerlo paulatinamente si las circunstancias lo aconsejaran.

LA OPEP y el mercado "spot"

En cualquier caso, el 55 encuentro de la OPEP aparece, horas antes de comenzar, como uno de los más imprevisibles y, sin duda alguna, el más decisivo en lo que respecta al futuro de la organización. Hay que tener en cuenta que, tras la aprobación de un doble sistema de precios (18-23,50 dólares) en Ginebra, el pasado junio, la OPEP, como cartel, se ha visto incapaz, en palabras del jeque Yamani, para controlar las propias fuerzas del mercado del petróleo. Como consecuencia, los precios actuales del crudo, en contra de los acuerdos de Ginebra, superan hoy los 23,50 dólares, precio máximo acordado en Ginebra para el crudo base, arabian light, y llegan hasta los 27-28 dólares para el saharan blend, el tipo de crudo de máxima calidad que se produce en el norte de Africa.

Al margen del mercado a plazo, el llamado de entrega inmediata, o spot, ha llegado a alcanzar niveles de precios del orden de los cuarenta dólares en las últimas semanas, principalmente como consecuencia de la crisis irano-norteamericana y de las subsiguientes decisiones de Washington de adquirir en el mercado libre los 700.000 barriles que antes adquiría mediante entrega a plazo en Irán. Ha contribuido también a la escala de precios de este mercado (que ya totaliza un 20% del total) la desviación de crudos hacia el mismo por parte de las compañías intermediarias, que llegan a ser los auténticos jueces del mercado de crudo.

Una interpretación que se está realizando del incremento de precios decidido el jueves por Arabia Saudí, argumenta ahora que el jeque Yamani, aparte de querer buscar una solución de precios unificados en Caracas, ha pretendido reducir los espectaculares beneficios que las compañías multinacionales de petróleo han realizado en los últimos seis meses, debido, precisamente, al caos del mercado. En este sentido, las compañías intermediarias, especialmente las que participan en el consorcio Arabian American Oil Company, tendrán que devolver al reino saudí (dado el efecto retroactivo de la decisión del jueves), 2.750 millones de dólares, la diferencia entre el precio de dieciocho y el de veinticuatro dólares por barril que antes cargaban. Medios saudíes han comunicado a las compañías afectadas (Exxon, Socal, Texaco y Mobil) que no podrán pasar este incremento a sus clientes.

El dólar y el reciclaje de fondos

Otro de los temas decisivos del encuentro de Caracas será el problema financiero que se le plantea a la OPEP como consecuencia de la pérdida del poder adquisitivo del dólar. Los países radicales, especialmente Irán y Libia, se espera que planteen como principio la necesidad de sustituir el dólar como medio de pago (y, posiblemente, de fijación de precio) del crudo. Razones políticas importantes, como es el caso de Irán, y otras simplemente financieras, tales como la salvaguardia de los ingresos de petróleo contra la inflación mundial, serán esgrimidas por estos países para defender sus posiciones. Es significativo que Belcacen Nabi, ministro de Energía de Argelia, otro país que posiblemente se alinie con esta posición, haya declarado a su salida de Argel, camino de Caracas, que «ha llegado el momento de pensar y estudiar el tema para defender el precio de compra y descolgarse del dólar».

Otro de los argumentos que ya se han escuchado es el de Irán, que ha visto sus fondos financieros en bancos norteamericanos congelados por una decisión del presidente Carter, con motivo de la crisis política de los rehenes, es el de la necesidad de los productores de petróleo de protegerse contra decisiones de este tipo.

No obstante, esta cuestión de la sustitución del dólar aparece, en opinión de muchos expertos, demasiado verde. En su última reunión en Ginebra, los ministros de la OPEP acordaron estudiar en sus próximas reuniones «el problema» de la sustitución del dólar por una «cesta de monedas» como mecanismo de fijación del precio de los crudos. No obstante, poco se ha hecho, o sabido, al respecto desde entonces. Hace dos semanas, el comité de estrategia de la OPEP se reunió en Barheim para analizar este y otros temas, pero el documento de 44 páginas que se elaboró permanece en el más absoluto secreto.

Pero la posición saudí, cuyo ministro de Petróleo preside este comité, es bien conocida al respecto, Yamani es contrario a la sustitución del dólar en tanto en cuanto la moneda norteamericana conserve su valor. Unas recientes declaraciones de Anthony Salomon, subsecretario del Tesoro norteamericano, aseguraba que el dólar mantiene su valor de los últimos meses y, si le compara con el de hace dos años, incluso se ha fortalecido en un 20%. Es curioso, a este respecto, que el dólar ha mantenido su valor en esta última semana, cuando ha tenido que afrontar un duro ataque organizado de capitales procedentes de Oriente Próximo, que buscaban intercambiar sus dólares por oro. El ligero descenso, experimentado por la divisa norteamericana será utilizado en Caracas por los llamados «radicales» para justificar la sustitución y, por supuesto, los nuevos aumentos del precio de los crudos.

Tensión entre Irán e Irak

En el aspecto financiero, un tema clave lo constituye el del mecanismo e instrumento de reciclaje de los grandes fondos del petróleo, cifrados en decenas de miles de millones de dólares, que el encarecimiento de los crudos traslada de los países importadores a los exportadores. La gran banca internacional, hasta ahora, ha desempeñado el papel de intermediaria en el reciclaje de esos fondos, pero ahora aparecen cada vez mayores reservas por parte de las grandes entidades para cubrir esa función.

Finalmente, planea sobre la conferencia el conflicto entre iraquíes e iraníes, países ambos miembros de la OPEP, donde juegan un papel de cierta importancia. La tensión entre ambos países puede condicionar el desarrollo de la conferencia de forma imprevisible.

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