El alcalde de Oviedo, reclama equidad en la ayuda económica

Madrid, Barcelona y Valencia deben tener un trato económico diferenciado respecto de los demás ayuntamientos españoles, según manifestó a EL PAÍS el alcalde centrista de Oviedo, Luis Riera, quien alega que no es justo que todos los ciudadanos de este país paguen las quince pesetas que le supone al Ayuntamiento de Barcelona cada billete del Metro.

Los créditos-escoba de 1978 respetaron las deudas adquiridas, lo que permitió ver con claridad la desigualdad de trato que han recibido los ciudadanos de Oviedo con relación a los de Barcelona.La formación del grupo de los veinte principales municipios españoles responde a una iniciativa del alcalde de Barcelona, Narcís Serra, a quien no regatea elogios el señor Riera. «Es muy valioso y yo le admiro», agrega, «pero deben quedar claras dos cosas: primera, que los intereses de los ayuntamientos medianos y pequeños no son similares a los de Barcelona, Madrid y Valencia; segunda, que Oviedo fue incluido en ese grupo porque yo soy de UCD, y era poco presentable si todos sus componentes fueran alcaldes socialistas. » Las exigencias económicas formuladas al Gobierno por los grandes ayuntamientos son discriminatorias para la mayoría de los ciudadanos españoles, en opinión de Luis Riera, porque los miles de millones de déficit de Barcelona no son comparables a las necesidades de Oviedo. «Está claro», añade, «que si Barcelona tiene un número de habitantes diez veces superior al de Oviedo no puede percibir del Estado sesenta veces más que nosotros. Es preciso, por tanto, un trato distinto y que quienes acumulan tales déficit recurran a otro tipo de administración, porque lo que resulta demagógico es que se alardee de que el Metro de Barcelona es más barato que el de Madrid y que los ancianos viajan gratis, si resulta que tenemos que pagar ese servicio todos los españoles.»

La elevación a un 10% de la participación en la recaudación por la aplicación de las medidas urgentes para ayuda de los ayuntamientos es correcta para el alcalde de Oviedo, siempre que no se exijan, como contrapartidas, unos servicios públicos que muchos ayuntamientos no estarán en condiciones de prestar, y cuya puesta en marcha a partir de cero exigiría unos gastos superiores a los ingresos obtenidos por la elevación de este concepto.