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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Teorema

Pasó por el cielo de Prado del Rey un ángel de juventud y sofisma, Henri Levy, como en un filme de Passolini, y toda la derecha ha quedado preñada de optimismo, en estado de buena esperanza, porque los ángeles son muy fecundos y sementales, como se: sabe por los viejos libros.Sobre todo los ángeles filósofos, sofísticos y franceses. El arcángel Levy ha venido -como traído por el telefascio- a hacer uuuh a la izquierda y euforizar a la derecha. Balbín se lo monta y va de pipa. El marxismo es una mierda y el socialismo una horterada. Lo ha dicho un niño de derechas, primero de la clase en el Liceo Francés de Giscard/Bokassa.

Carmen Diez de Rivera me trae de París un libro de Boris Vian -«un hombre al que entendían fundamentalmente los niños»- y el último Le Canard, donde André Ribaud dice que, en el caso Boulin, el asesinato ha sido camuflado como suicidio. En el caso Levy o telecaso, la degollación de los inocentes o paso a cuchillo de la izquierda española por un ángel exterminador, ha sido camuflada como La clave.

La izquierda es ingenua y está tan cargada de razón histórica, que fácilmente pierde las razones o los papeles. Camacho/Redondo se prestaron, tiempo ha, a lan match digno/indigno del Campo del Gas, en plena fiebre del sábado nigth, con Ysart en el papel de Mari Cruz Soriano. Son trampas para elefantes, cepos para zorros, cebos para la lubina, anzuelos para el rojo y cacerías en el coto privado Prado del Rey, que la telearias se monta por deteriorar a la deteriorada Oposición.

Tierno/Carrillo se sienten tan seguros con sus guardaespaldas Marx/Hegel, que caen en la suasoria trampa de Balbín y esperan pacientes, como un servicio de barbería, a que el ángel del Señor les corte el cuello con sus preciosismos, su navaja /guillotina y su estilismo del Barrio Latino. A Marx le estaban maquillando y Hegel llegó tarde, porque venía planeando en el Espíritu que planea sobre la Historia, y se perdieron con el smog.

Vian Ortuño, humanista, en su inauguración del curso académico invocaba a Jorge Manrique: «Aquesta triste pelea/ que os desea/ mi lengua ya declarar.» Aquesta triste pelea universitaria, aquesta triste pelea democrática, aquesta triste pelea de la tristeza. Pepote Altabella, viejo patache del periodismo español, me recuerda sus grandes libros lotarios. Para la lotería de navidad, ya cercana (Pepe, el motorista aquí del periódico, me ha ofrecido un décimo a medias), sugiero a Altabella que se traiga de París a Henri Levy, en el Puerta del Sol, como lo ha traído Balbín, en plan niño de San Ildefonso, a ver si nos canta el gordo.

Después que nos ha explicado como un teorema lo tontos que somos, el nuevo filosofista francés, está claro que sólo nos queda la lotería, que es lo nuestro, lo de siempre, el clavo ardiendo de desesperación, la cosa donde agarrarnos, y nada más propio que el mismo Levy cantando en francoes pañol, por todos los transistores de lumpem, entre la cellisca de 22/ diciembre, eso de que el gordo está muy repartido.

Ha pasado un ángel por la vida española, y lo de menos es el servicio de barbería que les hizo a los rojos en la teleclave (que algo tiene siempre de barbería donde todos hablan y nadie se entiende). Lo importante, y de lo que yo ahora vivo y escribo, es la estela seráfico/marciana que ha dejado en la vida madrileña, el embarazo embarazoso de la derecha teleconvencida, satisfecha de saber que el socialismo es hortera, porque lo ha dicho un francesillo de Liceo. Dentro de nueve meses, la telederecha, como no toma neogyriona, tendrá un neofilosofito, un pequeño Henri o un caballo de Pavía.

La involución francesa ha dado los brillantes de Bokassa, el suicidio de Boulin y los nuevos Filósofos de anarcoderecha, mayormente el gentil Henri. La involución española ha dado ayer mismo un nuevo libro de Vizcaíno-Casas.

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