La banca norteamericana presiona a Irán ante los tribunales europeos para que pague su deuda externa
La crisis iraní ha originado una de las disputas financieras mundiales más importantes de las últimas décadas y amenaza con cerrar todos los canales de crédito privado que Irán tiene en Occidente. La amenaza que se cierne sobre las disponibilidades iraníes de acudir a los mercados internacionales ha quedado manifiesta con la acción emprendida por el Morgan Guaranty Trust Co., de Nueva York -seguida por otra serie de bancos norteamericanos-, ante los tribunales alemanes para que éstos obliguena algunas empresas de la RFA con participación iraní a respondeir con sus patrimonios o capital social de las deudas contraídas, y supuestamente no pagadas, por el Estado iraní.
La acción emprendida por el Morgan Guaranty Trust Co. no tiene precedentes en la reciente historia de[ mercado de capitales. Un portavoz del banco neoyorquino anunció el martes que ha obtenido una orden judicial de un tribunal alemán por la cual han sido embargadas en principio las acciones propiedad del Estado de Irán en las compañías alemanas Fried Krupp, el gigante metalúrgico alemán, y la Deutch Babcock, la gran empresa constructora de la RFA.En ambas empresas se estima que el Estado de Irán posee un 25% de las acciones. Esta cuarta parte del capital social fue supuestamente adquirido, a un costo superior de quinientos millones de dólares, por el Estado iraní durante el mandato imperial del sha Reza Pahlevi.
Los argumentos utilizados ante el Tribunal por el banco neoyorquino indican que el Estado iraní no pagó un servicio de deuda de cuarenta millones de dólares de un préstamo de quinientos millones de dólares concedido a Teherán, en enero de 1977, por un consorcio de bancos occidentales, de los que el Morgan era el gestor.
El Gobierno de la República Federal de Alemania se ha apresurado a informar que nada tiene que ver con la acción judicial del banco neoyorquino. Un portavoz federal manifestó el miércoles que «esperaba» que esta disputa «no influirá negativamente en las buenas relaciones de la RFA con Irán».
Pese a esta diplomática declaración, fuentes federales señalaron ayer su insatisfacción con la iniciativa del banco neoyorquino. En su opinión, la acción del Morgan puede tener un efecto desestabilizador sobre la estructura financiera internacional y cortar el reciclaje de dólares árabes (u otras monedas) de los países productores hacia ciertos países europeos, además de Estados Unidos.
Otros medios bancarios europeos han recibido también con mala cara la acción del Morgan. Para ellos, el asunto entre Irán y Estados Unidos debería desenvolverse a nivel bilateral y no mezclar los intereses de otros países en la disputa. Según éstos, la garantía de que Irán responderá de sus deudas internacionales está más que demostrada desde el momento en que sus propiedades en Estados Unidos, congeladas por el Gobierno de Washington, parecen superar su nivel de endeudamiento.
En cualquier caso, la disputa parece haber superado los meros límites de un asunto estrictamente bilateral entre el Morgan y el Estado iraní. En el curso de esta semana, varios bancos europeos, neoyorquinos y americanos han exigido, por una vía u otra, que el Gobierno del ayatollah Jomeini haga frente a los pagos de servicio de sus créditos, y, en algunos casos, hasta se le ha exigido que pague la deuda en su totalidad,
Firts National Bank de Chicago, el UBAF (Unión de Bancos Arabes y Franceses), Chemical Bank, y otros, han interpuesto en la última semana varias querellas en los tribunales norteamericanos, acusando al Estado iraní de no hacer frente a sus pagos. Muchos de estos bancos tienen intereses comunes, ya que están vinculados por créditos sindicados concedidos al Gobierno imperial de Irán.
Como respuesta, Irán ha comenzado a pagar en efectivo, en una muestra de su voluntad de responder a los mismos, algunos de los créditos concedidos, por ejemplo, por bancos japoneses. Un portavoz del Summinoto Bank, de Tokio, anunció el miércoles que había recibido un pago de parte de los 50 millones. de dólares que se habían prestado, por un consorcio sindicado, al Estado iraní.
Al mismo tiempo, un despacho de la agencia Pars informaba desde Teherán que el Gobierno iraní hará frente a todas sus deudas, pero adelantaba que ninguna de éstas será hecha efectiva en dólares. Simultáneamente, medios financieros iranies señalaban la dificultad inmediata de hacer frente a ciertos pagos ante la congelación decidida por el presidente Carter de los fondos iraníes depositados en Estados Unidos.
En todo el tumulto no faltan las voces que señalan que existen razones políticas poderosas para explotar la crisis. En este sentido, es significativa la actitud de la banca suiza, según informa nuestro corresponsal en Ginebra, Alejandro Fush.
Actitud suiza
El portavoz de la dirección general del Credit Suisse (segundo banco en importancia de Suiza), Rainer Gut,junto con calificar de precipitada la determinación adoptada por el Chase Manhattan Bank, de anular un crédito a Irán por 500 millones de dólares (sobre la base de colocación de bonos iraníes), afirmó que la actitud de Irán frente a los bancos suizos ha sido correcta, y que hasta ahora el pago de intereses, por operaciones similares, se ha cumplido con regularidad. Rainer Gut informó además que los depósitos, iraníes en Suiza han aumentado en estos meses.
El Credit Suisse no forma parte del sindicato de bancos, encabezado por el Chase Manhattan Bank, que acordó el empréstito de 500 millones de dólares a Irán, pero participa de otro empréstito internacional acordado a ese país.
Sobre este último empréstito, se está buscando una solución para los efectos del pago de intereses, que Irán podría realizar en marcos alemanes u otra moneda fuerte, en vista de la negativa a operar con dólares.
Rainer Gut aprobó, por otra parte, la actitud asumida por Estados Unidos de congelar los activos iraníes. «Es preciso», declaró, «utilizar el poder económico de que se dispone para que no haya lugar a grandes perturbaciones sobre el mercado mundial de pagos. En otras palabras», agregó, «porque esta medida obliga a la comunidad financiera a reflexionar sobre el saneamiento del problema de los pagos internacionales. »
La inestabilidad monetaria generada por la actitud de los iraníes amenaza, en cualquier caso, con extenderse en las próximas semanas, dificultando en buena medida las negociaciones en curso para la provisión de fondos en la banca internacional. Los acontecimientos registrados en las ultimas semanas evidencian, una vez más, la fragilidad del sistema monetario mundial, en opinión de los expertos.
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