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Aumenta la tensión política y sindical en Brasil

La huelga general reivindicativa de decenas de miles de metalúrgicos del área de Sâo Paulo se agudizó en las últimas horas, tras la muerte a tiros del dirigente sindical Santos Diaz a manos de la Policía Militar brasileña. En un comunicado emitido por varias entidades sindicales y rubricado por 3.000 metalúrgicos se acusa al Gobierno de asesinato. Simultáneamente a estos hechos, varios altos jefes militares han emitido duras advertencias a los exiliados que vuelven a Brasil sobre la suerte que correrían si regresan con el propósito de poner en marcha planes políticos anteriores al golpe de abril de 1964 que llevó al Ejército al poder.

Florimar Campello, comandante en jefe del Cuarto Cuerpo de Ejército brasileño, con base en Recife, ha formulado una dura advertencia a los exiliados políticos que regresan al país tras la amnistía acordada recientemente por el Gobierno de Brasil. «Si los exiliados vuelven con los mismos propósitos que antes de 1964, recibirán el tratamiento que merecen», dijo el general Campello, cuyas declaraciones se suman a otras del mismo jaez emitidas por altos mandos militares brasileños a raíz de la amnistía. Las advertencias militares se han endurecido desde que Luis Carlos Prestes, secretario general del Partido Comunista brasileño, llegó a Brasil, el 20 de octubre.El 23 de octubre, el ministro del Ejército, general Walter Pires, dentro de los actos del Día de la Aviación, se refirió a «los beneficiarios de la amnistía que regresan al país repitiendo los viejos eslóganes y consignas, afirmando que ellos van a tomar otra vez las mismas tareas y actividades que entonces». El general Delio Jardim de Mattos, ministro de Aviación, considerado como el jefe de fila de los militares liberales, se hizo eco de las declaraciones de Pires y criticó a los que «intentan truncar las esperanzas dividiendo a la nación e insuflando el pesimismo».

Durante la recepción oficial otorgada al presidente Figueiredo en Manaos, al norte del país, el pasado 25 de octubre, el comandante en jefe de la región militar de la Amazonia, general Rosalvo Eduardo Janssen, criticó asimismo a aquellos que, «protagonizando la subversión, se hacen pasar ahora por mártires», y a los que «reclaman más libertades para poder atizar los conflictos sociales y, bajo el pretexto de combatir el autoritarismo, están de hecho al servicio del totalitarismo».

Después de haber amenazado telefónicamente a varias personalidades políticas -una de las cuales sufrió una brutal agresión, un autodenominado Movimiento de Renovación Nazi envió una carta al cardenal de Sâo Paulo, monseñor Paulo Evaristo Arns, en la que se transcribía una lista de personalidades que «van a ser reducidas al silencio ». El cardenal se ha dirigido a las autoridades y ha afirmado que le gustaría que la policía, mediante su actividad, probará que el Gobierno rechaza todo tipo de extremismo. Ningún grupo terrorista de extrema derecha ha sido descubierto por la policía, ni juzgado por tribunales brasileños, durante los quince últimos años, subrayó el prelado.

El Movimiento de Renovación Nazi se pronuncia en su comunicado por el acuerdo nuclear germano-brasileño, «uno de los caminos para que la raza aria desempeñó su verdadero destino militar en el mundo». Entre sus próximas víctimas, el comunicado del MRN cita a varias personalidades científicas brasileñas, «que son judíos y se oponen al acuerdo nuclear».

El pasado 18 de septiembre, dos desconocidos intentaron forzar la puerta del domicilio del conocido físico nuclear Mario Schemberg. Golpearon brutalmente a su esposa. Después de esta fecha, el señor Schemberg ha sido amenazado repetidamente por teléfono, al igual que Mauricio Segall, director de los principales museos de Sâo Paulo; José Carlos Díaz, presidente de la Comisión de Justicia y Paz, y muchos otros.

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