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El desencanto político, característica de la nueva etapa de Raimon

El cantante presenta hoy en Barcelona doce de sus últimas canciones

Esta noche se celebra en el Palacio de la Música catalana de Barcelona el primero de los siete recitales, en los que el cantante Raimon dará a conocer dode nuevas canciones. Paralelamente, hoy mismo, se pone a la venta el disco de larga duración que contiene las nuevas creaciones. El título del disco es Quan l'aigua es queixa (Cuándo el agua se queja). Es el disco número doce de los de larga duración que pone a la venta Raimon y el primero realizado con la compañia discográfica RCA.

El nuevo disco, cuya portada es obra de Joan Miró, representa una cierta inflexión en la trayectoria del cantante. De sus doce canciones, las letras de ocho son obra del propio Raimon. De hecho se trata de poemas en el sentido más pleno de la palabra. Otros dos son poemas de Salvador Espríu y los dos restantes poemas de Ausias March.Los nuevos poemas de Raimon revelan el desencanto de su autor ante el actual proceso político. El desencanto, la decepción, por no decir frustración, ante un proceso que no resulta ser como, había deseado.

Muchas de las canciones ya consagradas de Raimon eran, entre otras cosas, «útiles» a un proyecto político que, resumiendo al máximo, podría definirse como de muy amplia afirmación catalana y de democracia avanzada. Buscada o no, esa utilidad estaba allí. Ahora, en cambio, las nuevas canciones representan una introspección.

Todo ello se traduce en un mayor hermetismo y una mayor sensibilidad. Ahora, para aplaudir a Raimon ya no bastan unas convicciones políticas genéricas -esas incluso pueden impedir el aplauso-, sino que es preciso penetrar realmente en el mensaje individual, pero no exclusivo, que dichos poemas intentan transmitir.

Unos versos de su poema-canción L'ultima llum (La última luz) son particularmente explícitos: «La última luz que nadie comenta/porque se sabe que no es de ningún partido/se lleva dudando hacia los lugares del olvido/mi haz de sarmientos de antiguos y vivos deseos.»

El problema no es nuevo ni exclusivo de Raimon. Una especial sensibilidad le llevó, a él y a tantos otros, a partir de una reflexión personal, subjetiva, a buscar los caminos que le permitirían con tribuir a combatir el franquismo. Para ello, Raimon y tantos otros objetivizaron su función e incluso sus sentimientos. Apareció el concepto de utilidad. Sus canciones buscaron ser útiles en aquel combate.

Esto mismo puede decirse con sus propios versos: «Fue un niño despierto y abierto al mundo/el hombre que hoy vacío y perdido se encuentra/Muy lentamente lo han hecho como es ahora/amigos y amores vividos intensamente/y va solo, y va solo, soIo.»

Babelia

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