La hoja roja

No voy a hablar de tu mejor novela, Miguel, amor, ahora que tu Mario sigue ganando batallas teatrales después de muerto. Gracias por esa cita que me haces, Miguel, amor, al comienzo de tu libro colectivo sobre el quebrantahuesos, ave mítica y metálica que defendí en una columna de este periódico, porque uno no ha llegado a lo de Beethoven -«más amo a un árbol que a un hombre»-, pero sí ha llegado uno a amar a todos los animales más que a algunos hombres, aunque hay hombres a quienes sólo se les puede amar por animales. A Ramoncín le ha pasado el otro día:.-Que andaba yo, tronco, buscando por las hemerotecas de Madrid, o sea, información de unos años que me interesan para una novela, y todo son cortes y funcionarios borde, o sea que les dije: «Aquí en este país lo que mola es que haya mucho bruto.»

Nobles o no, los brutos proliferan en el Estado ¿español?, y entonces los estudiantes se levantan en armas dialécticas contra una reforma universitaria que es un quebrantachicos, y esos hermanos separados que son los drogotas se lo montan de tate y Daoíz y Velarde, que la otra tarde hicimos una movida hasta la plaza del Dos de Mayo, mitológica ya de pasotas oficiales y paraísos artificiales, más que nada por verificar precios y material. Lo que descubrí en la plaza es que la basca del porro ya no utiliza el papel Zig-Zag para liar (con su hoja roja y penúltima, Miguel, amor, que te dio la idea de tu mejor libro), sino que se han pasado a unos pequeños blocs que fabrica Papeleras Reunidas, con dibujos psicodélicos en el eStuche y el papel de fumar, piratas, cocoteros, abstracto de colores y otros vaciles.

Evidentemente, Papeleras Reunidas no fabrica este papel molón para gente tan sobria como tú, Miguel, que lía su picadura lentamente bajo un inclemente cielo castellano de dioses y quebrantahuesos. Este papel (también de venta entre la movida del Rastro) se fabrica para fumadores de marihuana, y me parece bien, pero se da el eterno contrasentido nacional de que, estando prohibida y perseguida la maría, estén de libre venta los librillos de liarla, por donde viene a saberse que en esto, como en todo, nuestros legisladores y patrísticos andan perdidos y dudosos. Ya que digo patrística, dudan hasta los padres procesales cuando llaman a Roma a Alberto Iniesta, obispo cheli de Vallecas. He hablado con los curas de su barracón:

-Nosotros estamos dispuestos a llegar con él hasta donde sea. Quien más ha movido en Roma la injusta campaña contra Alberto es el Opus Dei.

De modo que el joven obispo ha dejado clara en Roma su línea cheli/conciliar (Juan XXIII, Vaticano II), y el padre Llanos, al que ya sólo le quedan dos dientes viejos, porque le van a salir nuevos, me propone una entrevista para Vida Nueva, revista que no pudo dar, sobre el Opus, lo que pudo este periódico en sus páginas lapidarias, que otra cosa hubiera sido amarillismo. Llanos, Iniesta, Díez-Alegría y toda la basca heterodoxa de Vallecas saben bien que la juventud vallecana le da al porro como un solo parado. Lo que no ha llegado a Vallecas todavía es el papel psicodélico aunque sí ha llegado el uso del billete de Metro enrollado como boquilla del porro, cotizándose mayormente los billetes dominicales, porque son rosa y la juventud de hoy está, como la de Patachou, por la vida en rosa.

Me pregunto qué machihembrado o maridaje de ejecutivo/pasota ha llegado al invento del librillo en que todas las hojas son rojas, Miguel, o azules o verdes (las más bonitas son a rayas).

-Para los niños precisamente lo fabricamos -dicen que dijo el de las iniciativas.

No lo van a fabricar para Balbín, que fuma en pipa, aunque a lo mejor ahora, cuando le han quitado la clave del éxito, se da al porro/Mónica desesperadamente. Lo dijo Marx: la televisión es el porro del pueblo.