Veinticinco muertos y cien heridos en los incidentes del lunes en San Salvador

Veinticinco personas murieron, entre ellas un menor de edad, y otras cien resultaron heridas el lunes en San Salvador, cuando el Ejército y la policía abrieron fuego contra una manifestación, presuntamente izquierdista, cuyos integrantes intentaron penetrar en el recinto del diario La Prensa Gráfica para ocuparlo. Los incidentes, los más graves que ha sufrido el país desde el derrocamiento del general Carlos Humberto Romero, el pasado 15 de octubre, colocan a El Salvador en una situación de inestabilidad agudizada por la radicalización de las organizaciones guerrilleras ante la represión, y por las dificultades que la nueva Junta de Gobierno afronta para encarar los graves problemas del país.

Aún no han sido aclarados los disturbios que provocaron la matanza y se desconoce quién inició el tiroteo, si fueron las tropas o algunos manifestantes o, por el contrario, provocadores que perseguian su resultado. Durante varias horas la incertidumbre se adueñó de las calles de la ciudad, que quedó desierta, salvo en las inmediaciones del diario La Prensa Gráfica, donde grupos de francotiradores impedían el acceso a los servicios sanitarios para retirar los cadáveres de las víctimas. El mayor número de muertos y heridos se registró entre los manifestantes, que acudieron al diario para ocuparlo en solidaridad con los manifestantes encerrados en dos dependencias oficiales salvadoreñas con varios centenares de rehenes. Dos policías resultaron muertos en la refriega.Ayer, los ocupantes del Ministerio de Trabajo liberaron a 125 personas que mantenían retenidas, pero todavía quedan como rehenes el ministro Gabriel Gallegos, y la secretaria de Estado Lilian de Avilés. En el Ministerio de Economía, miembros de la organización izquierdista Bloque Popular Revolucionario mantenían ayer más de 120 rehenes, entre ellos, los ministros de Economía y de Planificación, en demanda de reivindicaciones salariales y mejoras de las condiciones de vida.

Durante la noche del domingo, los locales del diario La Prensa Gráfica fueron dinamitados y se registraron cuantiosos daños en sus instalaciones, pese a la poderosa custodia militar y policial que las vigilaba. El periódico no salió a la calle ni el lunes ni el martes y, pese al restablecimiento paulatino de la normalidad en la capital, algunos comercios y oficinas del centro salvadoreño mantienen sus puerta cerradas, tras los incidentes del do mingo y del lunes.

Una manifestación de las Ligas Populares 28 de Febrero (LP-28) fue disuelta ayer con gases lacrimógenos cuando intentaba penetrar en los terrenos de la embajada de Estados Unidos en San Salvador.

Fuentes oficiales norteamericanas declararon ayer que el Gobierno de Washington se encuentra «gravemente preocupado» por el desarrollo de la situación política en El Salvador.

Condena de las organizaciones radicales

Todas las organizaciones guerrilleras y las más radicales de la izquierda condenaron en términos enérgicos la actuación del Ejército y la policía, que atribuyó a las Ligas Populares 28 de Febrero la manifestación y el inicio de los disparos. En un comunicado difundido el martes por las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí una de las principales organizaciones armadas, el FPL afirmaba que «la guerra revolucionaria iniciada por el pueblo salvadoreño no se detendrá por las falsas promesas de la Junta que derrocó al general Romero». Esta agrupación guerrillera califica a la Junta de Gobierno que actualmente ocupa el poder en El Salvador de ser una continuidad de la dictadura del general derrocado.

En el aspecto político, las nuevas autoridades salvadoreñas atraviesan serias dificultades. Las promesas recientemente formuladas sobre la liberalización y democratización del país no hallan credibilidad entre el pueblo, y el apoyo inicial que algunas formaciones políticas habían brindado, paulatinamente se les retira. Unicamente la Democracia Cristiana y el Partido Comunista salvadoreño mantienen todavía su aval político.