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Valeriano Bozal recupera la ilustración gráfica del siglo XIX en España

El profesor y critico Valeriano Bozal acaba de publicar el libro La ilustración gráfica del siglo XIX en España, que será presentado hoy, a las ocho de la tarde, por el antropólogo Julio Caro Baroja, en la librería Antonio Machado, de Madrid, donde se expone una selección de los fondos utilizados en su redacción, sobre todo periódicos y revistas de carácter político y costumbrista, satírico y de entretenimiento, profusamente ilustrados.

El libro, según Valeriano Bozal, «pone de manifiesto el desarrollo de unos géneros que normalmente han venido siendo ignorados, a pesar de su enorme peso en la vida cultural, ideológica y política del siglo XIX español. Intenta recuperar un testimonio de la cultura española que, cada vez más, corre el riesgo de perderse irremisiblemente o convertirse en objeto de erudición minoritaria. Al relacionar las imágenes con su contexto histórico, aborda el problema de su significación en nuestro conflictivo y crispado siglo XIX».Las publicaciones satíricas aparecieron en los años posteriores a la Guerra de la Independencia (1808), recogiendo la tradición satírica de la Ilustración y los últimos momentos del reinado de Carlos IV, aunque adquieren mayor auge a partir de la muerte de Fernando VII. Los primeros titulos de este género, denominado después jocoserio, son Fray Gerundio, redactado por Modesto Lafuente; El Papagayo, El Matamoscas y Guindilla.

La exposición montada en la librería Antonio Machado recoge también una muestra de las publicaciones costumbristas, como El Museo de las Familias, Semanario Pintoresco y Los Españoles Pintados por Sí Mismos, que enriquecieron con sus ilustraciones la imagen de la nueva sociedad urbana. Artistas como Leonardo Alenza, Fernando Miranda, Eusebio Zarza, J. Vallejo y Giménez son hoy prácticamente desconocidos.

El estudio de Valeriano Bozal analiza las imágenes que se producen en torno a la revolución de 1868, en las publicaciones Gil Blas, La Flaca, El Cencerro, La Campana de Gracia, El Motín, El Loro, La Esquella de la Torratxa, cuyos artistas consolidaron el esperpento jocoserio. «En estas imágenes, muchas de ellas en color, la realidad aparece paródicamente deformada, grotesca, en un anuncio explícito de lo que Valle Inclán iba a definir como esperpento. El Ruedo Ibérico tiene aquí sus más claros precedentes. La farsa política, el caciquismo, el fraude electoral, la opresión, el anticlericalismo, son algunos de los puntos centrales de la actitud radical que la exposición enseña y el libro analiza. El período de la Restauración es, en este sentido, ejemplar; las obras de dibujantes y caricaturistas enlazan con los momentos más interesantes de la sátira española. »

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