El presidente del BID, partidario de la amipliación comunitaria

Ginebra El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Antonio Ortiz Mena, calificó de «acontecimiento de real trascendencia», en el proceso hacia la unificación económica de Europa occidental la ampliación de la CEE. «Con la incorporación en curso de Grecia y las perspectivas de ingreso de España y Portugal. » Ortiz Mena hizo esta afirmación ante el plenario del Il Simposio Latinoamericano Europeo para la Cooperación Empresarial, en el que participan cerca de 1.000 empresarios y ejecutivos de más de sesenta bancos de ambos continentes, además de alrededor de quince ministros de. Economía y Hacienda de América Latina y Europa. El presidente del BID, refiriéndose a la «asimetría» que caracteriza el intercambio comercial entre la CEE y América Latina, indicó que en los países latinoamerianos, más de un quinto de su comercio de exportaciones e importaciones totales se realiza con la CEE, constituyendo este el segundo mercado externo más importante de América Latina. Señaló, asimismo, que, en cambio, para la CEE el comercio con los países de Latinoamérica representa solamente cerca del 3 % de sus exportaciones e importaciones totales. Ortiz Mena, en una crítica abierta al proteccionismo agrícola en los países industriales, señaló que éste «ha significado un elevado coste económico para la comunidad internacional, por la distorsión en el uso de los recursos y su repercusión en términos de bienestar», y añadió. que, «al mismo tiempo, constituye un factor inflacionario para los propios países industriales, por su incidencia sobre el gasto público y los precios pagados por los consumidores».

Afirmó que en el caso de la CEE se estima que solamente en tres productos -trigo, lácteos y azúcar- el coste nominal directo por subsidios a los productores, y mayores precios a los consumidores, aumentó, de 34.000 millones de dólares en 1976, a 57.000 millones de dólares en 1978.

Mirado desde otro ángulo, el presidente del BID indicó que ese proteccionismo ha perjudicado a América Latina, algunos de cuyos principales productos primarios de exportación han visto disminuida notablemente su participación relativa en el total de las importaciones de ese tipo efectuadas por la CEE. Ortiz Mena entregó los siguientes datos, a manera de ejemplo: la proporción de América Latina entre las importaciones de carne a los países de la CEE disminuyó de un 60%, en 1960, a menos del 13%, en 1976; en los de azúcar, la disminución fue del 37% al27%; para el cacao, del 15 %,al 8 %, y en el caso del café, Para los años indicados, del 62% al 50%.

En lo que constituyó una verdadera llamada a la inversión europea hacia América Latina, Ortiz Mena afirmó que «el intenso proceso político, social y económico que hoy agita a los latinoamericanos, lejos de constituir expresiones de una crisis que induzca a la cautela del mundo desarrollado, debiese ser mirado como el dinamismo de una sociedad emergente cuyo papel en el escenario internacional está alcanzando una mayor relevancia».