El Comité Central del PC soviético prepara la sucesión de Kossiguin
Las expectativas de cambios radicales entre los dirigentes de la URSS no se han visto confirmadas después de la última reunión del Comité Central del PCUS, anunciada anoche, aunque queda planteada la posibilidad de sustituir, en caso de agravamiento de su enfermedad, al primer ministro Alexei Kossiguin. El actual primer ministro, que no ha sido visto en público desde mediado el mes de octubre sufrió una hemorragia cerebral que, al parecer, le mantendrá alejado de la vida política definitivamente.El futuro sucesor de Kossiguin tiene 73 años, dos menos que el primer ministro enfermo, y es vicepresidente del consejo desde 1965.
Nikolai Alexandrovich Tijonov, de 74 años, ha sido nombrado miembro de pleno derecho del buró político, y Nikolai Gorbatchev, de 48 años, designado miembro suplente.
La operación política tiene características similares a los nombramientos de noviembre del año pasado con Chernenko, miembro de pleno derecho, y Tijonov y Sheverdnadze, miembros suplentes del buró político. No ha habido los cambios espectaculares que la reciente enfermedad del primer ministro hacía esperar, si bien Tijonov, actual primer vicepresidente del Gobierno, adjunto a Kossiguin, parece destinado a sucederle en e¡ caso de que éste tuviera que ser sustituido.
Gorbatchev es ahora el hombre más joven del Comité Central, lo que significa que las tendencias dentro del máximo organismo político están equilibradas y existe un deseo de renovar con elementos más jóvenes los cuadros del PCUS.
La economía soviética
El pleno del Partido Comunista ha examinado la economía soviética. Junto a la mala situación de la agricultura en 1979, los problemas generales de la industria ligera han hecho meditar a los responsables del plan, que parecen decididos a reestructurar a fondo la economía del país, y esto parece que sólo puede conseguirse con el planteamiento de una nueva planificación.El Comité Central del PCUS ha dedicado sus reuniones del pasado lunes y martes a elaborar las líneas generales que hagan posible la iniciación de un nuevo rumbo, a partir del próximo congreso del partido, en 1981. No se cambian de la noche a la mañana una serie de medidas programadas durante los últimos quinquenios. Ahora se ha visto la necesidad de elevar la producción y la calidad del trabajo.
Ya hay programas concretos y específicos en los nuevos planes estatales, donde se pretende el ahorro del combustible y metal; reducción del empleo del trabajo manual y, sobre todo, incrementar la producción de nuevos artículos de consumo. Parte importante es potenciar económicamente el desarrollo de Siberia, fuente y base del futuro de este país, a través de la rápida terminación del ferrocarril que une el lago Baikal con el río Amur.
Nada de esto será posible si no se da una mayor libertad económica a las repúblicas, los territorios y los soviets de diputados populares, regionales y urbanos. Todos coinciden en que es necesaria una mayor autonomía en los ministerios, agrupaciones y empresas. Estas últimas han vivido durante años bajo la espada de Damocles, que las obligaba a «cumplir el plan», sea como fuere, y en la mayoría de las ocasiones se aseguraban suficientemente los medios materiales para ello. La modernización de las empresas traerá como consecuencia la posibilidad de que se pueda ofrecer una calidad que ya demanda el cada vez más exigente consumidor soviético.
Por último, y posiblemente factor principal, el nuevo dinamismo que necesita la economía soviética sólo se conseguirá si se tiene en cuenta el factor humano. Los incentivos salariales tienen que mantener una agilidad que el actual sistema centralista de planificación no permite. Por ello, ya se ha pensado en pasar, a partir de 1981, a nuevas fórmulas en cuanto al método de distribución del fondo salarial y las primas por brigada. A los consejos que actualmente distribuyen los salarlos se les permitirá el derecho a determinar la cuantía del salarlo base y las primas, partiendo del aporte personal a la empresa común, con lo que se conseguirá valorar individualmente el trabajo de cada persona, que responderá con mayor interés en su tarea cuanto mayor sea el incentivo que se le ofrezca.
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