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ETA (p-m) endurece su posición en el secuestro de Rupérez

ETA político-militar parece no tener ninguna prisa por acabar con el secuestro de Javier Rupérez, que ya dura veintitrés días, y está decidida a forzar al máximo la situación hasta tanto el Gobierno no inicie de manera formal una negociación. A raíz del comunicado difundido por los polis-milis en la tarde del pasado domingo, fuentes próximas a la organización confirmaron al delegado de EL PAÍS en Bilbao Javier Angulo, esta impresión sobre la situación, que corta bruscamente la corriente de optimismo surgida en los últimos días.

La nota de ETA (p-m) afirma que carecen de fundamento las noticias aparecidas en diversos medios de comunicación sobre la existencia de contactos entre la organización y el Gobierno. La fuente secreta citada por esos medios en su información había transmitido también la impresión de que las supuestas negociaciones estaban a punto de culminar y que desembocarían en un desenlace positivo del secuestro.Por el contrario, ETA (p-m) no sólo niega la existencia de negociaciones, sino que insta al Gobierno a iniciarlas de manera normal. No obstante, reconocen los polís-milis que en los últimos días se han producido iniciativas por parte de personas y organizaciones de distinto signo; pero esas gestiones -fundamentalmente los pasos dados por iniciativas del comité pro liberación de Rupérez- han sido desestimadas por ETA «por carecer todas ellas le garantías suficientes y de validez oficial».

Así, ETA pospone los gestos parciales de las instancias no directamente gubernamentales -como la circular del fiscal del Estado para que se agilicen los procesos o el aplazamiento del consejo de guerra contra el secretario general de Euskadiko Ezkerra, Mario Onaindía-, en aras de un objetivo que le resulta más importante: que el Gobierno negocie. directamente. Como base de negociación mantiene en su nuevo comunicado las condiciones que puso desde un principio.

En este sentido, las fuentes apuntadas anteriormente estiman que los gestos y actitudes aportados por el comité pro liberación y otras instancias u organismos para abrir caminos a la distensión y a una posible negociación más seria y válida por parte del Gobierno no acaban de convencer a ETA (p-m), que desea, a toda costa, una negociación directa con el Gobierno, aunque fuera a través de intermediarios de garantía y con poderes. El mismo Gobierno, según ETA (p-m), podría ser responsable de las noticias aparecidas, con la finalidad de «confundir a la opinión pública».

A la nueva demostración de fuerza realizada por los polis-milis, el Gobierno reaccionó ayer negándose incluso a escuchar el comunicado. El secretario de Estado para la Información, Josep Meliá, dijo en su habitual conferencia de prensa de los lunes que «el Gobierno no dialoga y, por tanto, no acusa recibo». También precisó que la posición gubernamental no ha variado desde el principio, y desmintió que el presidente Suárez se haya entrevistado con el del comité pro liberación, Joaquín Ruiz-Giménez.

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