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El secuestro de Javier Rupérez

«( ... ) Cuando parecía que los terroristas habían quedado atrapados en este bien concebido callejón sin salida -transcurrió más de unajornada entre el primer comunicado y el segundo, anunciado para "las Próximas horas"-, llegó la espectacular y maliciosa rebaja de sus peticiones. Quedó claro entonces que la retención. de Javier Rupérez tenía un carácter más alegórico que instruniental. Los poli-milis no pretendían ventajas concretas, sino simplemente humillar al poder establecido y aparecer COMO los vencedores morales de la crisis por ellos desatada. ( ... )Al solicitar tan sólo una vía. lateral de escape, la confrontación entreintereses políticos y sentimientos humanos se hace irremediable.

Y no debemos avergonzarnos de que así sea. En nuestra vulnerabilidad está también nuestra fuerza.(...)

No se puede "negociar", pero se debe "gestionar" a través de -agentes interpuestos. Una vez liberado Rupérez -no es en este episodio incidental, insisto, donde se decide la suerte de la guerra contra ETA-, todas las instituciones, desde el Gobierno hasta la propia prensa, deben revisar a fondo sus mecanismos de acción antiterirorista y deben comerzar a poner en marcha esa larga retahíla de iniciativas perfectamente compatibles con el orden constitucional, aún no instruínentadas. Entre tanto, la búsqueda de una solución ecléctica no podrá ser nunca considerada como maestra de debilidad, sino como signo de fortaleza. De esa difícil fortaleza, enraizada en el conocimiento de una realidad tan compleja y multiforme como la de esta democracia, que vacilantemente persigue las bases morales de su propia identidad. »

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18 de noviembre

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