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Entrevista:MÚSICA

"Cante", de Gonzalo Olavide nueva obra sobre García Lorca

El primer dato interesante es la elección del tema: la obra de Lorca, a la que no cesan de prodigar atenciones los compositores de cualquier nacionalidad. Hace unos meses me traje de Atenas el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, cantata de Stavros Xarjakos sobre el poema lorqueño en versión griega de Nikos Gatsos, que protagoniza de modo espectacular Kostas Paschalis. Recientemente, Cristóbal Halffter anunció la composición de una ópera sobre Mariana Pineda con destino a la Opera de Berlín. Enrique Macías sumó En el aire conmovido (La Luna vino a lafragua), para mezzo, clave y arcos. Ahora, Gonzalo de Olavide ultima su Cante..., apoyado en el soneto Yo sé que mi perfil será tranquilo / en el musgo de un norte sin reflejo...

«Siempre me ha producido ese soneto un estremecimiento especial», señala Olavide, «quizá y sobre todo por la profecía que lleva implícita y acaso también por un sentido de la temporalidad que incita a la transposición musical. Hace diez años, per lo menos, que la idea bulle en mi cabeza. »

Pregunta. Los problemas primeros que plantea una partitura escrita para voces e instrumentos sobre palabras poéticas son los de resolver la forma de «juntura», «traslación», « transmigración » o «explotación fónica» de la palabra cantada y su impostación en el conjunto instrumental.

Respuesta. Y nada más difícil,, en materia de composición, que cuando se «tropieza» con la palabra. Podríamos decir, parafraseando a Don Quijote: con la palabra hemos topado, Sancho. La solución que he intentado no tiene nada que ver con lo que en las sociedades de autores se llama musicar. En cierto aspecto, la palabra viene ya con su sonoridad -independiente de su sentido- y con la cual hay que contar de antemano.

P. Junto a esa relativa auto nomía del valor sonoro de la palabra, está el sentido.de la temporalidad del poema a que ha aludido antes y que ya es, en sí mismo, un fenómeno de orden musical.

R. En mi Cante.. he tratado de ser fiel a ese sentido del transcurso del tiempo, en tanto y cuanto lo profético pueda tener de tiempo inverso. La estructura de la obra, su forma si se quiere, es tributaria de ese transcurso en el que se integra la palabra. La forma literaria es respetada desde sus propios supuestos, pero la música sigue sus específicos derroteros en lo que, para mí, tiene de fundamental y profundo. En este Cante, profundo, hondo o jondo, nada tiene que ver con el flamenco, tantas veces asociado al nombre de García Lorca, en triste opinión «de castañuelas». La dimensión de temporalidad es paralela a la del poema; la melodía (si es que hoy se puede hablar de ella) aparece unas veces integrada en el instante y otras en distorsión. Algo similar ocurre en el terreno de lo armónico: sincronía y diacronía se alternan, suceden y combinan hasta alcanzar lo que llamaría percepción en diagonal,

Investigación sonora

P. Con todo, no has dicho si el soneto base, las palabras que lo componen, resulta distorsionado en una suerte de investigación sonora tan practicada por muchos compositores y quizá por ti mismo en alguna otra ocasión.

R. A grandes rasgos, Cante... sigue la puntualización formal del soneto de Lorca: dos grandes bloques que comprenden los dos primeros cuartetos y una parte, en tensión creciente, que conduce a los dos tercetos. En la primera parte, las voces se mueven en una serie de líneas simples, dentro de un contexto estático-armónico, dentro de lo que de alguna manera podría calificarse de modal, que llevan a la parte central, donde lo individual se confronta con lo colectivo, para finalizar en una compleja polifonía, a doble coro, que es, a la vez, culminación y final de la obra. En alguna ocasión, la naturaleza sonora de la palabra, como, por ejemplo, «cocodrilo» en el octavo verso, me ha aconsejado soluciones que, sin llegar, a la distorsión, juegan con las sílabas consideradas como elementos puramente fónicos.

Gonzalo de Olavide, madrileño, ajeno a la promoción cuasi publicitaria de sus obras, trabaja sin pausa en esa isla al revés que es Ginebra (porción de agua rodeada de tierra por todas partes), isla, por otra parte, comunicada con toda Europa. Calladamente, sin vanidad, Olavide se ha creado un prestigio cierto en los medios internacionales.

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