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EDUCACIÓN

Varios heridos en los incidentes estudiantiles de Santiago de Compostela

La conflictividad estudiantil de Santiago de Compostela está todavía lejos de descender, a pesar de las medidas de cierre o del anuncio hecho por el rector Suárez Núñez de que se reabrirá parte del Burgo de las Naciones a partir de enero. Ayer se produjeron varios heridos, algunos de ellos grave, al desalojar la policía una asamblea.

Suárez Núñez reiteró ayer a EL PAIS su opinión de que «intereses ajenos al movimiento estudiantil están manipulando la agitación, bajo móviles políticos que tienen otras intenciones ocultas, que no son las de dotar al estudiantado de servicios adecuados». El rector compostelano informó que, «desde el mes de febrero, estaban en vías de solución los problemas del Burgo y de los comedores universitarios», razón por la cual se mostró sorprendido de que «las agitaciones callejeras hayan evolucionado repentinamente de un día para otro». Justificó la intervención de la fuerza pública en los recintos de la universidad sobre la base de que «una minoría de agitadores se había adueñado de las aulas en dos facultades, impidiendo el 80% de la actividad académica».Según Suárez Núñez, «la policía actuó correctamente en todo momento, sin vejaciones de ninguna clase para nadie y cumpliendo un deber democrático». Curiosamente, en el mismo momento en que el rector hacía estas declaraciones a EL PAIS, a pocos metros de su despacho, en la plaza de la Quintana, se estaba librando uno de los acontecimientos más graves de los actuales sucesos de Santiago, al intervenir la Policía Nacional, sin previo aviso, contra una asamblea de seiscientos estudiantes, disparando bolas de goma que causaron heridos graves. A menos de ocho metros de distancia, una bola de goma alcanzó la espalda del estudiante Alejandro Varela, que cayó desmayado, sin que la policía interviniera para evacuarlo hacia un hospital, a pesar de haber sido requerida para hacerlo por los compañeros del herido.

Cerca, de una hora más tarde ingresó en el Hospital General de Galicia, donde se le apreció la rotura de dos costillas y una considerable hemorragia interna. Por lo menos otros dos estudiantes recibieron balazos de goma en la cabeza y en las piernas.

Ante los acontecimientos de las últimas horas, cerca de un centenar de profesores universitarios redactaron un escrito, en el que consideran que «los asuntos académicos y universitarios deberán tener canales propios de expresión y solución que las actuales formas autoritarias de gestión impiden totalmente». En consecuencia, piden la dimisión del rector Suárez, al que responsabilizan de todo lo que está pasando en la Universidad de Santiago.

Sobre este particular, el propio interesado contestó a EL PAIS que «se trata de una absoluta minoría de profesores no numerarlos y algún escaso adjunto, unos treinta profesores en total, entre los 1.200 que tiene la universidad», y que no está dispuesto por ahora a dimitir. «Lo haré tal vez en cuanto se resuelva la actual situación», dijo, «para que aquellos que me han elegido digan si hice bien o mal las cosas, y si debo continuar o no en el cargo. »

Según noticias confidenciales obtenidas por EL PAIS, el rector de Santiago opinó, ante la junta de gobierno de la universidad, que conoce planes del Partido Comunista, desde el pasado mes de septiembre, para desestabilizar las aulas universitarias y que Santiago está siendo ahora el primer campo de experimentación para este propósito.

Las consecuencias se están sufriendo en la calle, con una universidad cerrada contra la voluntad estudiantil y de buena parte del profesorado, con altercados continuos y con violencia que va en aumento. Bastantes escaparates de los comercios santiagueses fueron ayer blanco de las pedradas estudiantiles.

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