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Entrevista:Declaraciones de ETA político-militar

Anuncia el comienzo de una tercera fase en la campaña de excarcelación de los presos

EL PAÍS. ¿Considera ETA (p-m) que el referéndum del Estatuto de Autonomía vasco ha clarificado el panorama político en Euskadi?ETA (p-m). Esa gente que puso su confianza en Herri-Batasuna el 1 de marzo está decepcionada, ya que esta coalición no ha dado una en el clavo desde entonces. HB ha estado haciendo demagogia, pero es el momento en que en Euskadi la gente ya vislumbra cosas concretas, a partir de la puesta en marcha del Estatuto. Es decir, que hay gente que ha podido ver la necesidad de alternativas a nivel municipal, a nivel provincial, a nivel nacional, que no se las ofrece Herri Batasuna. Es por eso que un porcentaje de gente que votó a esta coalición ha entendido que el Estatuto es una alternativa que antes no veían, y que, realmente, es una alternativa para todos los problemas concretos que se plantean en Euskadi y, en definitiva, para la problemática nacional. Han votado esas gentes al Estatuto porque ven algo, una posibilidad de seguir adelante.

Hay que tener también en cuenta otra cosa, y es que el Estatuto tiene un arraigo muy sentido en Euskadi. Por ello, puede haber un porcentaje muy grande dentro de ese 30% de población que votó en las elecciones generales a Herri Batasuna, y que, sin embargo, están muy vinculados sentimentalmente al Estatuto.

En la izquierda, ante el Estatuto, se planteaban dos posturas: una rupturista y otra de defensa del Estatuto como paso adelante. Ha triunfado la segunda. ,

EL PAÍS. ¿Cómo se explica el apoyo tan insistente que ha mostrado ETA (p-m) al Estatuto vasco, que no recoge el derecho de autodeterminación ni posibilita, por tanto, la independencia de Euskadi, uno de los objetivos que ustedes se han marcado?

ETA (p-m). El Estatuto es lo suficientemente ambiguo como para que el Gobierno pueda limitarlo. Es decir, nosotros podemos tener una visión del nivel de autonomía que se puede conseguir con el Estatuto. El Gobierno, con el mismo proyecto en la mano, puede tener otra, y el PNV, la suya. Nosotros queremos que el Estatuto sea lo más avanzado posible; que llegue al tope de su desarrollo. Una vez logrado ese tope, nuestro fin sería romperlo «hacia adelante». Pero primero, pensamos, se deben agotar todas las posibilidades que ofrece ese Estatuto. Llegar al tope es un objetivo que depende, únicamente, de la izquierda vasca. El PNV tiene unas pretensiones, sobre, todo a nivel económico, pero no se va a «mojar» en temas claves, como, por ejemplo, para que la policía española salga de Euskadi. El logro de ese objetivo va a depender de la izquierda vasca.

Nosotros pensamos que el Estatuto será más progresista en la medida en que la izquierda vasca sea capaz de crear un programa y un nivel de unidad como para obligar que se cumpla hasta sus límites. Luego, su labor será la de romper ese Estatuto hacia adelante.

Queremos que el Estatuto se ponga en marcha y que se agote su techo porque, por una parte, podemos conseguir un nivel de organización obrera y popular, y, por otra, podemos consolidar un partido de los trabajadores de Euskadi, a partir de EIA (con quien orgánicamente no tenemos relación), que sea capaz de dirigir y satisfacer las necesidades de esas masas obreras y populares. En ese marco nosotros podremos fortalecer la organización armada.

En el momento en que nosotros veamos se ha conseguido todo eso, podremos pensar en romper ese Estatuto hacia adelante (hacerlo ahora sería voluntarismo; no haríamos nada y nos quedaríamos totalmente marginados de la lucha de clases), e iremos ya a la lucha por la autodeterminación y la salida de todo el aparato español de Euskadi.

EL PAÍS. ¿Utilizará ETA (p-m) las armas para lograr esos objetivos políticos?

ETA (p-m). Lucharemos con las armas contra el Poder central para que las competencias que por el Estatuto le corresponden al Gobierno vasco le sean transferidas, tratando de agotar las posibilidades que da el Estatuto para el autogobierno. Lucharemos también para arrancar al Poder central la amnistía y la vuelta de los exilados, y la incorporación urgente de Navarra a la comunidad autónoma vasca, por lo que apoyaremos cualquier iniciativa y movimiento de masas que luche por esta incorporación. No podemos permitir que Navarra quede fuera de Euskadi.

En definitiva, sería un enfrentamiento armado con el Poder central en todo lo que sea arrancar cada vez más transferencias, y ahí entrará la amnistía, pues es el Poder central quien los tiene presos; ahí entraría la reivindicación de Navarra, ya que es el Poder central el que se opone a su integración.

Por otra parte, es necesario señalar que en Euskadi se va a producir bien pronto un enfrentamiento entre la clase trabajadora y la burguesía vasca. Es decir, una lucha de clases que en Euskadi existe y que hasta ahora ha estado en una nebulosa dado que, por las circunstancias, todo el pueblo estaba contra el poder central. Pero es que ahora, en Euskadi, van a existir unas competencias y un autogobierno. En el desarrollo de esas competencias va a producirse un enfrentamiento entre la clase trabajadora y el poder, ostentado por la burguesía vasca. Podemos hacer una acción en Madrid para que conceda más transferencias, al mismo tiempo que podemos hacerla en Euskadi contra un patrón que ha expulsado injustamente a cinco trabajadores de un taller de cien obreros, por muy nacionalista que sea.

Es decir, que todo lo que nosotros hagamos con las armas será también para que se potencie la consolidación de un partido para la revolución en Euskadi, la organización de las masas obreras y populares y la concienciación de esas masas. La lucha armada tiene que ir demostrando y desenmascarando en todo momento la democracia burguesa para que la clase trabajadora llegue al convencimiento de que sólo el socialismo resolverá sus problemas.

EL PAÍS. ¿No existe una solución política que permita que ETA (p-m) abandone las armas?

ETA (p-m). Pedir que la lucha armada pare es pedir que no se construya el partido de los trabajadores o que se disuelva el Ejército español. La lucha armada es un componente fundamental de la lucha revolucionaria. Pedirnos que abandonemos las armas es pedir que nos neguemos a luchar por el socialismo y la independencia de Euskadi. Lo que sí estamos dispuestos es a negociar un «alto el fuego» ante campañas concretas, como, por ejemplo, la libertad de los presos vascos (es muy normal que Garaikoetxea y otros estén muy interesados en cambiarnos amnistía por un abandono de la lucha armada por nuestra parte), pero no lo vamos a negociar bajo ningún pretexto. Pierde el tiempo quien nos plantee el cese definitivo de la lucha armada.

La organización armada tiene la función de preparar un dispositivo armado capaz de garantizar el triunfo de la insurrección en el momento que ésta se efectúe. Este es el fin estratégico de la organización. Pero eso tiene que estar íntimamente relacionado con la lucha de masas y con el partido dirigente del proceso.

EL PAÍS. Han hablado antes de la amnistía como uno de los casos en que ETA (p-m) aceptaría negociar un «alto el fuego». ¿Creen sinceramente que una amnistía ayudaría hoy a solucionar los problemas de Euskadi?

ETA(p-m). Ya hemos dicho antes que el tema de la amnistía es profundamente político. El Estatuto de Autonomía no puede funcionar mientras haya un solo preso en la cárcel. La burguesía vasca es consciente de que sin amnistía es prácticamente imposible gobernar. Si el Estado ha abogado por una salida política al problema de Euskadi pensamos la dará, porque si no este país sería ingobernable.

El Estatuto, a corto plazo, es una oportunidad inmejorable para' arrancar de las cárceles a todos los presos vascos. Vamos a unir, como siempre, la lucha armada a las movilizaciones que se vayan a desarrollar por la amnistía. Vamos a procurar potenciar esa lucha de la forma que podamos, pero lo haremos, desde luego, con un tipo de acciones que no dificulte la salida de los presos.

En este sentido, deseamos anunciar que si el Gobierno no empieza a sacar de las cárceles a los presos vascos mañana mismo podemos iniciar lo que sería la tercera fase de la campaña «Con el Estatuto, los presos a la calle», y la suprimiríamos si realmente se empieza a dar libertad a los presos. Si esto no se produce en breve, lanzaremos esa campaña. Esta fase -la tercera- puede ser parecida a las dos anteriores (la segunda acabó en Madrid con los tristes resultados que todo el mundo recuerda), pero puede deparar importantes sorpresas. Estamos decididos a lanzarla de forma inmediata. Que se atengan a las consecuencias.

EL PAÍS. Cuando ETA (p-m) habla de la salida de todos los presos vascos, ¿se refiere también a los de ETA (m) y comandos autónomos?

ETA (p -m). Así es. Pensamos objetivamente que todos los presos que están en las cárceles han luchado, de una forma u otra, por el Estatuto, por lo que, una vez conseguido éste, deben salir a la calle. No distinguimos entre nuestros presos y los de ETA (m) o «autónomos». Nunca negociaremos la salida exclusiva de nuestros presos. Sabemos perfectamente que todos ellos están ilusionados con lograr la amnistía a través del Estatuto.

La última arma que queda a los partidarios de cargarse hoy el Estatuto es que los presos no salgan a la calle, en la medida de que la falta de libertad de aquéllos va a impedir que el Estatuto se haga material. En ese contexto incluimos las últimas acciones de los comandos autónomos.

Al margen de que exista el tema de la amnistía, la última acción de los «autónomos» es auténticamente terrorista, porque han sido incapaces de demostrar en qué sentido era Germán López enemigo del pueblo trabajador vasco, y creemos que antes de pegar un tiro a alguien hay que demostrar por qué se le pega, sea o no un capitalista. Lo que está claro es que este tipo de acciones dificulta la salida de los presos.

Nos preguntamos si los autores de esa acción quieren realmente que salgan los presos. Pensamos que no lo desean, y la prueba está en que los propios presos «autónomos» en las cárceles han condenado el hecho, porque se dan cuenta de que se está dificultando su salida. Creemos que no tienen interés en que se dé la amnistía, porque pone en peligro su propia existencia.

EL PAÍS. ¿Cómo valora ETA (p-m) la existencia de los «comandos autónomos»?

ETA (p-m). La organización de los «comandos autónomos» está totalmente al margen de ETA. No hay ninguna conexión entre ETA (p-m) y ellos, ni tan siquiera a nivel de venta de armas. En un momento determinado vinieron a comprarnos armas y les dijimos que antes las dejábamos pudrir que vendérselas a ellos. Es el único contacto que hemos tenido con ellos en los dos años que llevan existiendo.

Decir que ETA está detrás de los «autónomos» es lo mismo que decir que ETA está detrás de les GRAPO. Pensamos que ellos van a hacer más burradas. Pero lo dramático es que el PSOE, PC y sus satélites, y el propio Gobierno, estén tan interesados en insistir en que ETA está detrás de los «autónomos». En el caso de Germán López, ellos han demostrado que son, políticamente hablando, unos irresponsables o una pandilla de provocadores. Si la idea que ellos tenían era la de dañar al reformismo, desde luego se han confundido: una acción como ésta le beneficia.

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