Madrid, propensa a situaciones anticiclónicas
Madrid es una ciudad muy propensa, desde un punto de vista climático, a situaciones que favorecen la contaminación atmosférica, por darse con frecuencia situaciones anticiclónicas, principalmente en los meses de noviembre-diciembre. En los sondeos realizados por el Instituto Nacional de Meteorología se ha comprobado que en estas situaciones las inversiones térmicas se inician casi a nivel del suelo y alcanzan los 1.400 metros, dándose con frecuencia situaciones en que a 5.000 metros la temperatura ha llegado a ser de -10º C., cuando lo normal es de -17º C. en los citados meses. A raíz de esto, las masas de aire contaminado ascendente, al encontrarse con capas más calientes, vuelven a descender. Se podría hablar, por consiguiente, de verdaderas tapaderas sobre el casco urbano, que impiden la dispersión vertical de los contaminantes.Hablar de evolución climática de Madrid resulta algo complicado y arriesgado, dado que las series estadísticas son muy cortas en general. Sin embargo, sí se podría decir que, por ejemplo, han aumentado notablemente las nieblas y la persistencia de las mismas en los últimos veinte años, fenómeno éste íntimamente relacionado con el incremento del parque automovilístico y el desarrollo de industrias y embalses que circundan a la capital. Según un estudio realizado por Antonio Pérez González, del Instituto Nacional de Meteorología, otros parámetros, como son la cantidad de agua precipitada, han sufrido variaciones. Los promedios en el trimestre enero-febrero-marzo de agua precipitada aumentaron en los últimos veinticinco años en un 30%, aproximadamente, según lo, datos existentes en el observatorio de Madrid-Retiro.
En lo referente a temperaturas, y teniendo en cuenta que las medias de las mínimas fue en el período 1901-1975 de 10,04º C. y en el 1945-1975 de 10,69º C., puede confirmarse un aumento progresivo de dichas cifras térmicas.
También resulta clara la aparición de un microclima urbano perfectamente establecido. Realizando comparaciones entre las temperaturas de dicho observatorio y las del aeropuerto de Barajas, por ejemplo, se aprecian contrastes térmicos de hasta 4º C. en los valores máximos y 5º C. en los mínimos en algunas condiciones, preferentemente anticiclónicas. Otro factor que refleja la existencia de este microclima urbano, según Manuel Fernández de Bobadilla, también del Instituto Nacional de Meteorología, es que el crepúsculo se adelanta en hasta dieciocho minutos en zonas céntricas de la ciudad.
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