EEUU evacua a los familiares de sus diplomáticos en Pakistán

El Departamento de Estado norteamericano ordenó ayer la evacuación de unas trescientas personas, familiares de los diplomáticos estadounidenses acreditados en la capital paquistaní, Islamabad, y de gran parte del personal subalterno de la representación norteamericana. Esta medida fue adoptada después del asalto de una multitud de jóvenes estudiantes musulmanes contra la embajada de Estados Unidos en Pakistán, a mediodía del miércoles. Cuatro personas, dos de ellas de nacionalidad norteamericana, y dos empleados paquistaníes, resultaron muertas en los disturbios, cuyas causas todavía no han sido aclaradas.Según investigaciones posteriores, una de las víctimas falleció abrasada entre los escombros de la embajada, que fue incendiada. Sus ocupantes se refugiaron en un piso superior dotado de una puerta blindada, mientras la turba enfurecida violentaba las puertas y disparaba contra ella con el propósito de derrumbarla. Un infante de Marina norteamericano había muerto tiroteado minutos antes, al igual que dos funcionarios auxiliares, de nacionalidad paquistaní, cuyos cuerpos aparecieron posteriormente calcinados.

En una rueda de prensa dada por el embajador norteamericano en Islamabad, el diplomático Hummel, afirmó que, si bien la policía paquistaní tardó seis horas en dominar a los asaltantes, gracias a su intervención casi todo el personal de la embajada norteamericana pudo salvarse del asalto y de una muerte segura.

El Departamento de Estado, que ha congregado ayer a treinta diplomáticos norteamericanos destacados en países islámicos bajo la presidencia de Cyrus Vance, exhortó a todas las representaciones norteamericanas en el área a que fortalezcan las medidas de seguridad alrededor de los servicios diplomáticos. Asimismo, portavoces del servicio exterior norteamericano desvincularon a la Unión Soviética de los acontecimientos de Islamabad, como algunas especulaciones iniciales afirmaban. Las causas de los disturbios, que han encontrado eco en áreas musulmanas del norte de la India, en Springar, Cachemira, en la capital de Bangla Desh, Dacca, y en otros puntos, se relacionan con rumores extendidos por agitadores sobre una supuesta participación norteamericana en los actos sacrílegos realizados por grupos desconocidos en la Gran Mezquita de La Meca, capital religiosa del Islam.

En todas las manifestaciones registradas en la India y en Bangla Desh, los manifestantes musulmanes han coreado eslóganes antinorteamericanos ante las sedes diplomáticas, bancarias o comerciales estadounidenses en la zona, sin que la envergadura de los disturbios haya alcanzado el nivel de los sufridos por las sedes norteamericanas en Islamabad.